Nesting: la tendencia de gestionar el placer de estar en casa

Por la pandemia de COVID-19 y las distintas situaciones de confinamiento, el hogar se transformó en una suerte de refugio. El replanteo acerca de dónde y cómo vivimos impulsó la búsqueda de soluciones que reflejan la creciente preocupación por la higiene, la sostenibilidad y el bienestar

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Al momento de decorar un ambiente, los aromas son grandes aliados (iStock)
Al momento de decorar un ambiente, los aromas son grandes aliados (iStock)

Quién te hubiera imaginado sumergido en la cocina amasando los fideos del domingo. No te veías muy seguro pintando un mural como cabecera de tu cama en la pared de tu cuarto. El aroma a torta recién hecha, bañando las tardes, parecía cosas de la abuela. Velas en las ventanas al anochecer eran costumbres extraídas de la cultura hygge nórdica. A poco de acurrucarte en el sillón con una taza caliente del último té artesanal que compraste en la tienda de un emprendedor, empezaste a hurgar en esa marca de mantas tejidas a mano que inspiran pasados románticos, pero que llevaban su precio a estilo alfombra voladora. Algunos compraron nuevos libros, otros se suscribieron a interminables cantidades de servicios de streaming, hubo quienes aplicaron a una carrera universitaria de cursos online.

Más que nunca, el hogar se transformó en un refugio. A modo de la caverna de nuestros antepasados prehistóricos, la casa se tornó en sinónimo de seguridad frente al gran temor de afuera. Entonces, anidamos. Lo hacemos acogedor y hermoso.

El Instituto Nacional de Estadística de España reveló un incremento del 12,6% mensual promedio en la venta de productos para el hogar desde que se disparó la pandemia. Según Houzz, una plataforma dedicada al diseño de ese país, para 2020 se había registrado un aumento del 128% respecto del año anterior y, dentro de este sector, la demanda de profesionales especializados en reformas de baños se triplicó (un 204% más) y de aquellos especializados en cocinas se duplicó (131%).

La plataforma de e-commerce Tiendanube concuerda con esas cifras también en la Argentina. La firma reveló que las transacciones de las tiendas crecieron 420% si se compara marzo de 2020 con julio de ese mismo año. El segmento de mayor crecimiento fue el de hogar, con un 507% de aumento.

Embarazarse de uno mismo

El término nesting se puso en boca de los especialistas en psicología antes que en el mercado comercial. No es nuevo, aunque sí la implicancia que ha adoptado a partir del COVID-19. “Hacia el final del embarazo, la gente tiene el impulso de crear un espacio que sea muy seguro y acogedor para el recién nacido -explica Saunia Ahmad, psicóloga clínica y directora de la Clínica de Psicología de Toronto, e investigadora de esta tendencia-. Tiene un valor adaptativo evolutivo muy fuerte que se remonta a la época de los cavernícolas y se asegura de que haya un entorno seguro para padres e hijo”.

Durante la pandemia, las personas buscaron convertir su hogar en un refugio lo más cómodo y acogedor posible (Getty)
Durante la pandemia, las personas buscaron convertir su hogar en un refugio lo más cómodo y acogedor posible (Getty)

En tiempos de coronavirus, según dicen los científicos, las personas comenzaron a portearse a sí mismas, como una manera de crear un refugio que transformara en cobijo seguro algo de todo lo hostil que se percibía desde afuera. Aquella idea de convertir a la propia cueva en la más cómoda y hogareña posible. El mundo se empezaba a poner aterrador. Desde todas los frentes nos incitaron a quedarnos en casa, distantes aún dentro de ellas, sin contactos sociales, con incertidumbre por el futuro, preanunciando escenarios negros. Cerrar las puertas de casa, encontrar en ella el mullido enjambre de algodón de colores pastel era una forma de crear una sensación de espacio positivo. “El mensaje de COVID-19 es que salir al exterior no es seguro -explica Ahmad-. Tenemos menos previsibilidad y menos control para mantenernos a salvo”.

Los investigadores detectaron que, cuando pensamos en nuestros hogares como tranquilos o reparadores, es menos probable que nos sintamos deprimidos o ansiosos. Convertir el espacio vital en un sitio de comodidad y estabilidad puede tener un impacto profundo en la calidad de vida y del ánimo, tan vapuleado en los últimos 18 meses. Un estudio mostró que “la domesticidad, entendida como el potencial para promulgar una dimensión doméstica en lugares significativos, es un activo importante para resistir las dificultades del presente, cultivar la memoria y diseñar proyectos para el futuro”.

