Helados de crema vs. de agua: de qué lado estás

La guerra está declarada desde hace décadas. De un lado, quienes no conciben otro gusto más que uno bien dulce y cremoso (¡Mariana Fabbiani, entre ellos!). Del otro, los que argumentan que la pera, la frutilla al agua o el limón son más livianos, digestivos y frescos. En esta nota, te contamos los secretos del River-Boca de todos los veranos.

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Helados de agua o de
Helados de agua o de crema, de qué lado esta (Foto: shutterstock?

Por Verónica Salatino
Si sos ese uno de diez que no come helado, te invitamos a abandonar esta nota. Es que, querido no-adicto, aquí vamos a librar una batalla entre los
fanáticos de los sabores de crema y los fundamentalistas de los gustos de
agua. Y para decir la verdad, ¡no, no te entendemos! Y en esto somos
mayoría.

Es que según una encuesta distribuida recientemente por la
Asociación Fabricantes Artesanales de Helados y Afines (AFADHYA), el 83 por ciento de los argentinos consume este manjar (artesanal, por
supuesto) y 9 de cada 10, lo hace sí o sí en verano.

Así que, repetimos, si sos ese uno, único, que no experimenta la fresca, dulce y golosa sensación de pasar la lengua por una bocha del-sabor-que-sea, ¡recapacitá! Ironías fuera, los relevamientos realizados por AFADHYA indican que el podio lo ganan, por lejos, los gustos con crema.

Dulce de leche granizado y chocolate con almendras son, según la Asociación, el cuarto kilo ideal de los argentinos.

"Soy re adicta al helado. Me gustan mucho el dulce de leche granizado y la crema tramontana", confiesa Mariana, sumándose entonces al sabor ganador para los paladares de estas latitudes.

Y no duda en plantar bandera: "El helado es de crema, no me vengan con otra cosa. No me gusta la menta porque invade a los demás sabores. Me gusta todo lo que tenga dulce de leche y los que son bien dulces, como el chocolate con almendras".

Del otro lado, aunque con menos contundencia que la de los defensores del
helado artesanal de crema, están los que defienden los gustos libres de
lácteos.

"Además de que son menos pesados, caen mejor y una siente
menos culpa al comerlos; los sabores de agua son perfectos para los días de calor agobiante. No puedo comerte un cuarto de chocolate, banana
split, dulce de leche o cualquier otro cremoso con 38 grados porque me
cae fatal. Necesito algo que me aporte frescura y liviandad", argumenta

Liz Silber, evidentemente socia del #TeamAgua. "Igual, si no hace un calor extremo, me pido sabores de crema, como dulce de leche granizado,
por ejemplo, pero siempre acompañado de frutilla al agua o limón o ananá. Me parece que la combinación es perfecta y que en el equilibrio
está el secreto", suma (en un acto que, tal vez, podríamos calificar como de
deslealtad a sus co-equipers).

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¡Quiero más!

Lejos quedaron los tiempos en los que el helado era un manjar exclusivo
del verano y las heladerías abrían sus puertas recién en diciembre. Hoy, los
365 días del año hay opciones dulces bajo cero. De hecho, varias de las
fechas especiales relacionadas a este deleite se celebran durante la
primavera, como la Semana del Auténtico Helado Artesanal. Es que los
argentinos no nos privamos de su consumo en ninguna época, ni siquiera
cuando nos estamos congelando los pies.

Según el estudio realizado por la consultora D'Alessio IROL e impulsado por AFADHYA, 9 de cada 10 lo comemos en verano; 8 de cada 10, en primavera; y 7 de cada 10 en otoño e invierno.

Pero la batalla no termina en elegir un lado de la contienda. ¡No! Acá hay
que ponerse la camiseta y transpirarla porque una cosa es ser parte del
equipo y otra muy diferente es que correr toda la cancha para mantenerse
en la punta. ¿

Cuál es tu aporte a la causa? Cualquiera sea tu elección,
#TeamCrema o #TeamAgua, ¿sos heavy, médium o light consumer?

Si consumís helado entre 5 y 6 veces a la semana, estás entre los primeros; si tu ingesta es de entre 3 y 4 veces semanales, sos un consumidor medio; y si estás más cerca del heladito dominguero (o cualquier otro día), tu subgrupo es el light.

Las estadísticas indican, de todos modos, que muchos somos jugadores de toda la cancha y según la época del año nos pasamos de un puesto al otro: en primavera y verano aumentan los medium consumers (65 por ciento) mientras que en otoño y primavera este porcentaje se reduce al
35 por ciento.

Si estás en el 4,5 por ciento que come casi todos los días durante la temporada estival, capaz sea hora de que revises tu dieta porque,
sí, te bancamos: es rico, irresistible y fresco, pero todo en exceso es malo,
¡incluso el helado!

"A los argentinos nos encanta el helado artesanal porque está elaborado
con materias primas de calidad", asegura Francisco Macarrone,
vicepresidente de AFADHYA. Y ahí es donde la mano del maestro
heladero es fundamental, tanto para la elaboración como para la selección
de los productos.

Es que no es lo mismo una fruta en su punto justo de maduración que una pasada; ni un chocolate belga que otro con un sabor menos definido.

"El secreto del helado artesanal es elaborar en poca cantidad y, en lo posible, diariamente", revela sobre este manjar que
amamos, venga en tacita, cucurucho, un cuarto o de a kilos.

"Yo trato de servirme siempre en un bol porque si como directo del pote,
¡me lo como entero!", confiesa Mariana, ya declarada defensora del
#TeamCrema, incluso ante las dificultades que este fanatismo puede
presentarle: "Todo lo que es lácteo no me cae del todo bien, por eso trato
de controlarme. Igual, mi hija me carga porque cuando agarro la cuchara,
¡no paro!".

