Superar los prejuicios, respetar los estándares culturales, alinearse a los lineamientos sociales remonta a tiempos anclados en el pasado. Las sociedades modernas experimentan un cambio en la tendencia. Los sueños se volvieron el norte. Muchos podrán estudiar carreras, licenciaturas, doctorados tradicionales pero el diseño, la ambición y el concepto del proyecto y la realización personal lo superan.
Jeremy Kraayenbrink, Melody Josch, Bárbara Burelli y las hermanas Paz y Pía Urrizola son emprendedores. Cambiaron la estabilidad económica por aventurarse a trazar su propio camino. El diseño de indumentaria, interiores, accesorios y el autóctono mate son hoy sus prioridades. Infobae dialogó con cada uno de ellos y contaron sus experiencias, sus ideas y sus orígenes.
"Un Mate", un objeto autóctono para presentar al mundo
Jeremy Kraayenbrink es uno de los hermanos dueños de "Un Mate". Es Licenciado en comercio internacional y desde el 2010 fundó la empresa sin saber que sería lo que vendería. Solamente tenía un único objetivo: fundar un empredimiento que garantizara flexibilidad laboral.
"Al principio en nuestro portfolio de productos encontrabas carteras de cuero, empanadas congeladas, carne, soja y yerba mate pero las vueltas de la vida nos llevaron a centrarnos en vencer accesorios para el mate", compartió Kraayenbrink.
Pero, ¿de dónde sale el nombre "Un Mate"? Necesitaban un nombre que sea fácilmente identificable desde Argentina, Brasil, Estados Unidos hasta Rusia, Polonia o China, lo que debía ser simple y que explique el objetivo de su marca.
"El logo tenía que ser minimalista y visual. El nombre dio justo en el blanco, identificaba la naturaleza, fácil de escribir, práctico y simple como el hecho de sentarse a tomar un mate. Reunía todas las características que estábamos buscando", agregó el licenciado.
Con el paso del tiempo, los hermanos pudieron concretar su primer cliente internacional, una visita al viejo continente, Polonia los estaba esperando con los brazos abiertos y allí se dieron cuenta que la industria de la Yerba Mate sería el gran objetivo.
"Holly", la decoración con cuadros personalizados
Bárbara Burelli es productora de modas pero la persecución de sus sueños la transportaron a lo que es hoy su verdadera pasión: la decoración de interiores, más particularmente los cuadros y las pinturas.
"Todo empezó un día del año pasado, cuando un amigo me sugirió que en vez de pintar los cuadros se los diseñara en la computadora. Me pasó fotos de su departamento para que viera la decoración y puse manos a la obra", narró Burelli.
Confesó que soñaba con despertarse por las mañanas con entusiasmo y alegrías, para después acostarse por las noches con nuevas ideas y sin frustraciones. Cree que lo está logrando. Poco a poco y de boca en boca, su emprendimiento se está haciendo conocer.
"Mi concepto es poder brindar un buen producto de la mano del buen servicio, asesoramiento y generar empatía con el futuro cliente y fidelidad con los que ya lo son", describió.
Los diseños que presenta en su página web son muy variados. Desde frases, iniciales, colores, dibujos y retratos que pueden ser elegidos a gusto del comprador. Uno de los más adquiridos son los cuadros con los colores de la paleta de 'Pantone'.
"Urrizola", un emprendimiento de hermanas
De Madariaga a Capital Federal. Pía y Paz Urrizola tienen el talento desde que eran pequeñas. Su abuela fue su gran maestra y les enseñó a bordar, pintar y modelar, todo lo que hoy ponen en práctica. Se mudaron a la ciudad porteña para estudiar carreras profesionales: Pía es abogada y Paz, arquitecta. Durante los años académicos el costado artístico de las hermanas quedó relegado.
"Tomamos distintos caminos pero nos dimos cuenta que no nos llenaba lo que hacíamos. De a poco volvimos al arte, el hacer y crear con las manos, diseñar, pero esta vez el taller era el living de casa. Empezamos a experimentar nuevos materiales como cueros, acrílicos y resinas", reveló Pía.
Con su marca de accesorios que lleva el apellido de ambas, la fuente de inspiración es la alta costura y los mix de texturas, materiales y formas con un claro objetivo "incluir ese diseño en la ropa que usamos todos los día para sumar estilo a los básicos que hay dentro del placard".
"No fue fácil. La primera fue Paz, dejó todo y se dedicó full time a armar las bases del emprendimiento. Y yo hace algunos días finalmente dejé la oficina. Hoy estamos felices y metidas de lleno en nuestro proyecto aprendiendo con cada paso que damos", concluyó Pía.
"Neshamá", o cómo vestir el alma de la persona
Melody Josch es diseñadora de indumentaria. Se recibió en 2017 pero cuenta ya una trayectoria que la llevó a ganar dos importantes concursos. El primero fue por los 40 años de L'Occitane y el segundo en el marco de Latinoamerica Fashion Week -seleccionado como el mejor entre 20 prototipos de toda la Universidad de Palermo-.
"Neshamá" significa alma en hebreo: ese fue el nombre que le puso a su marca. "Todas mis prendas pasan por procesos manuales e industriales. El tiempo es un recurso lujoso por eso el eslabón de cada proceso, tanto las modelistas, muestristas, cortadores, tallistas y planchadores, constituyen en una cadena de amor y dedicación por construir una prenda bella e imperfecta", contó Josch.
Como todo emprendimiento, Neshamá es prueba y error. En el proceso de la creación de una prenda surgen imprevistos, complicaciones, dificultades, cierres, botones, avíos que con la dedicación de varias manos y mentes se pueden solucionar.
"Ahora la colección de invierno 2018 es titulada Iniciales. Se llama así por el proceso que estoy viviendo, del inicio, de lo nuevo. Un comienzo, de a poco, pausado, pero constante.Las prendas son de ocasión cocktail, tarde o noche. Son prendas de vestir. Elegantes y femeninas. Reúnen texturas y tienen detalles específicos que le dan el valor", concluyó la emprendedora que cambió su estabilidad por perseguir su sueño.
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