El verano es la época del año que más daña la piel por el sol, cambios bruscos de temperatura y la mayor exposición al aire libre terminan deshidratando, resecando, manchando, aumentando las arrugas de expresión y apareciendo pequeñas arrugas, pero con el paso del tiempo el resto de las estaciones también pueden generar cambios en la dermis.
Limpiar con emulsiones con pH neutro para no irritarla, mantenerla limpia e hidratarla también por dentro manteniendo una dieta no solo aumentando la ingesta de agua sino también rica en fruta, verdura y proteínas, evitar exceso de sal, azúcar y grasas hidrogenadas.
Dormir los suficiente porque el sueño es reparador regenerando, iluminando la piel y evitando las ojeras. Actividad física que nos generará transmisores neurobiológicos como la dopamina que se refleja en una piel más luminosa.
En diálogo con Infobae, la médica cirujana, Cristina Sciales (MN 66744) sugiere algunos tratamientos según las diferentes edades, a los 20; a los 30, a los 40; a los 50 y a los 60.
Según la edad se hará diferentes cuidados como a los 20 años respetando el tipo de piel (sensible, grasa, mixta) es importante la limpieza con un agua micelar o producto elegido y luego hidratarla con una emulsión ligera y no olvidarse durante el día de utilizar un factor de protección solar (SPF 15).
A los 30 años aparecen los primeros signos de envejecimiento: deshidratación, manchas, perdida de la luminosidad, líneas de expresión. Las máscaras astringentes, iluminadoras o regeneradoras son un buen aliado. Si se toman anticonceptivos o se está embarazada hay que tener especial cuidado en proteger la piel del sol, los cambios hormonales pueden provocar manchas oscuras en la piel dependiendo del fototipo.
A los 40 años se empieza a perder firmeza y tonicidad porque se ralentiza la renovación celular y la producción de colágeno, las arrugas son más pronunciadas y comienzan a aparecer los signos de fatiga en la piel.
A los 50 años es la época de los cambios hormonales debido a la menopausia: se pierde elasticidad, la piel se reseca y se vuelve más fina, las arrugas de gesticulación están marcadas y puede ser que aparezca hiperpigmentación. Se deben extremar los cuidados de hidratación y nutrición de la piel y activar la regeneración celular con productos específicos antiage.
A los 60 años el principal problema es la deshidratación de la piel, la falta de colágeno y elastina que provocan la aparición de pliegues y arrugas, y las manchas. Pero el daño principal a esta edad es el efecto acumulativo por la falta de cuidados en las etapas anteriores o haber tomado el sol en exceso. Después de los 60 hay que extremar la prevención del daño solar no solo con tratamientos antioxidantes si no regenerando y redensificando la piel con plasma rico en plaquetas reactivado con luz led.
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