
En la Argentina se genera una tonelada de basura cada dos segundos.
Según la Dirección Nacional de Gestión Integral de Residuos (DNGIR), dependiente del Ministerio de Ambiente y Desarrollo Social, nuestro país se ubica entre los de rango medio en generación per cápita diaria de residuos sólidos urbanos (RSU), basura proveniente del ámbito comercial, residencial, sanitario o industrial.
Así, el promedio diario de desechos por habitantes es de 1,03 kilos, equivalente a casi 45.000 toneladas diarias para el total de la población y unos 16,5 millones cada año. Esto es igual a una pirámide de 85 metros de base y una altura de 6960 metros, es decir, la misma que el Cerro Aconcagua, la cima de América.
En CABA y Gran Buenos Aires, trabajan unos 2500 camiones de recolección de basura para juntar las 17.000 toneladas de residuos que cada día del año arrojan los 15 millones de habitantes de ambas jurisdicciones.

Desde hace menos de cinco años, Ceamse -una empresa creada por los estados de la provincia de Buenos Aires y la Ciudad- trabaja para convertir una porción cada vez más grande de basura en energía o en nuevos productos utilizables.
Así, clasifica material reciclable, reconvierte el caucho, fabrica ladrillos con la sobra de los alimentos, genera compost a partir de los residuos verdes y la poda, transforma el líquido que exhuda la basura en agua de riego y convierte los gases en energía eléctrica.

Frente a esta problemática, y más allá del reciclado que ayuda a recuperar material para generar nuevos productos, una nueva tecnología busca emerger y solucionar el problema del llenado de contenedores.
ECO-BITS es el primer contenedor de residuos con tecnología IoT: un dispositivo basado en tecnología cognitiva de IBM Watson que facilita la gestión inteligente de residuos a través de la optimización de la recolección, permitiendo monitorear en tiempo real el nivel de llenado y recibir alertas de qué contenedor requiere ser vaciado.
Se trata de una iniciativa de la consultora tecnológica Druidics y su socio estratégico MicroGestion, mediante la cual se proporciona a sus usuarios un medio escalable, económico y controlado para cuidar el medio ambiente.

El sistema consta de un sensor autoinstalable, simple de encender y con una laptop o celular se aparea a la red wifi de la compañía y ya puede comenzar a funcionar. Luego, a través de una app mobile se envían alertas de los niveles de llenado, y mediante la plataforma web se monitorea en tiempo real el estado de los contenedores con su respectiva ubicación en Google Maps.
"Nos llevó aproximadamente un año entre el modelado de la idea, el desarrollo del hardware y toda la electrónica y su diseño, que es 100% nacional, no es una plaqueta que viene de China." señaló a Infobae Gastón Moncho, responsable del proyecto por parte de MicroGestion Software.
Y agregó: "El Ministerio de Ciencia y Tecnología les otorgó un subsidio de $800.000 para el desarrollo de los equipos en producción. No solo se trata de un proyecto tecnológico, también hacemos hincapié en el triple impacto acto de la solución: social, económico y ecológico".

Moncho precisó que el aspecto social y sustentable de RSE es el que más les atrae a sus clientes porque pueden dejar de contratar servicios convencionales de recolección de residuos y contactar a cooperativas sociales que hacen ese trabajo, pero que no lo podían hacer a gran escala.
"Entonces, con esta app que se puede instalar en cualquier teléfono celular convencional -no presenta grandes requerimientos de rendimiento- al recolector que va a pie le llega una alerta que indica qué contenedor está lleno, lo localiza en el mapa y así optimiza su recorrido", describió Moncho.
El impacto económico radica en que la recolección tradicional es mucho más costosa y las multas que ponen los municipios por problemas de salubridad son mucho más frecuentes de lo que uno imagina. Y esto tiene su contrapartida ecológica al fomentar la separación de residuos y al evitar el desborde de los contenedores se evitan roedores, cucarachas, y hasta posibles inundaciones.

El sensor funciona con una batería intercambiable que dura 2 años y alerta sobre su estado de la carga y la app utilizada para el envío de notificaciones es BOP, similar a los servicios de mensajería instantánea, que solamente necesita red de datos 3g o 4g -no es mandatorio tener wifi- para conectarse.
Así, envía los avisos a diferentes celulares y para tener una central de monitoreo por cliente que ubica en un mapa los tachos y su nivel: vacíos, llenos, a medio llenar, desconectados o con batería baja.
Actualmente la consultora está trabajando en el uso de esta misma tecnología para implementar en el monitoreo de almacenamiento de silos y en una solución cognitiva para el reconocimiento de botellas que ayudará a la separación de residuos.
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