Ingenio, creatividad y pura pasión, fueron las claves que llevaron a cuatro estudiantes a desarrollar un satélite capaz de detectar zonas con riesgo de sufrir incendios forestales. La creación de los jóvenes, bautizada ‘Messi’, incluso obtuvo reconocimiento en el plano científico nacional.
Con el desafío de construir una carga útil –cuyo tamaño no superara al de una lata de gaseosa y fuera capaz de ser lanzada en un cohete– el grupo participó del proyecto de Cansat y la Comisión Nacional de Actividades Espaciales (Conae). El mismo es impulsado por las principales agencias espaciales del mundo, como la NASA y la Agencia Espacial Europea (ESA), y en la Argentina fue organizada por el Ministerio de Ciencia.
Según informa el medio local LM Cipolletti, los propios estudiantes se enteraron de la competencia y fueron quienes solicitaron el acompañamiento del colegio, trabajando en el prototipo en horarios extraescolar y fines de semana, y con presupuesto propio.
Así fue como, después de varias capacitaciones, estudio y mucho esfuerzo, el proyecto, denominado Misión Espacial Satelital Sur Init (MESSI) fue creado por el grupo de jóvenes. Tal fue el éxito que el equipo fue distinguido entre más de 900 estudiantes de la provincia.
Los chicos afirmaron que la propuesta toma más relevancia por el contexto medioambiental actual que vive el planeta: “Vivimos en una zona en la que poseemos una gran cantidad de biomasa que serían las plantas, árboles y bosques que son propensos a incendiarse. Lo que logramos al medir los rayos es conocer la cantidad de biomasa que existe y qué tan propensa es esa zona”.
Tal como explicaron, el satélite no orbita, sino que se eleva y desde allí comienza su caída. En ese proceso, de ascenso y descenso, es cuando se realizan las mediciones de temperatura, presión, humedad y rayos UV. Al mismo tiempo se toman fotos de la biomasa que son transmitidas desde la lata a la tierra. A partir de allí se realiza una telemetría de las mediciones.
Así fue como la iniciativa de los alumnos del Centro de Educación Técnica 30 (Valentino Sario, Tiziana Perfumo Bouzon, Luka Hugon y Francisco Nicolás González) logró trascendencia nacional. Y si bien no pudieron seguir avanzando en la competencia, ahora buscan dar a conocer la idea y juntar fondos para poder ejecutarlo.
“El objetivo del proyecto era construir un satélite a escala con un tamaño de una lata de gaseosa. Se trata de una competencia que solía hacerse para universidades, pero esta vez se abrió la convocatoria para escuelas secundarias. La intención es poder lanzarlo con un cohete hasta alcanzar 300 metros de altura donde se desprenden dos partes y sale la lata en un paracaídas”, comentó su maestra, Mirta Urrutia. El artefacto debía medir 5 centímetros de diámetro por 15 de alto, y pesar hasta 300 gramos, incluyendo el paracaídas.
Por su parte, la docente de programación y seguridad informática a cargo del grupo también opinó sobre la iniciativa: “Me parece fantástico que se abran las puertas del instituto de tecnología y desarrollo para el nivel medio porque hay chicos que están interesados y expectantes para este tipo de certámenes. Las ganas de hacer moviliza al resto que muchas veces no consideran participar, pero esto ya queda marcado en los chicos que transitan la escuela con vivencias. Hay que animarse, nosotros empezamos esto sin tener idea, nos pusimos a investigar y llegamos, es maravilloso ver a los chicos orgullosos y a sus padres también”.
“Esperamos que con esta difusión obtengamos el apoyo del ministerio de Educación y reconocimiento por parte de la gestión de intendencia local y así obtener apoyo para continuar con el proceso de desarrollo”, afirman los jóvenes.
SEGUIR LEYENDO: