Sorprendiendo desde 1955: el Libro Guinness de los Récords se convirtió desde su primera edición en el galardón que premia las marcas más bizarras, insólitas y diversas. Hace semanas debió viajar a Westerlo, Bélgica, convocado por la familia Loodts que juraba presentar un contenido digno de la publicación más codiciada y pintoresca del mundo. Era Keon, un pastor irlandés, el perro con la cola más larga jamás conocida.
Un caso de estudio, un caso merecedor de pertenecer a la elite de los récords. Keon, que en idioma irlandés significa "valiente guerrero", es un "gigante muy amigable", según referencias de sus dueños. A simple vista, sus dimensiones abruman. Pero la exagerada extensión de su cola requería una sentencia. Por ello, decidieron recurrir a los jueces del Libro Guinness de los Récords para que constataran que el can cumplía los requisitos que demanda la publicación.
Los fiscales, con centímetro en mano y la colaboración de un veterinario, afirmaron que la cola de Keon mide exactamente 76,8 centímetros de largo. Récord Guinness otorgado. Otro pastor irlandés que presumía de disponer de la marca con sus 72,3 centímetros de rabo fue destronado.
Ilsa, la dueña del perro, expresó su felicidad por la sentencia y la celebró con una frase feliz: "Ahora sabemos que cuando Keon mueve la cola está moviendo algo único en el mundo". La familia Loodts manifestó su satisfacción por el premio, más allá de que este galardón no entregue ningún rédito económico. Por el contrario, para solventar los gastos de traslado del cuerpo de jueces del Libro Guinness de los Récords debieron invertir 450 dólares.
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