Cinco días pasaron de la muerte del diseñador francés Hubert de Givenchy, diseñador y heredero de la maison que lleva su apellido. El mundo de la moda se tiñó de negro, color de luto, sí, pero también emblema de su firma.
El diseñador francés fundó su propia firma en 1952, con la colaboración del diseñador español Cristóbal Balenciaga. Tras su retiro como director propietario en 1988 -siguió dirigiendo la marca hasta 1996- la firma fue vendida al grupo LVMH (Louis Vuitton Moët Hennessy) dejando un emotivo mensaje en sus redes sociales: "Su obra sigue siendo tan pertinente hoy como entonces".
Admirado por muchas mujeres, como Audrey Hepburn, Jackie Kennedy y Grace Kelly, por sus originales y auténticos diseños, a sus 91 años dejó atrás una larga trayectoria en el mundo fashionista.
La actriz Audrey Hepburn fue su musa durante años. La relación que los unía era mucho más que diseñador-modelo, siendo uno de los amores platónicos del francés, dos amigos confidentes apasionados por la moda. Sin embargo, en los años 50, Givenchy rechazó la oportunidad de empezar a diseñar vestuario para Hepburn en el cine.
El equipo que acompañaba al diseñador en aquel entonces le comunicó al modisto que Hepburn quería conocerlo. "Cuando Audrey vino a verme y me pidió que le hiciera los vestidos para la película Sabrina, no sabía quién era ella. Esperaba a Katharine Hepburn", dijo Givenchy en una entrevista. Y desde allí, la amistad de ambos comenzó a crecer.
Audrey exigió en todas sus películas siguientes que quien diseñara su vestuario fuera únicamente su amigo Hubert de Givenchy.
En el film Sabrina en 1954, Audrey lucía un vestido blanco strapless con bordado de flores negras firmado por Givenchy, que fue uno de los vestidos ícono del cine mundial. Hoy la pieza del vestuario de la película tendría un valor de USD 800.000.
Luego, la actriz protagonizó Breakfast at Tiffany's, una de las películas más reconocidas de su carrera, donde también Givenchy fue parte del vestuario. Un diseño en satén en color negro hasta el suelo con espalda y escote redondo con el que observaba la vidriera de la mítica joyería.
Sin embargo, no solo formó parte de la carrera artística de Audrey, sino que también diseñó en exclusiva un vestido para los premios Oscar en 1953, ocasión en la que Hepburn ganó como mejor actriz protagonista por su papel en la película Vacaciones en Roma. Un modelo en blanco íntegramente bordado con flores, con escote bote y ceñido en la cintura con un cinturón a tono. Este fue elegido como uno de los vestidos históricos de los premios.
Pero no solo la aguja, el hilo y las telas los unían. Para la actriz, Hubert de Givenchy ocupaba el rol de su esposo, confidente y fiel amigo. El tiempo pasó y la última vez que estuvieron cara a cara fue en 1993 en Suiza, días después del diagnóstico de cáncer de su amada y musa: la gran Audrey Hepburn.
SEGUÍ LEYENDO