POR Camila Perez
La limpieza es el primer paso y esencial para una piel bella, saludable, radiante y preparada para recibir un tratamiento y/o maquillaje. Muchas veces nos da fiaca, estamos apuradas o cansadas y esta tarea queda sin hacer, pero debemos repetirnos cual mantra que tanto al inicio como al final del día, el desmaquillado y limpieza son gestos esenciales para un cutis radiante y cuidado.
Además de retirar el maquillaje, la limpieza permite eliminar las impurezas acumuladas a lo largo del día, pero ¡atención! Cualquier producto no da igual, utilizar uno adaptado al tipo de piel que tenemos es vital, ya que debemos preservar el equilibrio cutáneo. Jabón líquido , lociones micelares, cremas o emulsiones y hasta toallitas desmaquillantes… tipos de productos hay múltiples, entonces, ¿cuál elegir?
"Para pieles grasas son mejores los jabones, ya que su poder de astringencia puede regular la oleosidad, eliminando el brillo y equilibrar su pH. Si el jabón contiene ácido salicílico es aún mejor porque es antibacterial y seborregulador, pero siempre debe ser recomendado por una profesional y con diagnóstico previo", explica Camila Pantaleone, dermocosmiatra representante de Lidherma en Dhermaestética.
¿Tu piel es seca? Entonces, Camila recomienda utilizar cremas de limpieza, ya que estas pieles necesitan reponer lípidos y esta textura es la que puede aportárselo. En los cutis mixtos, las lociones micelares o toallitas desmaquillantes son ideales ya que limpian, desmaquillan y humectan sin necesidad de un producto de hidratación próximo.
Paso a paso: a limpiar
Mañana y noche, todos los días. Esa es la frecuencia en la que nuestro rostro debe ser higienizado y la razón es que a última hora de la noche retiramos las impurezas acumuladas durante la jornada y a la mañana siguiente retiramos el sudor y sebo producido mientras dormimos.
¿Cómo debe ser una rutina de limpieza para que sea eficaz? Alice Pichery, International Trainer Americas de Sisley Americas, asegura que no es necesario ser agresivo: "un limpiador suave es suficiente y eficaz", y repasa las etapas de la limpieza:
Paso 1: Desmaquillar. Para comenzar, quitá el maquillaje de tus ojos con la ayuda de un producto adaptado a esta frágil zona y continuá con el desmaquillado del rostro en su totalidad.
Paso 2: Limpiar. Con el fin de dejar la piel totalmente nítida, eliminar todas las impurezas profundas y exceso de sebo, elegí un tratamiento limpiador adaptado a tu tipo de piel, y aplicalo con suaves movimientos circulares por todo el rostro. Finalmente, retirar con agua.
Paso 3: Tonificar. Después de desmaquillar y de limpiar tu piel, utilizá una loción para tonificar, refrescar y perfeccionar los resultados. Este paso dejará el rostro suave y lo preparará para recibir los tratamientos posteriores.
Paso 4: Reconfortar y regenerar. Comenzá aplicando el tratamiento para el contorno de los ojos, a continuación el sérum y por último la crema de noche.
En el verano, se acumula más sudor, sebo, y toxinas. Por eso, la especialista de Sisley recomienda adaptar la limpieza con texturas más ligeras y añadir un exfoliante suave de tres a cuatro veces por semana, además de utilizar una mascarilla purificante semanalmente para perfeccionar la limpieza profunda.
Para cada etapa que transitamos en nuestra vida, los cuidados y tratamientos son específicos, ya que se modifican los minerales, vitaminas y propiedades de nuestro organismo. La doctora Patricia Dermer, Directora de Lidherma, aconseja qué aspectos tener en cuenta respecto a la higiene facial a los 30, 40, y después de los 50.
30 años: comúnmente a partir de esta edad, si la piel no ha sido expuesta a las radiaciones UV (ya que si es así, puede tener un envejecimiento prematuro), se comienza con el uso de los productos antiage; de lo contrario, la acumulación de radicales libres conduce a un estrés oxidativo que puede determinar una aceleración del proceso de envejecimiento de la piel, por esta razón es importante utilizar una fotoprotección adecuada desde jóvenes. Para estas pieles, durante el día se deben utilizar productos con vehículos livianos hidratantes, para mantener el rostro equilibrado, y aplicar protector solar adecuado. A la noche, sumar a la higiene una hidratación.
40 años: es momento de comenzar a utilizar productos antirradicales libres y en algunos casos, renovadores celulares capaces de proteger a la piel. Para la rutina diurna, utilizar productos específicos como antirradicales libres, hidratantes y reparadores y aplicar protector solar adecuado. Para la noche, higienizar y aplicar productos de renovación celular y despigmentantes (si hay alteraciones).
50 años en adelante: en esta etapa, la piel tiende a deshidratarse, por esta razón se siente tirante y se puede ver opaca y descamada.Cuando comienzan a hacerse visibles manchas y arrugas más profundas, es necesario utilizar productos blanqueadores y renovadores celulares, para afinar la piel y atenuar la pigmentación. La higiene debe ser con productos específicos para pieles maduras y se puede aplicar durante el día correctivos con antirradicales libres, emolientes, un suero específico para los ojos y, por supuesto, protección solar. Por la noche, la higiene es clave y se puede optar por incluir productos despigmentantes suaves que unifiquen el color
¿Lista para iniciar tu rutina de limpieza? Sabemos que puede llevarnos unos minutos extra, y cuando estamos cansadas, mantenerla se vuelve desafiante, pero los resultados son contundentes y nos ayuda, sobre todo, a mantener un rostro sano.