Exitoso y visionario: cómo es y cómo piensa Wenceslao Casares, el argentino más respetado en Silicon Valley

"Wences es frío y muy reservado", "es de pocas palabras", "no le gusta la prensa". Esas fueron algunas de las referencias que recibí por parte de gente que lo conoce y con la que conversé antes de entrevistarlo – en el marco de su presentación en el Foro de Inversores de Silicon Valley, organizada por Endeavor Argentina.

La charla comenzó tensa. Antes de saludar, ya me había transmitido el disgusto de otorgarme la entrevista. Luego se distendió. Afortunadamente, porque Casares tiene mucho para decir. Sus palabras son escasas pero contundentes, como flechas que se clavan en el centro del blanco.

Es un placer escucharlo: por lo que vivió, por lo que conoce y por como piensa. Y quisimos precisamente eso: saber cuál es la mirada de este emprendedor, respetadísimo en el país y en el mundo. Respeto que nadie le regaló y que supo ganar con su carrera y su visión.

Ya son bien conocidas la opinión de Casares sobre criptomonedas, las tempranas apuestas que lo convirtieron en "el Rey del Bitcoin", las anécdotas que lo mitifican como "un gurú" en el tema o cómo convenció a Bill Gates y Reid Hoffman sobre el potencial de esta nueva moneda.

Esta vez quisimos conocer su visión sobre el país, el gobierno, el ecosistema emprendedor argentino, la tecnología en el sistema financiero. También nos contó cuál su objetivo de vida, y un par de enseñanza: ¿Por qué hay que aprender "a soltar los cabos"? y ¿A dónde está la diferencia entre éxito y fracaso?

– Naciste y creciste en Argentina, y trabajaste mucho tiempo en Silicon Valley. Conocés muy bien ambas culturas. ¿Qué cosas podríamos aprender de ese ecosistema?

– Una cosa que podríamos aprender de Silicon Valley es su apertura. Allá, conseguir una reunión es relativamente fácil. Uno se reúne con el resto, incluso con sus competidores. De ese modo lográs compartir mucha información. En cambio, acá todavía me cruzo con emprendedores que te das cuenta que están ocultando cosas; no quieren o tienen miedo de contar lo que están haciendo. Veo que nos falta hacer el trabajo de crear más contactos, presentar gente. Eso es mucho más fluido en Silicon Valley y ayuda a que todo el ecosistema se mueva a una gran velocidad: la información, los contactos, las relaciones, todo puede fluir a otra velocidad.

-¿Y qué cosas podríamos enseñarles nosotros a ellos?

-Creo que hay muchas más cosas de las que el Silicon Valley podría aprender de la Argentina en particular, pero de la cultura más latina en general. Por ejemplo, el valor y la prioridad que le damos a las relaciones entre las personas. Es muy subjetivo esto, pero yo creo que Silicon Valley, como es más sajón, prioriza más el trabajo. Hay un dicho que expresa que "los americanos viven para trabajar y los europeos trabajan para vivir".

Es un chiste pero hay un poquito de verdad en eso. Y los latinos somos así, trabajamos para vivir. Y, en una parte del mundo que está diseñando los productos y servicios que casi todo el planeta está usando, es importante poder entender cómo vive la gente, cuáles son sus prioridades, qué le importa… porque estás diseñando una parte importante de su día a día. Si yo cuento cuántas horas estás mirando ese telefonito cuyas experiencias fueron todas diseñadas en Silicon Valley. Pero muchas de esas personas no entienden tus prioridades, qué cosas te importan. De eso podrían aprender mucho.

-Cómo ves a la Argentina de cara al futuro, en esta nueva economía del conocimiento ¿Creés que nos estamos preparando para esos tiempos?

-A la Argentina la veo muy bien. Mirá, estoy acá con Reid Hoffman, el fundador de PayPal, de LinkedIn, inversor en Facebook, en Airbnb, y está sorprendidísimo con este evento (de Endeavor). Ver que asiste tanta gente a hablar de startups y de tecnología. El recorre todo el mundo y, sin embargo, me dice "esto es increíble". Y yo le cuento: "mirá, siempre fue así. Se está haciendo cada vez mejor, pero la Argentina siempre tuvo más emprendedores que otros países, es notable". Creo que estamos muy bien en ese sentido. En startups en general, pero en startups tecnológicos en particular.

Ahora, sí me da pena que la Argentina – que es un país serio y con infraestructura – que está en condiciones de tener la mejor conectividad del mundo, en que cada rincón del país, y que esa conectividad sea la más rápida y barata del mundo… sin embargo no lo hace. Es una picardía. Ya nos perdimos la revolución industrial y ahora, por estar distraídos en otras cosas, nos podemos llegar a perder la revolución digital. Solo por no tener la conectividad que deberíamos tener. Y eso es muy fácil de arreglar. Además, deberíamos tener los dispositivos electrónicos más baratos del mundo. Los teléfonos deberían ser los más baratos del mundo, las computadoras, las tablets, y es un disparate que no se consigan muchas cosas y que sean carísimas. Si tuviéramos la mejor conectividad y los dispositivos más baratos del mundo la gente se cambiaría la vida a sí misma y, en ese el proceso, a otros alrededor suyo. Y sin embargo cada día que pasa que no lo hacemos estamos… arruinando vidas.

– Esto tiene que ver con políticas públicas. Hablabas de conectividad y pensaba en el caso de Estonia que declaró "derecho humano" el acceso a internet. Eso obligó al mismo gobierno a asegurar la provisión de conectividad en todos los rincones del país. ¿Cuál es la recepción que encontrás en el presidente, y en el resto de la clase política, a la hora de entender hacia dónde hay que ir?

