Más de 30 años de una metódica y eficiente tarea, que requirió mucho estudio, capacitación e ingenio, obtuvo sus frutos.
El científico argentino Pablo García Borboroglu, investigador del Conicet es hoy un referente mundial de la conservación de ambientes y animales que en 2018 se destacó con la obtención de dos premios internacionales muy importantes.
Borboroglu, que se graduó en la Universidad Nacional de la Patagonia San Juan Bosco y obtuvo su Doctorado en la Universidad Nacional del Comahue, vive hoy en Puerto Madryn, Chubut. Y su foco está puesto en incentivar una cultura de conservación a través de los pingüinos y dedicarle toda una vida a estos pequeñas aves no voladoras que viven en el sur de nuestro país.
El investigador del CESIMAR/CCT Cenpat CONICET y fundador y presidente de la Global Penguin Society, recibió a comienzos del año el Premio "Whitley Gold Award", conocido dentro del mundo de la conservación como el "Green Oscar" o el Oscar Verde de la ciencia, que le fue entregado por la princesa Ana, hija de la reina Isabel II, en Londres.
La selección del ganador del Whitley de Oro es altamente competitiva, dado que se otorga solo a uno de los más de 190 personas de 80 países que han recibido el Premio Whitley tradicional en el pasado. La ceremonia se realizó en la Real Sociedad Geográfica e incluyó miembros de la Familia Real, celebridades, filántropos y organizaciones ambientales de Europa.
"Traer a la Argentina un premio del calibre del Whitley Gold Award es un gran honor y una tremenda satisfacción. Es muy gratificante que casi 30 años de trabajo en conservación sean reconocidos por una organización de tanto prestigio y visibilidad mundial", expresó Borboroglu a Infobae.
Y agregó: "Hace 30 años que trabajo desde la Patagonia Argentina, casi el fin del mundo. Desde Puerto Madryn he liderado este esfuerzo internacional a través de la Global Penguin Society, que fundé hace 10 años. A través de actividades en ciencia, manejo y educación, trabajamos para la conservación de las 18 especies de pingüinos del planeta, con acción en países de África, Sudamérica y Oceanía, además de los pingüinos que reproducen en la Antártida".
Y el mes pasado, Borboroglu recibió el Premio National Geographic por Liderazgo en Conservación Mundial, junto a Michelle Bachelet, ex Presidenta de Chile y otros 5 personalidades que fueron premiados por la organización en Washington DC.
El premio que recibió el doctor Borboroglu, conocido como el "National Geographic/Buffett Awards for Leadership in Conservation", fue establecido para reconocer y celebrar el trabajo de líderes mundiales de la conservación y la protección y manejo de los recursos naturales en sus áreas de trabajo, "como defensores de la conservación, inspirando y sirviendo de modelo y guía para las próximas generaciones".
"Creo que lo que afuera valoran mucho es el enfoque y los logros importantes que hemos tenido en muchos países y a nivel internacional. Nuestras acciones protegen y a la vez generan fuente de trabajo genuino e ingresos para las economías regionales. Apuntamos a lograr un punto de balance y coexistencia entre las necesidades humanas y de las especies", reconoció el científico.
Dentro de los logros más destacados del experto conservacionista argentino fue la promoción, obtención de financiamiento y coordinación del trabajo con el gobierno de Chubut y las autoridades legislativas para que se creara la Reserva de Biosfera de Unesco llamada Patagonia Azul, la que localizada en Chubut y con 3.1 millones de hectáreas, es la más grande de Argentina. El 58% de esta reserva es marino y el 42% restante es continental, y contiene casi la mitad de la población mundial del pingüino de Magallanes.
Por otra parte, ha generado investigaciones útiles para la conservación y manejo de ambientes y especies en 4 continentes. Promovió el establecimiento y dirige el Grupo Especialista de Pingüinos de UICN, que influye sobre las políticas internacionales y nacionales que afectan a los pingüinos. Ha coordinado la elaboración de Planes de manejo para siete áreas.
Utilizando un enfoque que combina ciencia, manejo y educación, promueve la conservación de pingüinos en el hemisferio sur, usándolos también como bandera para la conservación oceánica. El ambientalista ha unido más de 125 organizaciones y beneficiado a 1.2 millón de pingüinos en cuatro continentes.
Pablo es un apasionado por la educacion e inspiración de la siguiente generación de guardianes del Planeta: nuestros chicos. El programa educativo que ha implementado, ha cumplido 10 años y ha llevado 6.000 chicos de países en desarrollo a conocer sus pingüineras cercanas, para incentivar una cultura de conservación a través de los pingüinos.
Borboroglu ha invertido mucho tiempo y esfuerzo en la comunicador de la ciencia. Con una fuerte convicción de que para mejorar el manejo de nuestros mares y costas se requiere tanto de ciencia como de la comunicación para modificar la actitud y conducta de la gente, ha trabajado intensamente con la prensa nacional e internacional.
Preguntado qué nos falta en la Argentina para crear una cultura del conservacionismo ambiental, el experto explicó que la inestabilidad de Argentina de las últimas 5 décadas al menos, afecta mucho la continuidad de todo, incluidos los trabajos en ciencia y conservación.
"Los trabajos a largo plazo hemos podido mantenerlos con fondos del exterior. En general, Argentina siempre está atendiendo urgencias y mirando a corto plazo. Nos pasa que lo importante queda para después… hasta que los problemas nos pasan por encima.En lo ambiental, como en otras áreas, es indispensable tener políticas publicas definidas que trasciendan la política partidaria circunstancial del momento", afirmó.
Y agregó: "Necesitamos también que la Justicia sea independiente de los otros poderes, pero en los hechos, no en lo discursivo. Un desarrollo sustentable sería posible si el ciudadano creyera en la justicia y viera que puede ampararse en ella también ante un problema ambiental que lo afecta. La historia argentina hizo que la gente no crea, porque ha visto un Estado sin capacidad de fiscalizar como corresponde y una justicia permeable a los intereses de turno".
Sobre la importancia de una vida de estudio y trabajo, Borboroglu le deja un consejo a los más chicos: "Mi mensaje a los jóvenes es que tengan un sueño, una visión de qué quieren hacer en la vida. Que le pongan el alma a eso, que se capaciten lo más que puedan para estar listos y aprovechar todas las oportunidades. Ya lo decía Seneca: 'Ningún viento es favorable para quien no sabe a dónde ir'".
Y agregó: "Hay muchos recursos y dinero en el mundo, pero hay que abrir la cabeza y salir a buscarlos, no hay que esperar que las cosas lluevan de arriba o te las regalen o sentarse a criticar a los que no te ayudan. No hay nada más digno que tener logros que son fruto de tu propio esfuerzo y trabajo genuino".
Además, afirmó que su trabajo no es solo ciencia pura. "También lo aplicamos. La conservación permite generar muchas divisas. El Ecoturismo es una fuente de ingreso millonaria para muchas familias y economías locales. Y para los gobiernos que formentan la venida de turistas de todo el país y el mundo para observar los animales protegidos. Todo ello sin perjudicar a las distintas especies involucradas. Por ejemplo, una colonia de pingüinos en Australia genera ingresos 150 millones de dólares anuales en ecoturismo".
Trabajar en conservación en países en desarrollo como Argentina es todo un desafío. Y Borboroglu lo hace tan bien que es una figura mundial por proteger ambientes y en su caso, sus amigos vecinos, los pingüinos de Chubut.
SEGUÍ LEYENDO:
Un argentino ganó el "Oscar verde" de la ciencia y la conservación
Juan Martín Maldacena: "En la Argentina hay una muy buena generación de investigadores jóvenes"