Ágatha Ruiz de la Prada a solas con Infobae y luego de su divorcio: "Ahora sólo necesito divertirme"

Después de 30 años en pareja y dos hijos, el divorcio la tomó por sorpresa y a la vez la hizo reflexionar. "¿Cómo he podido aguantar 30 años? ¿Por qué no lo hice antes?”, disparó. La excéntrica diseñadora española contó que se siente cada día más joven y que ahora comienza la etapa más divertida y alocada de su vida

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Ágatha Ruiz de la Prada, la creadora de un indiscutido emporio internacional de la moda y el color
Ágatha Ruiz de la Prada, la creadora de un indiscutido emporio internacional de la moda y el color

La historia de amor entre Ágatha Ruiz de la Prada, la creadora de un indiscutido emporio internacional de la moda y el color, y el periodista Pedro J. Ramírez parecía interminable. Pero no lo fue. Tras 30 años de relación y con dos hijos en común (Tristán y Cósima) llegó la ansiada propuesta de casamiento. Sin embargo, apenas 3 meses después de la boda, el periodista Pedro J. Ramírez -director del diario El Español- le pidió el divorcio a una muy desconcertada Ágatha, que ni en su peor pesadilla habría imaginado ese final abrupto.

Pero las explicaciones de la ruptura llegaron más tarde, cuando su ahora ex marido utilizó su cuenta de Twitter para blanquear la relación con una abogada, junto a quien publicó una foto para oficializar el romance.

Pero con la fuerza y la energía que la caracteriza en su impresionante carrera en el mundo de la moda, Ágatha ya pasó la página y, como el Ave Fénix, volvió a resurgir a pesar de que admite que, al principio, no fue fácil. Ahora, en plenas vacaciones en Mallorca, la diseñadora hizo un viaje relámpago a Buenos Aires para asistir a la Cumbre Internacional de Jóvenes Líderes, un foro con una temática que ella conoce bien de cerca, ya que fue elegida como una de las mujeres más influyentes de España.

En una entrevista con Infobae, en el marco de la presentación de su última fragancia Crazy Florever, habló de su resonante divorcio, del amor en esta etapa de la vida, su gran miedo a la muerte, su antipatía por el color negro, el origen de sus coloridos diseños, el espectacular ataúd que planea "agathizar" para cuando le llegue la hora final y hasta recordó su infancia en el seno de una familia aristocrática.

-Interrumpiste tus vacaciones en Mallorca para venir a nuestro país, ¿a qué se debe tu visita?

-Vine a participar de la 10° Cumbre Internacional de Jóvenes Líderes. Estaba desde el 1 de julio de vacaciones en España. Contrariamente a Latinoamérica, allá nos tomamos unas vacaciones larguísimas y yo sueño con que sean aún más largas.

Me encanta Latinoamérica, vengo muchísimo y cada día me gusta más pero aún no he entendido muy bien cuando son vuestras vacaciones. Este tema acá no es sagrado como en España: allá es súper sagrado. Y la verdad es que te vienen muy bien, porque llega un momento en que te vacías la cabeza del todo y luego vuelves en septiembre, pero lo haces con unas ganas increíbles. Es una cuestión de salud mental.

-Tu infancia se desarrolló en lo que llamamos "cuna de oro": en el seno de una familia aristocrática de España, con un abuelo que vivía en un castillo y un padre que era uno de los arquitectos más importantes del momento. ¿Qué recuerdos tenés de esa etapa de la vida?

-Creo que todas las infancias son importantísimas: a mí me encantan los niños pequeños, me chiflan. Ya sabes que hago muchas cosas para ellos. Lo que le das a un niño pequeño en su infancia, le sirve para toda la vida. Y en la vida, es muy importante jugar con las cartas que te den: tienes que verlas y creo que todas son muy interesantes. Luego, tienes que jugar toda tu vida.

Yo tuve unas cartas muy interesantes porque mi padre era un gran arquitecto. Vivíamos en una casa, que era la más bonita de Madrid, y teníamos una colección de arte contemporáneo que era la bomba. Por otra parte, cuando iba a la casa de mis abuelos, era todo lo contrario: un palacio grandísimo, un jardín enorme con caballos y mucha familia; una cocinera que se llamaba Anita y que llevaba allí 40 ó 50 años. Yo siempre estaba en la cocina, porque en esa época los niños estaban siempre en ahí. Entonces, como era la nieta mayor, me hacían pasteles.

Una de las cosas que sigo haciendo desde mi infancia es veranear donde lo hago ahora, en Mallorca. Primero, lo hacía en San Sebastián y luego cambié a Mallorca. A mí me quedó una imagen muy bonita del verano.

La mujer que “reinventó” el uso del color en la moda
La mujer que “reinventó” el uso del color en la moda

-¿Cómo son ahora tus vacaciones?

