Por Paula Guardia Bourdin, desde Milán
Luego de las semanas de la moda de Nueva York y Londres, en el cuadrilátero de la moda en Milán se respiran los aires del evento que inicia hoy y que finalizará el 24 con 59 desfiles oficiales y un centenar de eventos y presentaciones.
Desde el jueves pasado se comenzó a preparar el clima con "Vogue for Milano 2018", una serie de eventos organizados por Vogue Italia en colaboración con la Comuna de Milano en los que participaron las casas de moda, se presentaron artistas y se decoró la ciudad con portadas de revistas en las ubicaciones más icónicas de la ciudad.
Estas jornadas, en donde la creatividad y la innovación están a flor de piel, son el momento en el que las grandes casas de moda presentan sus colecciones primavera-verano y, sobre todo, muestran al mundo la personalidad de la marca.
Desde enigmáticos directores creativos como Alessandro Michele en Gucci a las ingeniosas campañas de paparazzi de Balenciaga, todos los elementos están dedicados a contar una historia y a generar un aura sobre la que sus clientes puedan identificarse.
La pasarela en uno de los lugares en donde la historia puede ser contada y, entre sus elementos, la locación es de gran importancia. Una de las casas más innovadoras en este aspecto es Emporio Armani, que se presentará el 20 de septiembre en un hangar en el Aeropuerto Linate de Milán. Se trata de la primera vez en la que este espacio será anfitrión de un evento de este tipo. Ya en los días previos, la casa fue anticipando el evento con stands con azafatas en los lugares más concurridos de la ciudad y tranvías empapelados con el nombre de la marca. La colección cápsula de la misma temática, presenta estampas que se asemejan a etiquetas de equipaje y líneas de estilo aeroportuario.
Por otra parte, Giorgio Armani realizará su desfile en un espacio que ya ha sido anfitrión de varios eventos: el Teatro Armani. Diseñado por el famoso arquitecto japonés Tadao Ando y ubicado en una ex-fábrica de Nestlé, los tres elementos fundamentales de la arquitectura del edificio son el cemento, el agua y la luz. Con líneas simples y tonos de gris refleja el espíritu y la sofisticación de la casa italiana.
Al igual que Armani, Prada cuenta con el estatus de local en la ciudad de la moda y presenta su colección en su fundación, la Fondazione Prada, donde estuvo realizando sus desfiles los últimos años. El arquitecto de este complejo fue Rem Koolhaas que, desde el estudio OMA guió el diseño de lo que hoy cuenta con un museo, un café (ambientado por el director Wes Anderson), una biblioteca y un espacio para eventos.
Estas locaciones cuentan con un perfil industrial en donde abundan la simpleza y la importancia del material. La tendencia se repite entre varias casas como Moncler que hará su desfile en Fabbrica Orobia, una ex estación de tren, o Jil Sander en Alcova, una ex fábrica de panettone.
Sin embargo, la presencia de lo radicalmente opuesto nunca falta en estos eventos. La tradicional Salvatore Ferragamo presentará su colección en el edificio de la Bolsa mientras que la marca italiana de streestyle Iceberg lo hará en el Palazzo Turati.
Algunos, en cambio, no entran en ninguna de esas dos categorías: no son ni modernos, ni tradicionales. Ese es el caso de Fendi, cuyo desfile se llevará a cabo en la Fondazione Arnaldo Pomodoro que cuenta, entre sus instalaciones, con nada menos que un laberinto.
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