Cuando la salud no está bien y las enfermedades comienzan a aparecer, se suele recurrir casi por impulso a la medicina tradicional. Lo mismo sucede con las mascotas. Ante el primer síntoma de malestar, sus dueños acuden a los veterinarios. Sin embargo, existe una rama de la medicina que se encarga de tratar todo tipo de enfermedades de manera integral.
La homeopatía es para muchos una de las alternativas más efectivas para tratar enfermedades de tipo alérgicas, de comportamiento o afecciones relacionadas con el estrés y la ansiedad. Tanto seres humanos como animales pueden ser tratados holísticamente o complementando los métodos clásicos.
Samuel Hahnemann, médico alemán y creador de la homeopatía, experimentó por primera vez con un tratamiento homeopático en su propio caballo para curarlo de una enfermedad de tipo ocular. Tras notar que los resultados fueron positivos, se encontró en condiciones de afirmar que ese nuevo método también podía usarse en animales de manera adaptada.
Uno de las aspectos más positivos es que los medicamentos homeopáticos no tienen efectos tóxicos ni secundarios. Se utilizan medicamentos especiales elaborados con productos que se obtienen del reino vegetal, animal y mineral. El veterinario Jorge Muñoz, especialista en homeopatía animal, explicó a Infobae que lo que se busca es que el organismo reaccione y genere una energía vital para autocurarse.
Si se trata de forma conjunta con una buena nutrición, la homeopatía puede ser muy importante en la prevención de enfermedades
"A diferencia de otras especialidades, creo que es muy efectiva y muy fácil de administrar. Lo interesante es que cada caso es distinto y todo el tiempo hay que estar informado y actualizado ya que cada paciente es diferente. Las curaciones y reacciones que se dan en los animales con respecto a los remedios son notables", aseguró el experto.
Al igual que los seres humanos, los animales también deben tener una entrevista con el médico especialista. Claramente quienes responden las preguntas son los propietarios de los animales: trabajan "igual" que los pediatras homeópatas.
"Vemos cuáles son las actitudes, realizamos un examen de rutina para saber cuáles son los síntomas que tienen y después le preguntamos a quien lo conoce bien cuáles son sus características mentales, sus emociones, a qué le tiene miedo, cómo reaccionan frente a una caricia, cómo es su vida diaria, etc. El interrogatorio es el mismo que el que se hace con las personas, pero en este caso a través de los dueños", afirmó el veterinario.
Una vez que se obtienen los datos necesarios, los síntomas, la historia clínica de su enfermedad, el fenotipo, entre otras cosas, llega el momento en donde "se pone a prueba nuestro sentido común e incluso nuestra intuición. Debemos trazar un plan estratégico para curar a nuestro paciente", contó Muñoz.
Hay que tener en cuenta que un correcto "estímulo homeopático" depende de varios factores: la elección del remedio correcto, su dosaje o potencia y la correcta frecuencia con que se administre. Con respecto a la dosis hay que prestar atención al dinamismo que se da entre el organismo y la enfermedad.
Las medicinas tienen distintas presentaciones: pueden ser en gotas, polvo, cristales, glóbulos, tabletas, inyecciones, cremas o lociones. Lo que hay que saber es que debe darse en la menor dosis posible que se produzca el máximo beneficio.
Las potencias altas se recetan en casos agudos y cuando el organismo está dinámicamente robusto y los síntomas mentales son adecuados. Las bajas potencias pueden ser seleccionadas para las enfermedades crónicas, en cuerpos debilitados y en enfermedades en donde la patología localizada es la predominante, como la insuficiencia renal.
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