El orden, la prolijidad y el cuidado de la indumentaria en un guardarropa es fundamental. Una camisa limpia, un abrigo sin pelusas, zapatos sanos, lencería bien cuidada y carteras bien guardadas hacen y marcan la diferencia a la hora de lucir impecable.
Por eso, Infobae dialogó con diseñadores y expertos para que compartan sus consejos para mantener las prendas "como nuevas".
Abrigos y tapados de cuero, paño y gamuza
Con el frío y las bajas temperatura estas prendas son las protagonistas. Su cuidado debe ser extremo, ya que son las preferidas para el uso diario en invierno y están en contacto directo con el exterior.
La gamuza es uno de los géneros más delicados. Para las chaquetas lo recomendado es guardarlas con alguna protección como una funda de plástico o de tela.
El paño es el que más sufre el contacto con las otras prendas. Los restos de las pelusas de sweaters o bufandas quedan sobre el textil de los tapados y chaquetas dando una apariencia de suciedad. Un truco que nunca falla para dejar el abrigo impecable es apoyar cinta de papel o cinta adhesiva sobre la prenda y quitarle suavemente las pelusas.
Con respecto al cuero, existen varias pomadas y productos especiales para la protección y una larga duración de la prenda. Al momento de guardar estos abrigos en el vestidor -al igual que los de gamuza-, la mejor forma de cuidarlos es cubrirlos con fundas para protegerlos del roce.
Sweaters de hilo y lana
Estas prendas son algunas de las más propensas a engancharse y comenzar a perder la trama del hilado. Algunos de los factores causantes de la rotura pueden ser las pulseras, los cierres, los anillos o también las mismas uñas.
Muchas veces se comete el error de cortar con una tijera el hilo que sobresale de la prenda. Esto no debería hacerse, ya que puede empezar a abrirse aún más la rotura. Para ello, lo mejor es con alguna aguja de coser o un palito volver a colocar el hilo hacia adentro de la prenda.
Graciela Zito, la diseñadora preferida de Juliana Awada, reveló algunos secretos para mantener los tejidos: "Los lavo con jabón de glicerina. Bien enjuagados y con apenas un poco de jabón en polvo. Y luego para su secado lo extiendo en una toalla.
Zapatos y zapatillas
El calzado según su material tiene un cuidado diferente. Las zapatillas de lona son las más fáciles para lavar. Muchas personas las lavan directo en el lavarropas, otras a mano y se dejan secar solas.
A los zapatos de mujer, para su mejor preservación, se los suele guardar en las mismas cajas en las que fueron adquiridas, o en fundas de tela. Si se los deja fuera de sus cajas y el material es cuero o gamuza, se ensucia fácilmente.
La diseñadora Sol Tosone compartió con Infobae cómo diferenció el cuidado de la suela y la parte de arriba según los diferentes tipos de materiales: cuero, gamuza y charol.
Para el cuero, Tosone recomienda no solo las pomadas sino también el lustra muebles que hace que levante el brillo. Esto se aplica con una franela: "El producto nunca se aplica directamente sobre el zapato, sino sobre la franela, y así húmedo se limpia el zapato". Otro consejo que compartió la experta es que si se mancha, con la goma blanca de lápiz sale enseguida.
Para el charol, con un trapo apenas húmedo se limpia fácilmente. La gamuza es un material "traicionero" ya que cualquier producto que se aplique lo absorbe rápidamente. "Nunca hay que humedecerla. Si se mancha se borra con una goma o un cepillo en seco. Hay que tener mucho cuidado porque se lastima fácilmente".
Sobre la suela, Sol Tosone explicó que su cuidado depende del tipo de producto. Si es una ballerina, sugiere ir al zapatero del barrio para que le coloque un suelín de goma. Este suelín protege del desgaste, pero, por ejemplo, en el stiletto no se pone. Además de cumplir la función de proteger la suela, se evita patinarse en suelos resbalosos.
"Para las botas, el taco es la pisada. Muchas botas hoy tienen de apoyo una tapita de goma que al finalizar la temporada se recomienda cambiarla para ya tenerlas en buen estado para la próxima. Si se sigue usando es muy probable que, al caminar, el cuero se empiece a debilitar y a romper".
Sobre el guardado de los zapatos, recomendó que no se aprieten entre sí ni se doblen, ya que el cuero es como un papel que se marca fácilmente. Sugirió que se puede colocar en el interior papel -limpio- para rellenarlos y que no pierdan la forma. "Si hay manchas en el zapato, lo mejor es removerlas, ya que si se deja en la próxima temporada puede aparecer más marcadas y hasta agrandadas".
Carteras y bolsos
Al igual que los zapatos, las carteras y los bolsos son accesorios que, dependiendo del material, necesitan de un extremo cuidado para mantenerlos como nuevos.
Hay carteras de todo tipo de textiles: cuero, charol, plástico, PVC, gamuza, impermeables, entre otras. Y para que estas duren mucho más, se aconseja guardarlas en las funditas que las marcas proveen con ese objetivo.
Camisas de hombre y de mujer
Tanto las camisas blancas de dama como las de los caballeros son las más propensas a dañarse y a cambiar su color y ponerse amarillas en los cuellos y en las axilas por el uso de antitranspirantes o desodorantes. Además, el roce con la barba en el caso de los hombres y el uso del maquillaje en las mujeres pueden dañar los cuellos.
Su lavado debe realizarse en el lavarropas exceptuando algunas telas delicadas como lo son las sedas, que deben lavarse a mano.
Pero el mayor recaudo que se debe tener es durante el planchado. Un mínimo error de temperatura de la plancha puede llegar a ocasionar una rotura o hasta agujerear y estropear por completo la prenda. Muchas veces se recomienda colocar un paño sobre la tela para evitar estos problemas.
Lencería
La ropa interior masculina y femenina está en contacto directo con la piel, por lo que es muy importante su buen y reiterado lavado para evitar reacciones alérgicas inesperadas.
Para que los corpiños push up o con relleno no pierdan su forma, lo mejor es guardarlos en un cajón uno detrás del otro. Los bralettes, deportivos y triangulito se doblan al igual que los diferentes tipos de bombachas y medias.
Jesús Fernández, diseñadora de lencería, reveló a Infobae que "la mejor manera de lavarla es a mano con agua fría y con jabón de tocador o tipo los enjuagues de ropa. Para los géneros delicados como el raso y el encaje, esa es la mejor forma para que te dure mucho la prenda".
La correcta lectura del etiquetado de las prendas
En diálogo con Infobae, voceros de la Cámara Industrial Argentina de la Indumentaria (CIAI) aconsejaron leer detenidamente la "etiqueta de composición textil", la cual se encuentra –generalmente- cosida a la prenda. Dicha etiqueta es la que exige la Resolución 287/2000.
Estas mismas etiquetas deben tener "Reglamento Técnico de Etiquetado de Productos Textiles" con la información correspondiente que incluye: nombre/razón social del fabricante, país de origen, indicación del nombre de las fibras o filamentos y su composición expresada en porcentaje, tratamiento de cuidado para la conservación de dicha prenda y el talle, para un correcto uso de la prenda y evitar futuros daños.
No solo se leen los datos de la prenda, sino también los símbolos ordenados: lavado, blanqueo, secado, planchado y cuidado textil profesional: "Estos símbolos hay que tenerlos siempre en cuenta porque brindan información específica: a qué temperatura máxima se debe lavar la prenda, si se la debe lavar a mano, si se permite el uso de agentes de blanqueo o no, cómo debe ser el secado, la temperatura máxima para el planchado".
SEGUÍ LEYENDO: