Gabriel Lage heredó de su padre el oficio de diseñador de modas. De pequeño ya sabía cómo confeccionar un traje sastrero de hombre, pero se dio cuenta de que lo aburría, y que lo suyo era hacer vestidos que resaltaran la figura de la mujer. Comenzó con una línea de prêt-à-porter en 1995 en Mar del Plata,o su primera colección.
"Desde los 90 ya sabía que quería esto para mi vida", dice el prestigioso diseñador en la intimidad de su oficina en el atelier sobre la Avenida Callao en pleno barrio porteño de Recoleta.
Recibió a Infobae un mediodía de septiembre, entre maniquíes con vestidos de sus colecciones anteriores en las habitaciones que integran todo el departamento, armarios de vidrio con diseños íconos para que las clientas que visiten y quieran un diseño ya confeccionado puedan ver lo que está a la venta, sillones cómodos y paredes espejadas.
Hoy, con más de 20 años en la industria textil, Lage sabe a la perfección cómo confeccionar un vestido de alta costura, una "pieza joya" con bordados exquisitos realizados a mano con horas y horas de dedicación y un importante trabajo artesanal.
Un equipo integrado por costureras, modistas, modelistas, bordadoras, y con él a la cabeza preparó para el 2018 una imponente colección compuesta por 80 vestidos, incluida la exclusiva línea de novias.
– Para conocer un poco más de tu historia, además de tu gran maestro que fue tu padre, ¿Estudiaste algo?
-Aprendí todo con mi padre. Cuando era chico, no existía acá en Argentina, la carrera de diseñador. Y había muy pocas en el exterior, fue un boom hace muy pocos años, había dos escuelas muy importantes pero era muy difícil llegar era en ese momento y era casi imposible para mí, así que fui autodidacta. Sabía hacer moldería, donde tenía que ir una pinza, como se corregía el cuerpo de una persona mujer u hombre, que necesitaban las caídas de tela. Mi padre también aprendió de sus padres, pero, sin embargo, en cierto momento de su vida trabajó para el diseño de mujeres y yo me aferré a eso y a partir de 1995 en Buenos Aires empecé a tener mi propio taller que hasta ese momento muy poca gente lo hacía.
– ¿Qué fue lo que te llevó de hacer sastrería a ropa para la mujer?
– La sastrería me aburría. Me parecía monótono tener que hacer sacos y pantalones porque no tenés mucho para crear y recrear en sastrería, sobre todo en un país donde el hombre todavía en ese momento (hoy también) era absolutamente clásico. Así que la idea era que justamente pudiera hacer algo que no me aburriera. Soy ecléctico, soy de no hacer cosas iguales, me canso si tengo que repetir una pieza de un vestido de nuestras colecciones, me agota y quiero cambio. Y creo que ese cambio hizo que empezara con ropa de mujer y me parecía que me lucía mucho más con eso.
-Después de tantos años, ¿qué fue lo que te llevó a quedarte con la alta costura?
-Mis clientas me fueron llevando a eso. Hacíamos una línea de prêt-à-porter pero cada vez los pedidos eran más de alta costura y sin dudas es una línea que a mí me encanta, me da mucha facilidad de trabajar encima de una prenda, de un cuerpo, me da muchísima más creatividad, de realizar cosas distintas dentro de esa pieza, de sumar elementos. Tenés un montón de cosas para trabajar sobre alta costura; plumas, pieles, accesorios, piedras, géneros que pueden ir lisos, tenés como para no aburrirte para nada.
Lage comparte que cada año que pasa está más firme en el diseño de la alta costura donde tienen más novias, más madrinas, más hermanas, más invitadas a una fiesta, más mujeres que cumplen 30, 40, 50 años y a su vez más red carpets.
"Hoy tengo muchas ganas de hacer una línea prêt-à-porter que hoy no existe en Latinoamérica. Un estilo más italiano pero no es el momento para lanzarlo, cuando Argentina se libere de su crisis económica y tengamos una cabeza más abierta y podamos volver a vestirnos de una manera distinta, creo que lo vamos a hacer y ojalá llegue rápido".
– ¿Cómo influye la crisis económica en tu trabajo?
