Conductas agresivas en mascotas: cuando el mal comportamiento se transforma en un problema

Algunos animales suelen presentar actitudes inadecuadas con las personas o con otros de su misma especie. Cuándo es el momento de prestar atención y qué se debe hacer ante una situación de este tipo

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Algunas especies son más agresivas que otras debido a su genética (Getty Images)
Algunas especies son más agresivas que otras debido a su genética (Getty Images)

Tanto perros como gatos suelen ser, en líneas generales, animales de buen comportamiento. Sin embargo, existen algunas mascotas que presentan problemas de conducta que derivan en temperamentos agresivos, no solo con los seres humanos sino con otros de su misma especie.

Lo cierto es que la violencia integra el repertorio comportamental normal. Ambas son especies predadoras, y el comportamiento agresivo les es útil para conseguir su alimento, para alcanzar y proteger recursos importantes como territorio y pareja reproductiva, además de defenderse de aquellos que los amenazan.

La etóloga clínica Silvia Vai explicó a Infobae que por eso es necesario diferenciar si, a través de la conducta agresiva, el animal desea imponerse, defenderse o cazar, ya que según éstas adoptará diferentes posturas y emitirá sonidos distintos. En las dos primeras juegan un papel importante las emociones del animal. Así, si está relajado, tranquilo y sin signos de enfermedad será más tolerante que aquel en el que su estado de bienestar físico y/o emocional se encuentre afectado. En el caso de la agresión predatoria, será disparada por el movimiento de la presa.

Que factores influyen en el carácter del animal

Puede ser un signo de una enfermedad comportamental, ya que es un estado emocional con tendencia a producir agresiones (Getty Images)
Puede ser un signo de una enfermedad comportamental, ya que es un estado emocional con tendencia a producir agresiones (Getty Images)

El comportamiento del animal depende de la genética, el ambiente y los aprendizajes. Luego del nacimiento, en sus primeras semanas de vida, es fundamental la socialización del can o del felino con animales de su misma y otras especies -incluido el hombre- y su habituación a los diferentes estímulos cotidianos con los que tendrá que convivir en la edad adulta.  Todo esto posibilita que en la adultez sea menos vulnerable y más resiliente a todo lo que pueda sucederle, disminuyendo la posibilidad de que evidencie manifestaciones agresivas de origen emocional.

Por qué los animales son agresivos con otros de su especie

Aunque en algunos casos la violencia entre animales es normal, siempre es inaceptable para la convivencia con el hombre porque genera problemas dentro de la familia y con otros (Getty Images)
Aunque en algunos casos la violencia entre animales es normal, siempre es inaceptable para la convivencia con el hombre porque genera problemas dentro de la familia y con otros (Getty Images)

La etóloga aseguró que las causas son diferentes. En el caso del perro, puede deberse a que compite con el otro con quien convive por alcanzar lo que considera importante para él, por ejemplo el lugar de descanso, un juguete, alimentos, el acceso a las caricias o atención del dueño o las visitas, quién pasa primero por un lugar estrecho, etcétera.

Un mal manejo del propietario fomenta malos comportamientos favorece que salga muy excitado a la calle y de esta manera ladre o se abalance sobre otros

"Comúnmente son enfrentamientos ritualizados que ocurren en presencia del propietario, y la sumisión de parte del animal de menor rango termina la disputa. En la calle, muchas veces observamos perros ladrando agresivamente a otros independientemente del tamaño o del sexo, eso también puede deberse a miedos por falta de contacto temprano con congéneres", afirmó la especialista.

Y agregó: "Un perro equilibrado y de buen comportamiento puede reaccionar agresivamente cuando el otro se acerca y desea dominarlo o desconoce los rituales de comunicación propios de su especie".

Cuáles son las señales a las que debemos prestar atención

El gato puede ser agresivo con otro por defender su territorio: lo hace para alcanzar pareja reproductiva o por miedo (Getty Images)
El gato puede ser agresivo con otro por defender su territorio: lo hace para alcanzar pareja reproductiva o por miedo (Getty Images)

– El gato no debe trepar a las piernas o jugar con las manos y los pies de la persona. Tampoco tiene que morder o arañar al ser acariciado o levantado.

– El perro no debe gruñir, mostrar los dientes o morder, en el hogar o en la vía pública, a personas u otros animales.

– Tampoco debe ocasionar lesiones con sus dientes las manos, brazos o piernas de la persona o animal durante el juego

– Si se aferra a brazos o piernas de las visitas, o del propietario cuando este no le presta atención, lo reprende o no cumple sus demandas, también hay que prestar atención

– Si orina levantando la pata en lugares no permitidos de la casa como muebles, ropa o elementos de la familia, está exhibiendo una conducta fuera de los parámetros normales

– Si exige con ladridos alimento, agua, su sillón preferido o salir a pasear, tiene mirada amenazante, eleva los pelos del dorso, o impide el paso al propietario está evidenciando una conducta de tipo agresiva

– Si gruñe o levanta los labios al ser acariciado o abrazado, cuando se lo mira a los ojos o frente al reto,hay que prestar atención

– Si no permite que nadie se acerque al dueño, o a los niños de la familia, ladra de manera agresiva o gruñe a perros o personas en la vía pública o desde el vehículo también son indicios de violencia

Cómo solucionar un problema de comportamiento en mascotas

Detectar una conducta agresiva es fundamental para prevenir problemas a futuro (Getty Images)
Detectar una conducta agresiva es fundamental para prevenir problemas a futuro (Getty Images)

Por supuesto, la conducta agresiva puede prevenirse y evitarse mediante una comunicación correcta y condiciones de manejo acordes a las características propias del animal, evitando siempre los malos tratos, ya que estos dificultan el aprendizaje y predisponen a la aparición de miedo, ansiedad y más agresividad.

"En el caso del perro, habría que desterrar definitivamente el uso del collar de ahorque. A quienes lo utilizan para controlarlo les pido que por una vez intenten ponerse en su lugar e imaginen qué sentirían si alguien coloca uno alrededor de su cuello y realizara los mismos movimientos a los que se somete al animal. Hay maneras más efectivas y menos violentas y dolorosas para comunicar lo que deseamos, tanto a un perro como a un gato", aseguró Vai.

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