"Es llevando las experiencias hasta sus límites como conseguimos cambiar las mentalidades", dijo el diseñador español Paco Rabanne en 1967. El exceso y la audacia fueron siempre parte de su esencia. Las colecciones que presenta están confeccionados con lentejuelas, aluminio y rhodoid (mezcla de oro y plata), una verdadera innovación y revolución. A lo largo de su carrera, experimentó volúmenes y materiales inéditos como el metal, que utilizó como una segunda piel.
Y una parte fundamental de su identidad es su línea de fragancias. Con XS, Paco Rabanne apuesta por la provocación en su grado más alto. Pero siempre con ironía. En sus comienzos, en 1993, XS abrió el camino y reivindicó el deseo sexual, sin tabú, con campañas de televisión ardientes, cuyo primer film fue realizado por el director Emir Kusturica, y reflejaba una fragancia viril de una sensualidad exacerbada, y un frasco inspirado en un mechero icónico.
En 2007 declararon la fragancia como espíritu del rock: la versión masculina con notas de maderas salvajes sobre un praliné especiado, y la femenina con una rosa narcótica sumergida en vainilla negra.
Una década más tarde, Paco Rabanne anunció con bombo y platillo la vuelta del sexo y del erotismo. Una fantasía erótica encarnada por un heredero de una belleza indecente, con un don. ¿Su perfume? Una trampa de sensaciones para perder la razón. El estremecimiento de una sobredosis de jengibre. Una explosión de cálida vainilla y de mirra. El exceso en estado puro.
Tras las huellas de Pure XS, Paco Rabanne lanzó Pure XS for Her, su alter ego. Una historia de fantasía erótica y ardiente deseo. Un perfume sin restricciones encarnado por la candente Emily Ratajkowski.
Emily Ratajkowski es su nueva musa. "Cuando Paco Rabanne me pidió que representara su nuevo perfume, no pude decir que no. Me gustaban mucho sus fragancias, y también el trabajo de Julien Dossena, y ese tono decidido, tan sexy, con el que la marca se dirige al mundo. Desde que me uní a la familia he aprendido mucho sobre la historia de la casa. Paco Rabanne fue un precursor: diseñó vestidos que permitieron a la mujer sentirse más fuerte, liberarse. Un verdadero visionario", aseguró la modelo.
"En la época en que comencé a trabajar el metal, el movimiento de liberación femenina aún no existía y las mujeres tenían que afirmarse como guerreras. Por eso las vestí con armaduras, con las que intentan conquistar su independencia", dijo en su momento el diseñador. El hombre que amaba embellecer a las mujeres utiliza el metal para devolverles su poder de feminidad.
Sin embargo, detrás de sus vestidos escandalosos, el cuerpo es sublimado y la piel se sugiere: "Una mujer desnuda bajo un vestido de metal se ofrece y es a la vez inaccesible, es erotismo puro, el escudo de luz provoca, la malla metálica ondula y la transparencia revela. Es en ese intersticio, en esa libertad sin restricciones, es donde nace el erotismo a la Rabanne".
El exceso en estado puro
El estilo y la desenvoltura, y un talento increíble para obsesionar a los hombres, incluso sin mirarlos: eso es lo que provoca la fragancia.
En 2019 nos muestra una fantasía erótica en su más puro estado. ¿El objeto del deseo? La fragancia con su nuevo envase esculpido en vidrio de aristas angulosas y líneas torneadas para la sensualidad con una serpiente dorada, tentador como una joya.
Se trata de un aroma floral, muy provocador y liberador, creado por Quentin Bisch con ideas de traducir un orgasmo en términos olfativos y crear una explosión de los sentidos. Una flor de ylang-ylang magnética frente a un pop-corn muy adictivo. Los dos acordes vibran al unísono y se responden en tensión para desencadenar una explosión carnal y una avalancha de sensaciones.
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