– Yo no tengo llegada al presidente pero tuve oportunidad de decirle que me parecía importante priorizar los desarrollos digitales. Creo que la Argentina no va a poder dar trabajos dignos con las industrias que existen: el agro, la construcción, el turismo. Si no hacemos algo distinto van a quedar vacantes cientos de miles de trabajos necesarios que hay que crear todos los años. Sin embargo, el mundo absorbería con mucho gusto, y con mucha facilidad, esos cientos de miles de trabajos de la Argentina si les diéramos lo que hay que darles. Ese mensaje es muy receptivo, al presidente y al gobierno en general. Pero creo que por ahora no es una prioridad, tampoco veo gente en el gobierno que entienda de estos temas, y bueno, mientras no sea una prioridad…
Tampoco está mal porque con o sin gobierno tenés cosas como este evento, con esta cantidad de emprendedores. Pero, desde el punto de vista de las políticas públicas, podría ser infinitamente mejor.

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-¿Cómo crees que va a impactar la tecnología en el mundo del trabajo? Sobre todo con la influencia de la inteligencia artificial

-Creo que en el mundo en los próximos 20 años van a haber más cambios que en los últimos 200. En algunas cosas eso es muy bueno, pero en otras lamentablemente es muy malo porque se van a desplazar muchos trabajos a una velocidad que no nos va a dar tiempo a conseguir nuevos. Creo que va a ser un desafío. El cambio en el mundo del trabajo es quizás el desafío más importante que vamos a tener que enfrentar en forma global y como civilización en los próximos años.

– ¿Qué te motiva a seguir emprendiendo?

– A mí me encanta lo que hago. Cuando era chico sufrí mucho ver lo que le pasaba a mis padres debido a las cosas que pasaban en la Argentina con la devaluación, inflación y todos esos "despelotes" que hubo en el país. Y no lo tengo como un recuerdo económico, lo que me acuerdo es lo que les hacía, la tensión de mis padres y de otra gente alrededor nuestro.

Entonces dediqué casi toda mi carrera a usar la tecnología para tratar de mejorar eso. Creo que, en general, como industria hemos hecho un trabajo patético, la tecnología no ha cambiado los servicios financieros, para nada. Si vos miras cómo es una cuenta corriente, una tarjeta de débito, una tarjeta de crédito, son exactamente iguales que hace 20 años; ¿qué porcentaje de la población mundial y en la Argentina tiene acceso a esos productos? es el mismo porcentaje.

Creo que podemos llegar a ver un mundo en el que eso cambie dramáticamente. Nada me motiva más que cuando mis nietos me pregunten "Abuelito ¿Usted qué hizo con su carrera?", es decirles "¿Sabes qué? Yo fui parte de una generación que ayudó a que pasemos de que el 20% de la gente tenga acceso a servicios financieros dignos a que sea al 100%." Hacer con los servicios financieros lo que hizo WhatsApp con las comunicaciones. Eso me motiva muchísimo.

– Alguna vez dijiste que de lo que más estás orgulloso en tu vida – y lo que más te costó – fue ese viaje navegando alrededor del mundo ¿Qué experiencias sacaste de ahí?

– Estoy súper orgulloso de toda esa experiencia, de todo lo que me enseñó. Nunca más, no pienso ni loco en hacerlo de vuelta. Pero me enseñó muchas cosas, Te voy a decir dos: una es que para empezar algo hay que dar el primer paso. Y parece una pavada, pero yo estuve preparando el barco durante meses y meses. Tenía mi lista con todo, y siempre sacaba alguno de la lista, se agregaban nuevas. Ya estábamos viviendo en el barco con mi mujer y un hijo chiquito de 6 meses. Un día, un jueves, me visitaron mi papá y mamá porque yo les había dicho que ese día íbamos a salir. Pero se me habían agregado más cosas a la lista, así que había decidido volver a posponer la travesía. En eso, mi papá empieza a deshacer los cabos. Yo le dije "!Papá! ¡No!". El contesto: "Te vas ahora". Y me fui. Hay veces que si no arrancás de una vez, no arrancas más. Y es cierto, hay que soltar los cabos y hay que empezar.

La segunda es la perseverancia. Yo no puedo cambiar cuan inteligente soy. Puedo mejorar un poquito lo que conozco y lo que sé, pero a una velocidad limitada. Pero sí tengo mucho control sobre cuán perseverante puedo ser. Y creo que muchas veces la diferencia entre éxito y fracaso es la perseverancia: fracaso, fracaso, fracaso, hasta que logro un éxito. Y con el barco fue definitivamente así.

Sobre "Wences" Casares:

– Nació hace 44 años en Esquel, Chubut, Patagonia, Argentina

– Es CEO y Fundador de Xapo. Se estima que este "banco de bitcoins" es el custodio más grande de esta criptomonedas en el mundo.

– Integra el directorio de PayPal

– Actividades sin fines de lucro: miembro de la junta de Endeavor (organización que promueve y conecta emprendedores de alto impacto) y Kiva, cuya misión es conectar personas por medio de préstamos especiales, como modo de para aliviar la pobreza en todo el mundo.

– Otros emprendimientos: lanzó el primer proveedor de servicios de Internet de ese país, cofundó Patagon, – el portal de servicios financieros adquirido por el Banco Santander en $ 750 millones -, Wanako Games, (hoy Behavior Interactive), Banco Lemon y Lemon Wallet.

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