-Son iguales que en la época que te contaba. He vuelto a veranear donde lo hacía de pequeña. Ahora mismo hago todo igual: veraneo donde lo hacía desde pequeña; desde mi casa de Madrid me asomo por la ventana y veo la casa donde vivía de pequeña; y paso los fines de semana donde los pasaba de chica. Aunque he estado por todas partes, he vuelto a mis raíces en las cosas más importantes.

-¿De dónde surge tu pasión por el color en la moda?

-Yo quería ser pintora y eso me ha llevado a que me guste mucho lo gráfico. Para mí es muy fácil hacer telas, sábanas, cuadernos, estampados… hago miles y miles de estampados: no me cansaría nunca de hacerlos. Pero, como soy hija de arquitectos, me encantan los volúmenes. La mujer le tiene mucho miedo al volumen, pero a mí me encantan los trajes así. Y el próximo desfile que haré, esto aún no se lo he contado a nadie, es sobre volúmenes.

Durante el último Miami Fashion Week
Durante el último Miami Fashion Week

-¿Por qué no te gusta el color negro y por qué crees que las personas deben vestirse con mucho color?

-A mí el negro me da miedo. Me acuerdo cuando era pequeña y a veces me quedaba a dormir en la casa de mis abuelos, en una salita que tenían adentro de su habitación. Era una casa muy grande y con muchísimas ventas. Había un vigilante que cuidaba pero como había tantas ventanas, tanto jardín, tantas cortinas y tanto de todo, cuando apagaban las luces y me dejaban en la oscuridad me daba un miedo horroroso. A mí el negro siempre me ha dado miedo y me recuerda a la muerte.

Antes, en España, las señoras iban siempre con su trajecito negro y su collarcito de perlas. En los pueblos y durante años, todos vestían de negro, al contrario de lo que pasaba en Latinoamérica, que iban todos colorines. Luego vino la época de los punk, que se cargó toda la alegría de los años '60 y '70 porque todos iban de negro. Por lo tanto, a mí el negro no me gusta nada.

La diseñadora y su última fragancia, Crazy Florever (Puig Argentina)
La diseñadora y su última fragancia, Crazy Florever (Puig Argentina)

-Hay muchas personas que eligen vestirse de negro porque lo consideran elegante

-¿Pero, para qué quieres ser elegante? Hay una señora fantástica, Carmen Martín Gaite, que estuvo casada con un escritor español muy importante, Rafael Sánchez Ferlosio, que en un prefacio de su libro escribió. "A Rafael, que me enseñó a no ser una señora". Y eso es precioso. ¿Para qué quieres ser elegante? No hace falta.

¿Cuáles son los consejos de Agatha Ruiz de la Prada para una persona que quiere incorporar el color en su vestidor?

-No tienes que tener miedo. Y te doy un ejemplo: estoy en mi casa de Mallorca con un montón de invitados y siempre aparece uno que no esperas, o gente diferente a la de siempre. Entonces, creo que lo divertido es la mezcla de gente y de colores. Si solamente tienes los mismos amigos que tenías en el colegio, o tus amigos son los hijos de los amigos de tus padres, o los nietos de los amigos de tus abuelos, entonces.. ¡qué aburrido es todo! En cambio, yo tengo amigos de todas partes, de todas las edades y los mezclo.

Sus diseños, innovadores y rupturistas
Sus diseños, innovadores y rupturistas

-Pues, lo mismo pasa con los colores. ¡Qué divertido un zapato verde, con medias fucsia, con una falda violeta y una camisa amarilla!. ¡Eso es lo divertido! Pero si uno dice que va de negro, el otro que va de rojo… es un rollo. La gente tiene miedo: hay que perder el miedo al color… el miedo al color es un absurdo.

-¿Crees que hay un antes y un después de la moda en España, luego de convertirte en un referente internacional del color?

-Yo tengo un estilo. Cuando empecé, la gente pensaba que estaba loca y que nunca iba a vender nada. Me lo dijeron tanto que, al final, me lo creí. Entonces, quería mucho a los pocos que me compraban y me acuerdo muchísimo de ellos. A mí me encantaba vender: creo que, para el que tiene alma de vendedor, no hay nada más divertido. No es por el dinero, es por la adrenalina que te entra cuando vendes, que es una gozada. Al principio, le vendía a la gente de mi familia y mis amigos. Pero, cuando empiezas a ver a la gente vestida con tus cosas, no sabes lo que se llega a disfrutar. Es una emoción impresionante.

-Me decías que no te gusta el negro porque te recuerda a la muerte, ¿tanto miedo te da?

-Acá en Latinoamérica tienen un cachondeo con la muerte, sobre todo en México. En cambio, en España la muerte es una cosa muy seria. Tenemos muchísimas cosas en común, menos en ese tema. El Día de los Muertos y todas esas celebraciones alrededor de la muerte… en España nos da muchísimo miedo… Me da muchísimo miedo la muerte y eso que yo creo que hay que prepararla, como todo en esta vida, pero esas celebraciones de por aquí no las tenemos allá.

