Cada 20 de mayo se celebra el Día Internacional de la Metrología, para recordar la Convención del Metro que se firmó en 1875 con el objetivo principal de lograr uniformidad internacional en las mediciones. Cabe recordar que Argentina es pionera en este campo porque fue una de las 17 naciones en firmar el acuerdo, que ahora suscriben más de cien países y marcó un antes y un después en el comercio mundial.
La institución que actúa como referente en el ámbito de las mediciones en el país es el Instituto Nacional de Tecnología Industrial (INTI), que fue designado como Instituto Nacional de Metrología en 1972 y es el responsable de los patrones nacionales de medida. Su rol es el de asegurar la calidad de las mediciones vinculadas con la producción industrial, la equidad en el comercio, el cuidado del ambiente, la salud, los alimentos y la seguridad pública.
En tiempos de más innovaciones tecnológicas y en medio de la pandemia por COVID-19, donde la implementación de las nuevas tecnologías son clave para el desarrollo humano, una de las líneas de trabajo que impulsa en este campo tiene que ver con el desarrollo reciente de una aplicación clave para agricultura y ciudades inteligentes, que obtuvo un premio en la última Conferencia Internacional sobre Redes Ad Hoc e Inalámbricas realizada en Luxemburgo.
El novedoso sistema, que recientemente recibió un premio en Luxemburgo, está basado en una tecnología de comunicación inalámbrica y podrá utilizarse, por ejemplo en tiempos de pandemia, para monitorear ambulancias o personal de emergencias en la coordinación de atención a pacientes. Y en tiempos normales, para monitorear el recorrido de colectivos o alarmar a productores de vid cuando se dan las condiciones propicias para la formación de hongos.
El término Internet de las cosas (IoT, por sus siglas en inglés) es un concepto que está en auge en todo el mundo porque brinda la posibilidad de obtener información en tiempo real para monitorear objetos, lugares y personas. Con la premisa de crear un sistema IoT alternativo a los tradicionales —que utilizan Wi-Fi o bluetooth—, el investigador del INTI Sebastián Barillaro desarrolló una aplicación basada en una tecnología incipiente de comunicación inalámbrica denominada “LoRaWAN”.
“La ventaja de la aplicación es que permite obtener datos de sensores móviles que se encuentren en un radio de 2 a 10 km, no necesita contar con conexión a internet (porque utiliza una red y un servidor propio), tiene muy bajo consumo energético porque se apaga cuando no transmite valores, no hace interferencia con conexiones de Wi-Fi y no requiere una licencia para su uso”, detalla Barillaro. El sistema está compuesto por rastreadores, una base receptora y un servidor—que es el responsable del funcionamiento de la red y se comunica con un servidor de aplicación, que es el que le da sentido a la información a través de mapas, diagramas, paneles de control, entre otros—.
La tecnología está diseñada para comunicaciones de baja potencia y largo alcance; y ya se probó con éxito para monitorear el movimiento de un bus en el National Institute of Standards and Technology (NIST) de Estados Unidos —que transporta pasajeros desde el metro Shady Grove hasta el campus del instituto— y del tranvía LUXTRAM de Luxemburgo. En ambos casos, los resultados podían seguirse en tiempo real a través de una computadora portátil, que permitía visualizar el mapa y el recorrido de cada vehículo.
“Otro sector donde la implementación de esta red de IoT tiene un gran potencial es para el monitoreo ambiental y lo que se conoce como <agricultura inteligente>, que se refiere a la utilización de las tecnologías de la información y la comunicación para mejorar la producción en el campo”, anticipa Barillaro, quien estuvo trabajando durante dos años en el NIST, dentro de un programa del Sistema Interamericano de Metrología (SIM), y desde fin del 2019 se desempeña en el INTI junto al especialista Gustavo Escudero. Un ejemplo en este sentido, es la posibilidad de detectar y alarmar a productores de vid cuando se dan las condiciones de temperatura y humedad, propicias para la propagación de hongos y de una enfermedad muy frecuente que afecta las plantaciones llamada “Downy Mildew”.
“Los agricultores no sólo podrían tomar medidas preventivas cuando sean necesarias, sino también mejorar la eficiencia de cultivos, controlar plagas, manejar el riego o proteger la vida silvestre, entre otras posibilidades”, agrega Barillaro. También podría utilizarse el sistema en la industria 4.0 para la interconexión de tecnologías y en smart cities para medidores de electricidad y agua, estacionamientos, entre otros.
Desde el INTI, adelantaron que a partir de esta experiencia de trabajo, el organismo nacional cuenta con los recursos para asesorar a la industria en la instalación de este tipo de tecnologías en el país.
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