– Las crisis económicas influyen en la compra de todo. La alta costura son piezas que no todo el mundo se puede poner, sucede en el mundo, no sólo en Argentina. Por el costo, porque hay piezas que tienen muchísima mano de obra, mucho trabajo y que todos sus materiales, todos los insumos son absolutamente costosos. Yo igualmente soy de la idea que es como una pieza de arte y esa pieza de arte hay que mostrarla a todo el mundo. Por más bien que estemos económicamente, la alta costura no va a ser para todo el mundo, es como una joya, una pieza de arte que no todos podemos llegar a tener. Nosotros igual en Argentina tenemos un visto para la alta costura que es mucho más razonable que en el resto del mundo, la mano de obra argentina si bien es bien paga, no tiene los costos que tiene en el exterior.
– ¿Sos de rechazar clientas?
– Sí, rechazamos clientas. Si yo no me siento bien con la persona a la que le voy a hacer el vestido, no se lo hago. Nos ha pasado, inclusive con alguna celebridad que hemos dicho que no, porque no me sentía cómodo, no tenía piel. Tampoco si tiene un estilo muy marcado y no es lo que me gusta en estilo trato también de descartar eso, salvo que me hagan absoluto caso con lo que quiero hacerles, pero a veces es muy difícil, entonces tratamos de decir que no a los que sabemos que no la vamos a hacer quedar fantástica ni que vamos a quedar fantástico nosotros. Me pasa mucho con clientas que me piden algo que realmente no es lo que yo les haría, que considero que les va a quedar mal, que están equivocadas en lo que me están pidiendo. Sin dudas trato de cambiarles la idea, de explicarles por qué. Pero si así y todo siguen queriendo eso, decimos que no absolutamente. Soy terminante con eso.
– ¿Cuál es tu opinión sobre la moda hoy en Argentina, tanto en alta costura como en general?
– Es muy difícil hacer moda hoy en Argentina por una cuestión de costos y ventas. Cuando hay un poco de crisis en un país es difícil manejarse de una manera fuerte. Hay mucho talento en Argentina, muchísimo talento. Yo creo que los gobiernos deberían darse cuenta y empezar a apoyar lo que es la moda porque la moda puede dar muchísimos puestos de trabajo. En los países donde la moda es fuerte, hay miles y miles de puestos de trabajo relacionados con la moda. En Argentina tranquilamente se podría exportar mucho más. Yo he tenido la experiencia junto a un colega en el exterior de que las prendas gusten de una manera fantástica.
LAS CELEBRIDADES QUE LO ELIGEN
– Se puede decir que sos el diseñador de las celebrities para sus galas. Te eligen Valeria Mazza, Susana Giménez, Mirtha Legrand, Mariana Fabbiani y hasta Juliana Awada, ¿Por qué pensás que lo hacen?
– Me parece que todas encontraron en nuestro atelier vestidos elegantes, que sientan bien y que en el mundo son halagados. Entonces nos pasa continuamente ahora con Valeria Mazza para la gala Starlite que llevo dos vestidos de dos diseñadores argentinos y fueron alabados. Lo mismo pasa con Mirtha cuando ella se pone un vestido nuestro veo que se siente feliz, que está sonriente, que le gusta y se los vuelve a poner, lo que significa que le encantaron.
Vestimos a Juliana Awada dos veces muy importantes, cuando fue la visita del presidente Obama a la Argentina, un vestido muy comentado y luego con los reyes de España en la gala donde todo el mundo habló de ese vestido. Con Mariana Fabbiani, que hoy la vestimos, hemos entablado una amistad, es una mujer fascinante y a Mariana le hacemos cosas absolutamente a medida y ella soporta las pruebas como cualquier clienta, lo pasa bien y nos divertimos. A nosotros nos da placer que ella quede fantástica y que no quede como que vino dos días antes a buscarlo. Somos muy cuidadosos de eso.
-¿Cómo es el backstage de la prueba y selección de vestidos?