Recientemente, la marca de muebles Article encuestó a sus seguidores para ver cómo manejaban el trabajo desde casa. De más de 1.500 participantes, el 95% dijo que era más productivo trabajando en un espacio bien diseñado. El 54% personalizó su espacio de trabajo con muchas plantas, mientras que el 46% lo hizo con arte elegante. “Definitivamente hay una sensación de ‘¿Qué puedo hacer para controlar las cosas en este momento?’ -justifica Ahmad-. Lo que podemos hacer es trabajar en aspectos de nuestra casa: reorganizar, comprar algo nuevo, pintar. A veces tenemos la ilusión de que podemos controlar todo en nuestra vida si trabajamos lo suficiente, si nos esforzamos lo suficiente. Pero la realidad es que hay muchas cosas que no podemos planificar y tenemos que trabajar para aceptarlas”.

Además de decorar, las plantas y flores renuevan las energías y alejan las malas "vibras" (Getty)
Además de decorar, las plantas y flores renuevan las energías y alejan las malas "vibras" (Getty)

La era que el COVID-19 nos dejará

“La gente está tratando de entender qué le pasa y cómo se siente con su entorno -explica la especialista-. Cambiar el aspecto de un espacio da una sensación de dominio”. Rodearse de un ambiente acogedor, adquirir la pastelería del Palacio Duhau; suscribirse a una función por streaming de la Opera de Nueva York; recurrir a los tragos de Smart Drink en cápsulas o a las líneas exclusivas de Nespresso; encargar en Diderot una obra de arte que inaugure la colección en casa; recibir un menú de Tegui o de Carta Corta diseñado solo para vos; que te cobijen mantas naturales de Elementos Argentinos o que te iluminen tus noches estilo nórdica las velas de The Candle Shop. Esa bienestar arreglado con cuidado pone calma en el alma perturbada por barbijos.

Hakan Bulgurlu, CEO de Arçelik, grupo que ha desarrollado una investigación en tono a la tendencia nesting, aseguró: “Los últimos meses han cambiado nuestras vidas para siempre, y las empresas y los gobiernos tienen un importante papel que desempeñar para ayudarnos a adaptarnos a este nuevo orden mundial. El hogar experimentará un cambio radical, ya que nos replanteamos dónde y cómo vivimos y buscamos soluciones que reflejen la creciente preocupación por la higiene, la sostenibilidad y el bienestar”.

Hasta cierto punto, la tendencia de quedarse en casa había comenzado a llamar la atención de los especialistas mucho antes de que llegara la pandemia. En 2018, el término “economía hogareña” se acuñó para representar cómo los consumidores jóvenes, con problemas de liquidez buscaban más alegría y placer en las comodidades del hogar. Gracias a COVID-19, esa tendencia aceleró. Pero, a medida que nos adentramos en la pandemia, más consumidores descubrieron el placer de estar en casa, sobre todo en otoño e invierno.

Las plantas, los aromas y la iluminación son clave para generar un ambiente acogedor (Getty)
Las plantas, los aromas y la iluminación son clave para generar un ambiente acogedor (Getty)

YPulse se especializa en estudios de Gen Z y millennials. Esta firma ha estado estudiando los impactos a largo plazo de COVID-19 en los sentimientos de los adultos jóvenes sobre sus hogares. Descubrió que el 75% de los millennials se consideraban hogareños. Los datos muestran un aumento para tres cohortes de edad diferentes entre las edades de 20 y 44, no una coincidencia exacta para los millennials, pero cerca. Los adultos jóvenes han pasado el equivalente a entre 3,3 y 11,3 días más en casa. Casi 8 de cada 10 adultos jóvenes (78%) ahora están tratando de hacer de su hogar un lugar más agradable para pasar el tiempo. Describen su hogar ideal como cómodo, acogedor, seguro, relajante y silencioso. Casi dos tercios (64%) dicen que se han interesado más en mejorar o arreglar sus hogares debido al COVID-19. Durante la cuarentena, casi dos tercios (64%) de los jóvenes han comprado artículos para hacer su hogar más cómodo.

La investigación de adultos estadounidenses realizada por Leaf Group ha identificado cambios de comportamiento clave desde el apogeo de las órdenes de quedarse en casa. Su estudio reveló cambios permanentes en los comportamientos de los adultos, incluida la priorización de un estilo de vida más centrado en el hogar. El estudio encontró que casi siete de cada diez adultos (69%) dicen que organizar y mejorar su hogar se ha convertido en parte de su rutina. Cuando pueden salir de casa y visitar restaurantes y negocios, casi nueve de cada 10 dicen que continuarán cocinando en casa (89%), y cuatro de cada 10 dicen que continuarán teniendo encuentros virtuales con amigos y familiares (40%).

Aquello de volar del nido está empezando a cambiar por hacerlo más grande, con techo y buen servicio. Como los hoteles 5 estrellas en viaje, pero pintadas en la puerta de casa.

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