Miguel San Martín, el ingeniero argentino de la NASA experto en descender robots en Marte

En una nueva visita al país, el ingeniero espacial dio una charla en el Planetario Galileo Galilei, donde se emocionó relatando su trabajo y dialogó en exclusiva con Infobae sobre las próximas misiones al planeta rojo, Júpiter y el Sol

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Ya pasaron más de 6 años desde aquel 6 de agosto de 2012. Pero la emoción sigue envolviendo al ingeniero argentino de la NASA, Miguel San Martín, responsable del descenso del robot Curiosity en Marte y de otros tres rovers más.

"Me emociona todavía, no puedo evitarlo. Los primeros que nos sorprendemos de que todo funciona correctamente cuando una misión llega a Marte somos nosotros, los científicos. Sabemos todos las cosas que pueden funcionar mal, por eso nos sorprendemos, emocionamos y alegramos cuando las misiones espaciales se cumplen y son exitosas", relató con los ojos visiblemente húmedos el científico a Infobae, minutos después de haber dado una charla con auditorio lleno en el Planetario Galileo Galilei de la ciudad de Buenos Aires.

Miguel San Martín se abraza
Miguel San Martín se abraza a sus compañero en NASA, cuando aparece la foto de un nuevo robot en Marte

"Cuando estos aparatos funcionan, lo hacen en forma perfecta. No existe el funciona un poquito. Uno se sorprende y se pregunta: qué hicimos. Sí lo probamos muchas veces, pero cuando se lanza ya no hay más pruebas y comienza verdaderamente el trabajo", siguió comentando sobre su trabajo quien actualmente ocupa un lugar como ingeniero jefe del Jet Propulsion Laboratory de la NASA, en futuras misiones espaciales.

En la agencia espacial estadounidense participó de la misión Magallanes a Venus y Cassini a Saturno, y del descenso y posterior desempeño científico de los vehículos robóticos Pathfinder, Spirit y Opportunity en Marte. Además, lideró el equipo responsable del amartizaje del famoso robot laboratorio Curiosity, que confirmó la existencia de agua en la superfice marciana.

Respecto a la emoción que siente cuando una misión llega a otro planeta y comienza a explorar, afirmó: "Cuando funciona al pelo, no lo podés creer. Sentimos un gran alivio y nos sacamos una enorme mochila. Primero, no queremos decepcionar a nuestros colegas con una misión que fracasó. Es como errar el penal en la final del campeonato. No querés defraudar al resto del equipo porque hubo mucho sacrificio, trabajo y una familia detrás que ayudó mucho. Que la misión fracase y que sea un campañero el culpable, también es un problema".

"Otra cosa que pesa es desear que la misión sea exitosa porque no se sabe si habrá una nueva oportunidad de intento en futuros proyectos. La misión Curiosity fue la que realmente quería que funcionara. Se trató de un aterrizaje controlado con distintas etapas de frenado que involucraba fricción, paracaídas y retrocohetes. Todo muy distinto al descenso de los rovers Spirit y Opportunity que llegaron en bolsas que rebotaban sobre la superficie marciana", detalló San Martín.

Los tamaños de los vehículos
Los tamaños de los vehículos robóticos Pathfinder, Spirit y Curiosity indican cómo se superó misión a misión el tamaño del rover enviado a otro planeta

Actualmente, el ingeniero se encuentra en una nueva etapa de su carrera profesional en NASA, ya que le dio paso a las nuevas generaciones en la realización de las misiones robóticas espaciales.

"Estoy concentrado en las revisaciones de los proyectos. Es como estar del otro lado. Desde hace muchos años que hago ese papel, pero ahora con más intensidad. Me encuentro en el panel de revisión del descenso de la próxima misión al planeta rojo: Mars 2020. También dedico la mayor parte de mi tiempo la misión que enviará un vehículo a la superficie de Europa, una de las lunas de Júpiter, que tiene más agua líquida de la que hay en la Tierra. Tiene todos los elementos necesarios para la vida, así que puede ser que haya vida. Allí me ocupo del guiado, navegación y control de la misión".

San Martín lleva 32 años
San Martín lleva 32 años trabajando en la NASA y sigue soñando con más misiones espaciales

"También estoy en los paneles de revisión del próximo cohete de la NASA, el SLS, que llevará los próximos humanos a la Luna y Marte. Es lindo el desafío, porque me permite expandirme a otros proyectos, como el lanzamiento de los grandes cohetes, que tendrán el tamaño similiar al del Saturno V, el que llevó al hombre a la Luna", indicó San Martín, que lleva 32 años trabajando para la agencia espacial estadounidense.

El primero de octubre la NASA celebró su 60º aniversario y San Martín dejó en claro los aspectos positivos y los que debe trabajar más la agencia espacial.

Abrazos y emoción en los
Abrazos y emoción en los científicos de la NASA junto a San Martín, cuando Curiosity aterrizó en Marte

"La NASA puede festejar la parte robótica con la misión del laboratorio espacial Curiosity a Marte, la New Horizons (Nuevos Horizontes), una misión espacial no tripulada destinada a explorar Plutón, sus satélites y probablemente el cinturón de Kuiper. La misión Messenger a Mercurio. Y la Sonda Parker que va a estudiar la corona del Sol situándose a poco más de 6 millones de kilómetros del Sol.Es todo una locura. Hay muchas misiones y es un tiempo muy exitante a nivel espacial", precisó el ingeniero argentino.

Y agregó: "Me preocupa la otra parte, la tripulada. Nunca supimos qué hacer luego de plantar la bandera en la Luna. Estamos construyendo el nuevo cohete SLS y una cápsula espacial, pero no hay definiciones precisas todavía del alcance de esa misión".

San Martín emocionó a todos
San Martín emocionó a todos los concurrentes a su charla en el Planetario de Buenos Aires

San Martín también destacó la exploración espacial a otros planetas en busca de una Tierra en otro Sistema Solar. "Hasta hace 10 años, la idea de que había planetas en otras estrellas era una teoría. Hoy en día hay observaciones directas, con informes de extensión, órbita, temperatura, etc, mediante técnicas de luz. Pero lo que se busca ahora es generar una observación directa gracias a los telescopios espaciales que se lanzarán muy pronto", afirmó.

Luego de responder pacientemente más de una docena de preguntas, fundamentalmente de los más chicos, San Martín precisó: "Cuando cientos de chicos me preguntan cómo se llega a la NASA, y me dicen que quieren hacer los mismo que yo e ir a trabajar allí, por un lado me alegra mucho, pero por otro me entristece, ya que lo ideal sería que se quedaran estudiando en el país, enriqueciendo la ciencia argentina y con los recursos financieros adecuados".

"Cuando yo me fuí no había nada en la Argentina. Hoy está Conae, Invap y carreras universitarias como la de USAM. Gracias al Planetario y otros educadores es importante llegar a la gente y despertar la vocación científica. Países como la Argentina tienen capacidad, pero los presupuestos y prioridades muchas veces son otras", puntualizó San Martín.

Y a modo de conclusión, dejó una idea de cómo obtener más presupuesto científico: "El ciudadano argentino no está acostumbrado a escribir cartas al Congreso para pedir más presupuesto en ciencia. El tema es cómo hacer para que Conae se transforme en una NASA y no esperar que los políticos alguna vez lo decidan. También, a través de las instituciones democráticas, hay que plantear estos temas".

El descenso de Curiosity implicó el
El descenso de Curiosity implicó el uso de paracaídas y una grúa con retrocohetes

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