Enero de 2017: 467 mil hectáreas de fuego, once víctimas fatales, la fauna emigró y la flora desapareció. Sólo quedó el silencio sepulcral de los bosques de la Región del Maule, en el centro de Chile. En junio el escenario no ha variado demasiado: la fauna no está y la flora quedó deslucida, castigada a un marrón homogéneo, síntomas del desastre. Pero al silencio lo interrumpen ladridos de perros. Tres perros que en el corazón del bosque devuelven la esperanza.
Son border collies hembras: Das, la madre de cinco años, y sus cachorras de un año Olivia y Summer. Trabajan para recuperar la biodiversidad de una zona devorada por la escena catástrofe. En un cementerio de árboles, sin indicios de vida animal o vegetal, tres perros realizan tareas de reforestación como si fuese un juego. Se dedican a resembrar con bolsos en sus lomos cargados de semillas de árboles nativos, flores y pasto que caen, se esparcen y distribuyen mientras cavan, correr, se revuelcan.
Son guiadas por Francisca, de 32 años, una entrenadora de perros para personas con discapacidad y directora de Pewos, la comunidad virtual animalista y ecologista con más de 26.000 miembros. Los canes están amaestrados para no atacar a ningún animal silvestre y para vaciar sus bolsos de semillas una y otra vez, gratificados con comida.
Según la instructora, los perros raza border collie son perfectos sembradores por sus dotes de inteligencia, energía y rapidez. En términos de eficiencia, el labor canino es mucho más provechoso que el resembrado humano. La comparación de la especialista establece que un perro puede recorrer hasta 30 kilómetros en un día y descargar hasta diez kilos de semilla, mientras que una persona podría sembrar apenas tres kilómetros diarios.
La titánica tarea de estos tres perros ya conoce resultados. "Pasamos por unas praderas que ya están completamente verdes y la verdad que es trabajo de ellas tres, de Summer, Olivia y Das", le contó Francisca a AFP. En marzo empezaron las gestiones de reforestación con semillas de 15 bosques diferentes de la región y estiman que para el próximo verano las semillas hayan germinado, la vegetación haya regresado en módicas formas, las praderas se vistan de pasto y animales como monos, lagartijas, zorros, insectos y liebres emprendan el regreso. "Lo principal es que la fauna pueda volver a vivir", resumió la promotora de esta iniciativa ambiental.
Das, Olivia y Summer no lo saben pero están resucitando un bosque nativo de Chile. Tres perros que mientras juegan, corren y se divierten colaboran con el resurgimiento de una zona incendiada, de un ecosistema vital.
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