Existen publicaciones internacionales desde el año 2006 y locales desde 2013 que hacen referencia que en Córdoba se dan las tormentas más grandes y extremas del mundo.
Eso motivó en 2012 a científicos nacionales y de Estados Unidos a comenzar a idear un estudio abarcativo y profundo a realizarse en el país por parte de las más altas organizaciones de meteorología del mundo y el ambiente académico para estudiar la génesis y alcances de dichos fenómenos climáticos.
La misión de los investigadores busca echar luz sobre cómo se producen las grandes tormentas que incluyen granizo, vientos huracanados, lluvias torrenciales e incluso tornados mortales que pueden tener impactos catastróficos. El fin servirá para mejorar los pronósticos climáticos a nivel mundial.
Se trata de los proyectos RELAMPAGO (Remote sensing of Electrification, Lightning, And Mesoscale/microscale Processes with Adaptive Ground Observations, por sus siglas en inglés), que significa "procesos de detección remota de electrificación, rayos y mesoescala / microescala con observaciones de tierra adaptativa" y CACTI (Clouds, Aerosols, and Complex Terrain Interactions, por sus siglas en inglés), que remite a "nubes, aerosoles, y las interacciones del terreno complejo".
Una violenta tormenta desatada en las sierras de Córdoba en 2018
Ambos son auspiciados por el Programa Mundial de Investigación Meteorológica – WWRP y el proyecto de Eventos de Alto Impacto Meteorológico – HIW de la Organización Meteorológica Mundial. Y su objetivo final será optimizar la capacidad de respuesta de los organismos climáticos mundiales ante emergencias meteorológicas en el planeta.
Investigar y evaluar las tormentas eléctricas de alta intensidad en la región centro del país, principalmente en las provincias de Córdoba y Mendoza, permitirá mejorar la predicción meteorológica y disminuir el impacto económico y social.
"Registrar las tormentas que se dan en la región cordobesa servirá para entender las que se originan en el resto del país y muchos otros lugares del mundo. Vamos a estudiar la génesis de la tormenta, y como luego se fortalecen cuando se desplanzan hacia el noroeste o sudeste del país", destacó a Infobae la directora del Servicio Meteorológico Nacional (SMN), Celeste Saulo.
Cómo se estudia una tormenta
"Las tormentas hay que estudiarlas a partir de muchos elementos. Hay que entender primero el entorno y las características ambientales por las que se forma. Ese entorno, las condiciones del suelo, la topografía, orografía, la forma que tienen las montañas y su disposición en relación al flujo predominante", afirmó Saulo.
Y agregó: "Para comprender la dinámica interna de la tormenta, o uno se mete dentro o dispone de radares fijos y móviles doppler, que puedan acompañar su formación y develar qué procesos físicos se dan en el interior para permitir su crecimiento".
Según la experta, "hay otros equipos que se van a emplazar para medir y estudiar las condiciones ambientales que originan una tormenta. La vamos a analizar desde muchas perspectivas, inclusive desde el aire. El avión nos va a permitir saber qué tipo de aerosoles (pequeñas partículas químicas y de polvo) hay en suspensión que permiten desarrollar una gran tormenta. Si tienen alguna peculiaridad, están aumentando, etc".
En definitiva, buscarán responder qué tienen estos aerosoles en la Argentina que en otros lados del mundo no se encuentran. Tras los estudios que demandarán unos 6 meses van a haber resultados inmediatos y también a largo plazo por ejemplo al año y más.
"En Córdoba es el nucleo génesis de las tormentas más severas del mundo. Los científicos tenemos la curiosidad de saber qué pasa en la Argentina", sostuvo Saulo.
El proyecto Relampago, es auspiciado por la National Science Foundation (NSF) de Estados Unidos y "perseguirá" tormentas en la zona de las sierras de Córdoba y en Mendoza. Para ello, se instalarán radares que funcionan en distintas bandas del espectro electromagnético, estaciones y radares móviles doppler montados sobre camiones.
La iniciativa Cacti, auspiciada por el Departamento de Energía de los Estados Unidos, también se llevará adelante en dichas fechas con el apoyo de un avión y la instalación de cerca de 40 estaciones meteorológicas automatizadas en las provincias de Córdoba y Santa Fe.
Allí, los investigadores estudiarán la capa límite atmosférica, los aerosoles y principalmente, la nubosidad. El resultado proporcionará una medición a largo plazo del clima, del suelo y de las precipitaciones.
Saulo destacó la posibilidad de estudiar los sistemas convectivos de mesoescala con equipamiento idóneo, la interdisciplinariedad para entender mejor las tormentas, y la generación de servicio. En este sentido, el proyecto contará con radiosondeos, radar SPolKa, radares portables del conjunto de radares de Doppler on Wheels (DOW), sensor LIDAR para medir de vapor de agua, entre otro instrumental.
Paola Salio, científica del Centro de Investigaciones del Mar y la Atmósfera (CIMA/CONICET-UBA), mostró a Infobae su alegría por llevar adelante este proyecto con sus pares estadounidenses y brasileños.
"Estamos muy entusiasmados por todo este proyecto que comienza en pocos días. Como investigadores, queremos comenzar a medir ya. Después de escribir durante 6 años varias propuestas, queremos responder a las preguntas científicas que nos planteamos", indicó la investigadora.