– Algunas veces lo ven en un desfile y quieren. Nos pasa mucho con Pampita, ella ve algo y me manda un mensajito: "Me encantó este vestido, me lo pueden guardar?", y entonces después se adapta para ella una manera para que le quede perfecto. Se hace que el vestido le quede como si fuese a medida. Luego, con Mirtha, ella ha venido al atelier y yo he ido a probarlos a su casa por una cuestión de respeto. Ella viene cuando hay que elegir los géneros porque yo tengo todos los géneros acá y trasladarlos es una locura. Susana lo mismo, ella ha venido al atelier a tomar medidas, luego hemos ido a probarlos a su lugar. Es una cuestión de ida y vuelta, y de charlarlo. Muchas veces las estrellas están muy complicadas con horarios, con tiempos y tratamos de apoyar siempre que podamos.
-¿Y con Juliana Awada?
– Con Juliana lo mismo, ella vino acá las dos veces. Disfruto mucho, el primer vestido estaba hecho y tuvo que acortarlo porque el protocolo de Estados Unidos pedía eso pero eligió un vestido de colección que le gustaba y se aggiornó absolutamente a ella. Es más, era un vestido que en la colección se había pasado mucho más transparente y en ella se aplicó más para tapar esa transparencia lógicamente por una cuestión de protocolo. Y el segundo lo hicimos juntos, elegí yo las líneas de lo que queríamos hacer y ella se dejó llevar. La verdad es que fue un placer enorme, estuvimos viendo en algunas pruebas si llevaba mangas, si no llevaba mangas, yo había revisado el protocolo para ver qué se podía llevar, qué no, y todo el vestido surgió de una manera fantástica.
– ¿Y qué significa para vos que ella te elija?
– Primero, es un placer porque es una mujer elegante, una mujer fresca, que tiene personalidad, una mujer que entiende la moda, que la sabe llevar. Pero lo principal es que la Primera Dama haya elegido diseñadores argentinos a lo largo de todos estos años me parece que es perfecto, que es lo que cualquier primera dama de cualquier color político debería hacer. Es por eso que siempre digo que fuera de cualquier color político, acá no estamos hablando de si sos partidario o no, del esposo de la Primera Dama, sino que ella está mostrando lo que se hace en Argentina al mundo y de eso tenemos que estar felices todos los argentinos, de que un diseñador argentino pueda triunfar en el mundo con algo que hizo para una primera dama del país. A veces no entendemos eso y somos criticados, a mí me ha pasado que me ha criticado gente que a lo mejor no tenía la ideología política de su esposo pero siempre insisto en que hay un diseñador argentino con un equipo de artesanos argentinos que trabajan para eso, y que lo que importa es la pieza, como la mostró y el éxito que tuvo, no importa el color político de la persona que lo haya.
SU COLECCIÓN "DANCERS 2018"
– ¿Qué presentan esta temporada?
– 80 piezas. Desde el año pasado estamos mandando la mitad de la colección a Madrid, y esto hizo que cambiara nuestra cabeza y nuestra forma de trabajo. Feliz por un lado y cansadísimo por el otro, pero bueno, con cambios al fin. Y entonces, la mitad de esta colección se está yendo en muy pocos días a Madrid para justamente ser mostrada a la prensa española y vestir estrellas. Son 80 pasadas, 42 modelos, y en las 80 pasadas van a ver una variedad que esa es la idea de la mujer que visto. Una mujer totalmente diferente, una mujer que puede llevar un vestido absolutamente liso y al cuerpo o una mujer que puede llevar un vestido totalmente trabajado, con brillos. La idea de esta colección es mostrar que absolutamente todo se puede hacer en nuestro atelier.
– ¿Qué diseños y colores presentas este 2018?
– Pasteles, algo de shock en colorado, que lo uso muy poco en mis colecciones y esta vez el colorado va a formar parte fuerte de la colección, es más, va a abrir la colección. Luego vamos a tener algo de negro, pero he aprendido que las mujeres argentinas no ceden a no tener un vestido negro. Verdes, oros, platinos, rosados, salmones y avisonados. Son colores que me encantan en cualquier mujer, son elegantes, con los que puedo trabajar un poco más si quiero jugármela. Así que esos van a ser los colores de la colección y se va a incluir en ella una pequeña cápsula de novias que se llama "White Bride". Es una edición limitada y que se está haciendo pensando en España donde son muy poderosas las novias. Va a ser una colección que va a estar aquí a la venta en Argentina y va a ser alta costura lista para llevar.
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