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Una bocha de felicidad (¡y de calorías!)

Para darnos un gusto, para compartir, para comer solos, como salida de una
tarde o noche de verano, como postre para una cena familiar o como mimo
para levantarnos el ánimo. Los usos y excusas que encontramos para ir a la
heladería o pedir delivery y empuñar la cuchara dispuestos a deleitar
nuestros paladares con manjares bajo cero son infinitas. Y todas son
válidas.

"Es todo un plan comer helado. Para mí, además, es muy gratificante. En
verano, por ejemplo, ir a tomar un heladito es toda una salida", dice
Mariana. Y, al parecer, no es la única que piensa y siente de este modo: el
78 por ciento de quienes toman un helado en primavera creen que los hace
felices. Entre las causas más citadas para argumentar esto se encuentran
que, por lo general, lo hacemos en compañía de familiares o amigos,
propiciando así la comunicación y la distensión; que remite a recuerdos de
la infancia; y que nivela el estado anímico, convirtiéndose en una
gratificación inmediata luego de un día de altos niveles de estrés y
obligaciones.

Claro que, volviendo a nuestra batalla, la gratificación no es la misma para
todos. ¿Qué mejor aporte que llegar con uno o dos kilos para compartir con
los amigos o la familia? ¡Nada! Sin embargo, si el que elige los gustos es
acérrimo defensor de alguno de los equipos y llena el pote sólo de sus
sabores preferidos, la alegría puede convertirse en enfado para los del
grupo contrario.

"El helado es de crema", recuerda de nuevo Mariana. Y Macarrone reconfirma este favoritismo de los argentinos, aunque asegura
que también hay un ranking entre los amantes de los gustos al agua: "El
número uno en todas las heladerías del país es el dulce de leche en todas
sus versiones. El chocolate es el segundo sabor; y entre los frutales, las
estrellas son el limón y la frutilla".

Todo indica que el #TeamCrema tiene la delantera; sin embargo, todo lo
bueno de la vida tiene un "pero" y ésta no es la excepción. "Los de crema
indudablemente tienen más aporte calórico que los de agua; y cuanto más
agregados tienen, ya sea de frutos secos, chips de chocolate, dulce de
leche, concentrados de frutas, más grasas y azúcares van a contener,
alterando su composición nutricional", explica la licenciada Cecilia
Sánchez, miembro del equipo de Nutrición del centro de atención médica
especializada y multidisciplinaria CRENYF, derritiéndonos el cucurucho
en menos de un minuto.

"Consumidos de manera ocasional, son una gran fuente de energía debido al contenido de azúcar o glucosa, y esto puede ser bueno para combatir el agotamiento producido por altas temperaturas", agrega, a la vez que aclara que la clave está en la cantidad y en consumirlo de manera ocasional.

"No es lo mismo tomar un cuarto de sabores más cremosos, que tienen más aporte graso, que un vasito alternando con sabores frutales o de agua", continúa, mientras le suma puntos al #TeamAgua.

¡No canten victoria, enarbolando la bocha de ananá y manzana! ¡No está
muerto quien pelea! Y el #TeamCrema da batalla: "¿Cuántas veces te
engañás y consumís alfajores, barritas, productos light pensando que te
estás cuidando y es lo mismo que tomarte un helado, que es más rico y te
da más placer", nos interpela la nutricionista, a la vez que recuerda que el
secreto no radica en clasificar a los alimentos como prohibidos o malos
sino en aprender a equilibrar.

"Un helado de forma ocasional no es pecado, no hay ningún problema, sólo hay que saber elegir de manera inteligente, prestando atención a la frecuencia de consumo y el tamaño de
la porción justa", concluye.

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Esos raros sabores nuevos

No importa de qué team seas: ¡banquémonos en ésta! Los fanáticos de los gustos exóticos son un adversario en común. Ya sea que tu elección esté
del lado de la frutilla al agua o del dulce de leche granizado, no hay manera de que estos sabores más tradicionales mariden bien con innovaciones tales
como el helado de fernet o de palta.

Son divertidos, podemos probarlos para sacarnos la intriga, pero de ahí a aceptarlos e incorporarlos a nuestro pote, al lado del chocolate amargo o del limón, hay una distancia enorme.
De todos modos, cada año los maestros heladeros nos sorprenden con
propuestas propias y otras importadas.

"Hay una fruta exótica de Brasil, Açaí, en la que están incursionando algunos. Por otro lado, el maracuyá con naranja está muy de moda, al igual que la mezcla de sabores cítricos como jengibre con naranja, melón y mango", explica el representante de AFADHYA, para quien esta última combinación "va bien", al igual que otras como palta con aceite de oliva y albahaca o limón con albahaca (¡sí, leíste bien!).

"Son sabores no cotidianos, pero sirven para innovar y ofrecerles algo nuevo a los clientes", argumenta y anticipa que también se está comercializando el helado de hongos.

Según el especialista, "el helado acepta combinaciones infinitas, excepto
que sea de mal gusto". Y aquí está el meollo del asunto porque cada
paladar tiene su preferido y nadie puede decirle si eso está bien o mal. Así
que, sin importar a qué team pertenezcas, disfrutá del tuyo sin culpas, pero
con medida.

#Bonus
Receta para golosos

Si querés sorprender a tus amigos, pareja, familia o darte un gustito
diferente, probá esta idea de refresco de helado y soda, que propone
SodaStream: poné dos cucharadas bien colmadas de helado de vainilla (o el
sabor que más te guste) en un vaso largo, sumá dos cucharadas de jarabe o
salsa de chocolate, y completá con soda hasta el borde. Como toque final,
podés agregarle crema, chips o galletitas trituradas.

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