Los tejidos artesanales son uno de los fuertes de la industria textil que ofrece Argentina. Los sweaters, los ponchos, las ruanas, las bufandas y las decoraciones realizadas con hilados requieren para su confección horas, días y hasta meses.
Junto al INTA, el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria, una nueva marca se abre al mercado, "Somos Fibra", una firma que lleva el sello de emprendimientos de familias de artesanos junto al equipo de diseño del INTA. Cuatro organizaciones de artesanos tienen el honor de trabajar para este proyecto: Red Puna (Jujuy), Cum (Salta), Kakán (Catamarca) y Makiwan (Jujuy).
La primera dama Juliana Awada, siempre fiel al diseño argentino y a apostar a los nuevos diseñadores, estuvo presente en la inauguración en el MALBA y se mostró muy entusiasmada con las piezas que presentaron estas comunidades de artesanales y les aseguró: "Vamos a ir a visitarlos al Norte para ver cómo trabajan".
La función del Instituto en este proyecto es, mediante el e-commerce, poder acercar a los productores rurales las herramientas de diseño, comunicación y estrategia para mejorar la comercialización de los productos que diseñen.
"Para el artesano que está en un territorio profundo siempre es complicada la venta, pero también para el interesado es difícil acceder a esas artesanías de calidad", dijo la diseñadora Marcela Duhalde, responsbale del área de INTA Diseño y directora del proyecto.
Una de las organizaciones participantes del proyecto es CUM, Comunidades Unidas de Molinos, que concentra a 24 comunidades campesinas de pueblos originarios del Valle Calchaquí Salteño. Estos artesanos esquilan a sus animales uno por uno a mano y las tareas para el armado de los tejidos se dividen entre las mujeres que lo hacen a mano y los hombres, quienes lo hacen en telar.
En representación de CUM, viajaron a Buenos Aires a presentar la colección María Casimiro y Vitalia Yacura y explicaron: "Estamos orgullosos de poder ser parte. Junto al INTA formamos una escuelita de artesanías, nosotros trabajamos haciendo artesanías a dos agujas. Siempre participamos de diferentes ferias, llegamos a abrir un local en Salta pero ahora llegamos a Buenos Aires".
Otra es Makiwan, una organización joven que reúne a artesanos de Jujuy. Sus tejidos están realizados en fibra de lana de llama. Se encargan de la cría de los animales y el autoconsumo. Con la fibra de las llamas, aproximadamente 150 familias producen tejidos en telar y venden en el local que tienen en la localidad de Purmamarca. "Nuestro mayor objetivo es hacer prendas que puedan ser utilizadas en todo el mundo y que tengan precios justos. Eso nos ayuda, nos genera y nos motiva a nosotros, los que vivimos de la artesanía", dijo Matilde Alancay, integrante de Makiwan y Red Puna.
A su vez, también aseguró que es un largo proceso lograr un tejido de una excelente calidad, ya que la única dificultad es esa, el proceso para llegar, ya que todo lo hacen a mano sin la ayuda de ninguna maquinaria.
Uno de los diseños presentados por Makiwan es un vestido con tajo. La creadora lo describió como un vestido de fibra de lana de llama tejido a 2 agujas y pesa medio kilo, y este viene en color marrón, gris y blanco. "Para hacer un vestido se tardan 50 horas. En el grupo de artesanos somos 12, y se dice 'hoy hacemos vestidos' y se hacen vestidos, desde que amanece hasta que anochece, para aprovechar la luz del día", detalló Abracaite.
Kakán es la Cooperativa Agroforestal Jóvenes que está compuesta por 20 familias de productores de la localidad de Palo Blanco en la puna de Catamarca. Desde el año pasado, estos artesanos trabajan los cueros de cabra y oveja y hoy en Somos Fibra presentan su línea de marroquinería conformada por 5 productos: carteras, bolsos y porta notebook.
"Un cuero de cabra se vende de 40 a 60 pesos, pero una vez que este ya entre en proceso, el valor se eleva a los 400 o 500, y la artesanía lo amplifica aún más siendo el precio un 1000% o 2000% más".
Sus piezas están realizadas en cuero orgánico curtido de cabra, y aclaró que no utilizan cabrito ya que en la zona donde lo trabajan no se consumen animales pequeños sino grandes. Y detalló que están confeccionando desde hace 6 meses los productos que presentaron en Buenos Aires.
"¿Les gusta lo que hacen?", les preguntó Juliana a los artesanos. Todos afirmaron que sí, que ahora gracias a la ayuda del Ministerio y del INTA van a poder llegar a todo el país con sus diseños. Y Awada -sin dudarlo- les respondió: "Lo van a poder lograr, ahora se va a poder y les va a ir muy bien".
Pero la primera dama no se fue con las manos vacías. Se llevó de regalo un poncho de lana con historias fabulosas sobre el proceso que hubo, hay y habrá detrás de cada una de las piezas que estuvieron exhibidas en el museo.
La cuarta y última organización que trabaja en este proyecto es Red Puna. Nuclea a comunidades campesinas de pueblos originarios de la Quebrada y la Puna jujeña. Actualmente 80 familias son las que participan activamente para que el Somos Fibra pueda llevarse a cabo.
"Red Puna es mucho más que un tejido. Tenemos una larga trayectoria con las artesanías. Y hoy estamos acá para visibilizarnos y mostrar qué hay detrás de nuestros tejidos", dijo María Guadalupe Tolada. Y agregó que a pesar de los miles de obstáculos que se le dificultan para juntarse con todas las comunidades, lograron juntarse todos tres días y trabajar sin parar haciendo lo que más aman.
Fotos: Christian Bochichio
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