El verano suele ser una de las épocas más esperadas del año, ya que es ideal para pasar tiempo al aire libre y relajarse. Sin embargo, ante las altas temperaturas hay que tomar los recaudos necesarios para no sufrir un golpe de calor. Y esto no solo se aplica a las personas, sino también a los animales.
La veterinaria y etóloga clínica Silvia Vai explicó a Infobae que todos los individuos son igualmente sensibles aunque hay animales que lo son más que otros. "Cualquier perro o gato puede sufrirlo pero los cachorros y ancianos son más susceptibles, así también aquellos con sobrepeso, enfermedades cardíacas, problemas hepáticos o renales tienen más dificultad para eliminar calor" aseguró.
Es importante tener en cuenta que tanto los perros como los gatos son muy sensibles a las altas temperaturas. Los mecanismos fisiológicos que regulan la temperatura corporal tienden a fallar cuando esta sube rápidamente, y el riesgo es alto cuando alcanza los 42 °C.
Cuando la temperatura ambiental es elevada, el jadeo, la sudoración de las almohadillas plantares y la pérdida de calor por las zonas de poco pelo –como el vientre– les permite regular su temperatura corporal. El gato, por ejemplo, cuenta también con el acicalado, ya que al evaporarse la saliva que depositó sobre el pelaje durante el lamido disminuye la temperatura corporal.
Cómo se comporta el cuerpo de las mascotas ante el calor excesivo
Tanto en el perro como en el gato, el aumento de la temperatura corporal por encima de los 41 °C llevará en pocos minutos a la muerte del animal. Se observa inicialmente la presencia de desgano, falta de fuerza, sed extrema, desorientación, decaimiento, temblores musculares, salivación aumentada y vómitos. Más tarde, dificultad para respirar y aumento de la frecuencia respiratoria y cardíaca.
Las encías y mucosas se observan pálidas y la lengua rojo brillante y más tarde de color azulado por la deficiente oxigenación de los tejidos.
Aparecen manchas rojas en la piel (petequias), hemorragias gastrointestinales, edema cerebral, coma y muerte.
Los más propensos a sufrir un golpe de calor son los de pelaje oscuro, los que pertenecen a razas de hocico chato como Shit Tzu, pequinés, san bernardo, pug, bull dog francés e inglés, boxer, y en gatos el persa, british y otros. Asimismo, también hay que prestar atención a aquellos que padecen patologías de comportamiento como fobias, trastornos de ansiedad e hiperactividad.
Permitirles permanecer en un lugar fresco, amplio, con buena ventilación, posibilidad de buscar sombra si lo desea, acceso al agua fresca y limpia es fundamental. "Muchas veces se impide el acceso al interior de la vivienda porque presentan malos comportamientos y el propietario teme que rompa objetos, que ingiera elementos no comestibles u orine o defeque en diferentes lugares de la casa", aseguró la especialista.
"Si está en el exterior, hay que permitirle que tenga lugares protegidos del sol y asegurarse de que haya suficientes bebederos para que si uno se vuelca consiga otro, darle posibilidad de que se moje si lo desea, por ejemplo dejando un regador prendido o con la posibilidad de meterse a una pileta.
"Otra opción es dejarles bloques grandes de hielo para que puedan beber si así lo desean. En el caso del perro, alimentarlo temprano a la mañana o a la nochecita; el gato ingiere pequeñas raciones repartidas durante todo el día; evitar el ejercicio físico y los paseos en horas de más calor", agregó.
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