En uno de los días más importantes de Meghan Markle y el príncipe Harry, la Duquesa de Cambrigde, Kate Middleton fue el centro de las miradas durante los festejos por la boda real británica.
Para la ocasión, la esposa de William optó por lucir un vestido de lana en tono crudo con un elegante saco, un equipo de una de sus firmas preferidas Alexander Mc Queen. En los pies, stilettos Jimmy Choo a en la misma gama y el complemento infaltable: el sombrero con flores del prestigioso Philip Treacey.
No se trata de un outfit de estreno, por lo contrario, Kate lo llevó para celebración de los noventa de la reina Isabel II, y el bautismo de su hija, la princesa Charlotte.
"Es un guiño de austeridad, algo habitual en la realeza Europea y en las principales referentes de estilo que suelen reciclar sus vestuarios, aún en fechas importantes", destacó a Infobae la asesora de moda Yamila Pica.
Sin embargo, lo que generó la polémica- fue la tonalidad del look. "Si bien no era blanco impoluto como la novia, la etiqueta no recomienda que los invitados lleven tonalidades tan claras", agregó la especialista.
Pero Gabriel Lage, el diseñador argentino, especialista en novias defiende la elección del outfit " en Europa no molesta para nada , los colores claros son bien recibidos y están muy dentro del protocolo por la hora", sostiene.
"El look se adecua a la ceremonia, es clásico, elegante y conservador. Domina los básicos y logra reinventarlos", resaltó Pica.
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