Y agregó: "El proyecto se origina en 2012 en el sur de Brasil, donde Steve Nesbitt, profesor asociado al Departamento de Ciencias Atmosféricas de la Universidad de Illinois, Urbana-Champaing y yo comenzamos a idear el estudio en Córdoba, Mendoza y la parte central del país. Estábamos allí y no tuvimos suerte con el estudio. No nos llovío, no hubo tormentas. Entonces nos fijamos en el mapa que todas las tormentas se daban en la región central de Argentina y nos dijimos que debíamos estar allí. Empezamos a pensar la idea. En 2015 yo aplico a una beca de Conicet para trabajar con Nesbitt y logré traerlo para que trabaje 5 meses en la Argentina. Eso permitió incrementar las colaboraciones e intercambio de datos y trabajo en conjunto con los investigadores de EEUU. Escribimos distintas propuestas y hasta formamos muchos alumnos para futuros estudios".
Según la experta, fue una propuesta atrás de otra hasta lograr la financiación del estudio para hacer toda esta movida y traer a los científicos y aparatos a la Argentina. Una inversión que alcanza los 35 millones de dólares. "Fue un golpear muchas puertas para pedir ayuda. Siempre tuvimos al Servicio Meteorológico Nacional interesado en el proyecto, además de distintas universidades nacionales e internacionales.
Días atrás, Nesbitt explicó a Infobae su interés de venir a la Argentina a realizar estos complejos estudios meteorológicos: "Las particularidades del suelo y humedad de la atmósfera en las zonas serranas de Córdoba y San Luis y de la cordillera de los Andes, presentan características meteorológicas extremas solo comparables con las de Estados Unidos, la República Democrática del Congo y el sur de China".
Y agregó: "Estamos deseosos de comenzar ya nuestro trabajo de campo. Estamos atraídos por las particularidades climáticas del centro de Argentina y sus fenómenos de alto impacto. Esto servirá para mejorar su comprensión, la calidad de los pronósticos, la emisión de alertas meteorológicas y la elaboración de planes de contingencia".
El equipo de trabajo estadounidense tendrá la plena colaboración de muchos científicos argentinos pertenecientes a distintas instituciones. Los iInvestigadores locales provendrán del Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva (MINCYT); Servicio Meteorológico Nacional (SMN); UBA-CONICET, Facultad de Ciencias Exactas y Naturales – Centro de Investigación del Mar y la Atmósfera (CIMA); Universidad Nacional de Córdoba, Facultad de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales; Ministerio de Agua, Ambiente y Servicios Públicos de la provincia de Córdoba e INVAP.
Un arsenal en aparatología
Para realizar este estudio tan profundo y abarativo, un verdadero "arsenal científico" será desplegado por los investigadores.
"Llegará a la Argentina el avión de investigación Gulfstream-159 (G-1) de ARM, que en noviembre y diciembre estudiará la atmósfera y las formaciones de nubes en distintas altitudes. Observará las etapas más tempranas de las tormentas en desarrollo, aunque nunca penetrará una tormenta eléctrica, por razones de seguridad aérea.
Los instrumentos a bordo del G-1 durante sus vuelos en el cúmulo orográfico captarán principalmente datos sobre dinámica en la nube, microfísica, aerosoles y variables ambientales alrededor de las nubes cerca del sitio.
Para interceptar tormentas desde su formación, la instrumentación móvil se enfocará en las tormentas y observará sus estructuras internas. Las redes de radares fijos y móviles (incluidos los famosos "Doppler sobre ruedas" que se ven comúnmente en los videos de persecución de tormentas) se perfilarán dentro de las tormentas para observar los flujos y la producción de fuertes lluvias, vientos fuertes y granizo dentro de las tormentas.
Los entornos alrededor de las tormentas, que se piensa que son importantes para determinar cómo se desarrollan las tormentas, se observarán con lanzamientos rápidos de globos meteorológicos (con una frecuencia cada 30 minutos), estaciones meteorológicas móviles y vehículos instrumentados que capturan los patrones climáticos a pequeña escala que rodean el tormentas.
La instrumentación continua de rayos tridimensionales permitirá el examen de las características de la tormenta y la electrificación para mejorar nuestra comprensión de por qué las tormentas argentinas producen rayos abundantes. A medida que la intensa precipitación cae sobre la tierra, el equipo de "búsqueda de inundaciones" medirá el flujo de la corriente en los ríos. Las aplicaciones de teléfonos celulares de drones y ciudadanos locales ayudarán a controlar la caída del granizo.
Lanzamiento oficial del proyecto en Argentina
Con la presencia de autoridades nacionales, se presentó esta semana en el SMN la iniciativa en colaboración con Estados Unidos y Brasil, que estudiará, a partir de noviembre, las fuertes tormentas que ocurren en el centro de nuestro país.
El ministro de Defensa, Oscar Aguad; el embajador de Estados Unidos, Edward Prado, y el secretario de Gobierno de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva, Lino Barañao, encabezaron el lanzamiento del proyecto colaboracionista que se extenderá en Córdoba y Mendoza en los próximos meses.
"Hay variables naturales que tenemos que ser capaces de predecir para poder remediar sus efectos o tomar medidas con antelación que nos permitan hacer que las consecuencias no sean graves. Este es un problema de tremenda complejidad que no puede ser resuelto desde una disciplina en particular, motivo por el cual es tan importante la interacción interdisciplinaria que se evidencia en este proyecto", afirmó Barañao acerca del proyecto.
En pocos días el proyecto para estudiar en profundidad la tormentas comienza a hacerse realidad con los científicos ya en el campo de estudio y los aparatos midiendo las tormentas más serveras del mundo.
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