Quien tiene la suerte de vivir con perros seguramente no tiene dudas de sus capacidades de comprensión sobre los humanos y lo que ocurre en el enorno; sus expresiones y movimientos a la hora de hablarles permiten entrever sus habilidades para entender lo que se les comunica de manera diaria.
Una nueva investigación abre el juego a pensar que las mascotas, específicamente los caninos, entienden todo lo que sus dueños les quieren decir. El estudio publicado en la revista de investigación Current Biology explica que los perros aprenden a discriminar entre rostros humanos felices y enojados. Así que, según la investigación, los perros comprenden cómo se sienten.
María Virginia Ragau, veterinaria y especialista en etología clínica, explicó en diálogo con Infobae que "los perros como especies sin capacidad verbal tienen otro tipo de comunicaciones. La que es fundamental es la del tipo visual, olfativa, auditiva y táctil, esa es su manera de comunicarse hacia los dueños".
El estudio sometió a un grupo de perros a ciertas pruebas para entender el nivel de comprensión que tienen los caninos hacia sus dueños. Para llegar a la conclusión final, un grupo de perros fue expuesto a 15 pares de imágenes.
A un grupo de animales sólo se le mostraban las mitades superiores de los rostros y a la otra sólo las mitades inferiores. Al final, se descubrió que los perros usaron su memoria de rostros humanos reales para comparar con lo que estaban viendo y lograr finalmente la tarea de discriminación en los gestos.
"Un claro ejemplo de esta situación es la mirada que tiene el hombre hacia el animal; si es directa y persistente, puede indicar un desafío; en cambio, si el hombre mira el animal hacia la cola, hacia el lomo, esto indica dominancia o si lo mira hacia el costado neutralidad. Definitivamente las mascotas entienden cuando el dueño está contento o no con ellos", describió la especialista.
"Es importante entender que los perros tienen tres maneras de comunicarse hacia sus dueños, que es algo recíproco que varía entre: la comunicación auditiva relacionada a los manifiestos del animal como ladridos, aullidos y llanto; la olfativa, muy desarrollada en los animales y que interviene en la comunicación entre personas; y por último la visual, que tiene que ver con las posturas", enfatizó la profesional.
A pesar del éxito y la conclusión del estudio, los investigadores descubrieron que los rostros felices son mucho más fáciles de identificar que otras emociones. O sea, para los perros es más difícil distinguir entre el enojo y la tristeza.
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