Cada vez hay más satélites artificiales que orbitan nuestro planeta. Son aparatos que valen millones de dólares dedicados a diversos fines.
Están los que trabajan en la meteorología, la anticipación de eventos catastróficos como huracanes, inundaciones, tifones, incendios y cualquier evento que pueda anticiparse a cientos de kilómetros de altura.
También están los satélites de comunicaciones que expanden señales de TV, cable, telefonía e Internet. Y por último existen los espías y militares que cada gobierno guarda celosamente secreto de sus capacidades y de la información que recogen.
Pero sean para estudiar militares, de comunicación o para estudiar el clima y nuestro planeta todos tienen una vida útil que va de los 3 a 15 años.
Desde 1957 con la puesta en órbita del primer satélite llamado Sputnik por parte de la extinta Unión Soviética, miles de lanzamientos han ocurrido y miles de satélites han dejado de cumplir su vida útil para convertirse en chatarra espacial.
"La cantidad total de material que está dando vueltas a nuestro planeta supera las 7.600 toneladas", dijo en febrero pasado en una conferencia en Viena el doctor Jer Chyi Liou, jefe de los científicos de la Administración Nacional de la Aeronáutica y del Espacio de EE.UU. (NASA, por sus siglas en inglés) que analizan todos los días la basura espacial que nos rodea.
Según la Oficina del Programa de Escombros Orbitales de la NASA, giran en torno a la Tierra unos 21.000 fragmentos de más de 10 centímetros, aproximadamente 500.000 de entre uno y 10 centímetros de diámetro y más de 100 millones de partículas de menos de un centímetro.
Pero además de satélites, hay más cosas que nos orbitan. Toda esa basura incluye desde un guante perdido por un astronauta, herramientas utilizadas para reparar satélites o telescopios espaciales, hasta una nave dada de baja y cohetes en desuso.
Cuando la NASA el año pasado dio de baja la posibilidad de visualizar la basura que nos rodea, James Yoder, un estudiante estadounidense de ingeniería eléctrica e informática de la Universidad de Texas en Austin, Estados Unidos, decidió tomar el toro por las astas y realizar el más completo mapa espacial de satélites y chatarra que orbita la Tierra.
Según le explicó a la revista Popular Science, el sitio Stuff in Space muestra en tiempo real cualquier objeto "rastreable en la órbita baja terrestre y la geosíncrona… Cualquier cosa que haya allá", afirmó el estudiante, que hace prácticas de aviónica en SpaceX tras haber pasado por la Académica de Robótica de la NASA.
El sitio muestra un mapa 3D de los objetos que orbitan el planeta, visualizados usando la tecnología WebGL, con el globo terráqueo, girando lentamente, rodeado de varios puntos diferenciados por colores que se van moviendo.
Los satélites están representados en rojo, los escombros en gris y los cuerpos de cohetes descartados en azul. Al acercar el ratón a estos, si son satélites o restos grandes, se resaltan sus órbitas con líneas azules.
Y si se hace clic sobre alguno de los objetos, la web ofrece información más detallada, como el nombre, la altitud y la inclinación con la que orbita, así como la velocidad a la que lo hace.
Así, por ejemplo, te informa que el Cosmos 1911 es una parte de un satélite que gira en torno a la Tierra a una altitud cambiante de 1.406,20 kilómetros, con una inclinación de 82,61 grados y a una velocidad de 7,16 kilómetros por segundo. También permite hacer búsquedas por grupos, como la red de satélites GPS de EE.UU. o Glonass de Rusia.
Según explica el propio Yoder en la página, los datos de las órbitas se actualizan a diario y proceden de Space-Track.org, un sitio web de acceso público operado por el Departamento de Defensa estadounidense, y la posición de los satélites se calcula en base al "excelente" satellite.js.
¿Cuántos artefactos están orbitando la Tierra a la vez?
Resulta difícil contabilizarlo con exactitud por dos motivos: 1) ningún país revela cuántos satélites espía mantiene en órbita y porque hay algunos artefactos o piezas de ellos que se han desprendido.
Entre el lanzamiento del Sputnik (1957) y enero de este año se han colocado unos 6.000 objetos. Según la NASA, hay unos 5.600 satélites artificiales que giran alrededor de nuestro planeta, pero solamente unos 800 permanecen activos.
Con tantos objetos espaciales en desuso, el problema es que ponen en riesgo la seguridad espacial –ya ha habido unos 10 choques con chatarra– para los que permanecen activos, como el que ocurrió en 2009 cuando dos satélites, el ruso Kosmos 2251 y el estadounidense Iridium 33 chocaron y se destruyeron, provocando que miles de objetos pequeños se diseminaran en una órbita baja.
La mayor "propietaria" de satélites es Rusia, con unos 1.300, seguida de EEUU (cerca de 700 en funcionamiento, aunque llegó a tener más de 4.000), y Japón (mantiene más de 60).
Cada vez más basura espacial
La carrera espacial no se detiene y países como China e India buscan participar también en la exploración del cosmos. También, con el auge reciente de las compañías privadas es de esperar que la basura espacial siga aumentando.
Hasta ahora, de todas las piezas de chatarra espacial conocidas en la órbita baja terrestre solo una de cada tres corresponde a Estados Unidos. Pero la NASA no es la única organización que busca una solución a este problema en este esfuerzo internacional que involucra a todas las naciones que realizan actividades espaciales.
Este año, la agencia espacial rusa firmó un acuerdo para instalar un nuevo telescopio de seguimiento de basura espacial en Brasil. Y también hay un mercado para iniciativas privadas de supervisión de desechos espaciales y venta de datos a los operadores de satélites.
Por último, en abril se lanzará la primera misión europea de retirada activa de escombros desde un cohete SpaceX Falcon 9 en su camino a la Estación Espacial Internacional, a la que reabastecerá.
Y mientras los gobiernos y la comunidad científica intenta hallar una solución al problema, gracias a Stuff in Space podemos ser observar y tomar conciencia de cuánta basura espacial rodea nuestro planeta.
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