Durante los meses de verano se dan la mayoría de los abandonos de mascotas. Coincidiendo con el receso estival y las vacaciones, este descanso parece motivar a la deserción de gatos y perros. Por qué ocurre y cómo reaccionan los argentinos al ver un animal en la calle.
La Cámara de Empresas de Control y Administración de Infracciones de Tránsito de la República Argentina (CECAITRA), encargada de nuclear a las empresas productoras de software viales, realizó un sondeo en más de 1.800 hogares de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires y el Gran Buenos Aires sobre esta problemática.
Uno de los disparadores fue la siguiente afirmación: “La dificultad para viajar con una mascota al salir de vacaciones aumenta el abandono de animales en verano”. Frente a eso, el 54% de los encuestados dijo estar muy de acuerdo con el concepto y el 22% algo de acuerdo. Es decir, 8 de cada 10 personas coincidieron.
El sondeo también indagó sobre cómo se actuaría al encontrarse con un animal en la vía pública. El 27% indicó que lo retendría e intentaría localizar a sus dueños. 2 de cada 10 personas dijeron que no lo retendrían pero que publicarían sus fotos en las redes sociales. El 19% sostuvo que lo llevaría a un refugio; el 10% que sólo le daría alimento y el 4% restante dijo que haría la denuncia. Sólo el 13% de los encuestados se mantuvo indiferente ante las mascotas.
Al respecto, el Colegio de Veterinarios de la Provincia de Buenos Aires sostuvo: “Hay alrededor de 6 millones de perros y gatos que viven en las calles. Adoptar una mascota no es una obligación pero sí implica una decisión que debe tomarse a conciencia. La falta de responsabilidad, de educación y de perspectiva hacia la realidad de otros seres vivos son las principales factores de abandono, más allá de cualquier razón que impulse una decisión tan terminante. Es decir, puede deberse a crisis económicas, camadas indeseadas, enfermedades, falta de lugar, etc; pero no existe excusa posible para abandonar a un animal, excepto la falta de conciencia, de educación y de compromiso con el semejante”.
Hay alrededor de 6 millones de perros y gatos que viven en las calles. Adoptar una mascota no es una obligación pero sí implica una decisión que debe tomarse a conciencia
Para tratar de aportar soluciones y evitar los abandonos de animales, el Colegio de Veterinarios provincial brindó una serie de recomendaciones para el traslado en auto de las mascotas. Por ejemplo: nunca dejar al animal en un espacio donde se acumule el calor, aunque el auto esté a la sombra y con las ventanas abiertas; a los perros pequeños llevarlos en jaula y a los más grandes sujetos con dispositivos especiales para mascotas. “Nunca amarrar a los animales con cuerdas o correas ya que si hay un accidente, podrían sufrir lesiones e incluso estrangularse o ser arrastrados por el vehículo. Los gatos no están acostumbrados a viajar en auto por lo que se debe llevar en jaula transportadora. En todos los casos se recomienda hacer paradas para que pueda bajar, moverse y hacer sus necesidades”.
Normativas
En la Provincia de Buenos Aires, la Ley 13.637 establece que “ningún conductor podrá llevar animales en el asiento delantero. Estos deberán ser transportados en el asiento trasero y atados con correas de modo tal que no puedan saltar al asiento delantero”. Por su parte, la Ley 2.148 de tránsito de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires también prohíbe a los conductores “transportar animales sueltos”.
La legislación nacional de tránsito no reglamenta el traslado de las mascotas, sin embargo prohíbe “transportar cualquier carga o elemento que perturbe la visibilidad, afecte peligrosamente las condiciones aerodinámicas del vehículo, oculte luces o indicadores o sobresalga de los límites permitidos”. Por último, la Agencia Nacional de Seguridad Vial aconseja “llevar a las mascotas sujetas con arneses, en jaulas o caniles y en el asiento trasero. Esto es para que no molesten al conductor y no sean un elemento de peligro en el interior del auto”.
Tener una mascota conlleva un importante grado de responsabilidad y un viaje de placer no puede condicionar una decisión tan importante. Con los recaudos necesarios, esta cifra podría revertirse y que todos puedan disfrutar de unas vacaciones en familia.