-Cambiemos de tema entonces, pasemos al amor y al desamor. Hace poco te divorciaste luego de haber estado 30 años al lado de esa persona y tras apenas 3 años de casada. ¿Por qué crees que las relaciones ya no duran?

-Nunca pensé que esa relación iba a durar más de un fin de semana. El 95 por ciento de mis amigas ya están divorciadas y, yo no se por qué, no pensaba en eso: estaba acostumbrada. Yo no la hubiera roto nunca, porque como mis padres se habían separado… Siempre dije que, el día que se rompiera, se iban a abrir un montón de puertas, pero primero me costó verlo. Y me decía, "pero si lo he pensado toda mi vida, ¿por qué digo eso?".

Pero ahora que ha pasado un poco de tiempo digo: "¡Pero Dios mío!, ¿por qué no lo hice antes? ¿Cómo he podido aguantar treinta años?". ¡No me lo puedo creer, con lo divertido que es esto!.. Y es que primero piensas que no vas a romper, te vas acostumbrando y te vas convirtiendo…Y de repente dices, "¿pero esto qué es?,¡Esto es una maravilla!"

Tras 30 años en pareja y 3 de casada, se divorció (Christian Bochino)
Tras 30 años en pareja y 3 de casada, se divorció (Christian Bochino)

-¿Estás abierta al amor otra vez?

-Ahora es un amor mucho más libre, porque la gente joven tiene que tener hijos. A mí me encantaba tener hijos, me chiflaba. Y yo no necesito nada. Solo necesito divertirme. De vez en cuando, te enamoras pero flipas, porque a esta edad es una gozada.

-¿Tus hijos están trabajando con vos?

-Mis dos hijos están trabajando conmigo. Si hubiera tenido un hijo que hubiera querido ser médico -algo que me hubiera encantado porque a mí me encantan los médicos- o arquitecto… pero cuando no saben muy bien lo que quieren ser, les dices: "Esto va a ser para ti: ¿te divierte ocuparte?". Y les está divirtiendo mucho más de lo que me imaginaba. Para mí es genial poder pasarles lo mío: una cosa tan bonita, divertida, atómica y mundial. Pasárselo a tus niños y, que se lo pasen igual de bien que tú, es una gozada.

-¿Conocés a nuestro diseñadores?, ¿cómo es la mujer argentina desde los ojos de la moda internacional?

-Soy amiga de Benito (Fernández) No es que solo lo conozca, somos íntimos amigos. Su hija estuvo 6 meses en mi estudio y es parte de mi equipo para siempre. Con Benito ya no es normal lo tan amigos que somos, los demás diseñadores ya no son tan amigos.

La mujer argentina me parece muy sofisticada. Es muy distinta a la del resto del continente. Es mucho más europea, un poquito más snob pero muy sofisticada. Yo creo que es una mujer muy difícil, por lo tanto, si consigues "agathizarla" es un gran triunfo.

“La mujer argentina es mucho más europea, un poquito más snob pero muy sofisticada”
“La mujer argentina es mucho más europea, un poquito más snob pero muy sofisticada”

-¿Cuántas veces "agathizaste" a una novia en su boda?

-¡Muchísimas veces! Me encanta hacer vestidos de novia. Por regla general, cuando la gente va a casarse –por lo menos en España- va con muchas tensiones. Imagínate que una persona gana 100 al año: en España, esa persona se gasta 20 mil en la boda. ¡Coño! ¡Si ganas 100 no te gastes 20 mil en la boda! Cuando vas a gastarte en un solo día mucho más de lo que tienes, o puedes, entonces vas con mucha tensión.

No disfrutas, y muy pocas veces he visto novias que vayan completamente relajadas a casarse, porque siempre hay problemas de familia… muchos problemas y, también, muchos complejos. Que el brazo está gordo, que la pierna se ve no sé cómo… ¡qué pocas novias hay completamente relajadas! Muchas vienen a verme porque quieren color. Mis novias suelen ser muy especiales y mucho más relajadas.

(Puig Argentina)
(Puig Argentina)

-Una vez, me encargaron una boda. Todo, todo. Y ese día fue la boda más bonita que he visto en mi vida. ¡La más alucinante del mundo! Fue en un sitio precioso, en Pontevedra, en una iglesia antigua impresionante. Hicimos un corazón de hierro, que tenía 35 mil claveles rojos y la novia entró por el medio de ese corazón. Yo nunca he alucinado más que ese día, lloraba como un bebé.

-Y con tu terrible miedo a la muerte, ¿cómo fue que te animaste a "agathizar" un ataúd?

A pesar del miedo que me da… (risas) Eso fue en París, en un salón del otro mundo y me encargaron unas tumbas. ¡Y lo hice! Pero también, quiero hacer un ataúd espectacular para mí. Es uno de mis grandes proyectos y…¡ojalá que no me coja el toro antes!

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