Aix-en-Provence (enviada especial).- A veces la muerte se ensaña y decide ser más inoportuna de lo habitual. Pero esta es una historia llena de vida, porque la de Frédéric Chevalier fue intensa; repleta de éxitos y tropiezos.
Por eso, y por su increíble inventiva y talento, es que en Europa se lo compara con el creador de Apple, Steve Jobs. Aunque vale decir que el francés gana, y por lejos, en compromiso social.
La obsesión de Chevalier no era el éxito ni el dinero. De ambos ya tenía, y mucho. El soñaba con formar gente de todo el mundo y capacitarlos para diseñar las ciudades del futuro. "Con un 75% de población urbana en 2050, la apuesta es global: ¿Cómo alojar, alimentar, saciar, transportar, mantener la higiene?" Estas preguntas lo preocupaban.
Y entonces empezó a imaginar una suerte de campus universitario americano con gente inteligente de todos los países y edades, que piense, viva y pruebe las soluciones que permitan crear urbes más sustentables, productivas, agradables y justas.
Así fue que "The Camp" empezó a tomar forma en su mente. Hombre de acción, se retiró de HighCo, la empresa que fundó, para dedicarse full time a hacer realidad su nuevo sueño. Sacó 15 millones de dólares de su bolsillo y convenció a las autoridades locales, bancos y grupos industriales (Cisco, Sodexo, Vinci, CMA CGM, Accord Group y Bercy) a aportar otros 92 millones más, destinados a la inversión inmobiliaria pero, principalmente, a financiar 5 años de funcionamiento de la universidad.
Se los presentó como una inversión necesaria: "hay un número considerable de problemas económicos y sociales, bases para el desarrollo de tecnologías urbanas, cuya demanda podría alcanzar más de 20 mil millones de dólares en 2020."
A todo lo hizo él: imaginó el concepto, buscó fondos, eligió el terreno, armó el diseño, trabajó codo a codo con los arquitectos y llenó a la nueva estructura de contenido.
Pero sus ojos nunca llegaron a ver cómo su sueño de convertía en realidad. Frédéric Chevalier murió dos meses antes la inauguración de "The Camp" en un accidente con su moto. Tenía 53 años. Tras el anuncio de su muerte, docenas de jefes provenzales decidieron en las redes sociales "apoyar colectivamente The Camp, el proyecto más hermoso de este territorio".
CÓMO ES "THE CAMP"
"The Camp" es, ante todo, un lugar difícil de describir porque se trata de un concepto totalmente innovador.
Lindísimo, para empezar; con un diseño futurista e integrador donde se promueven el cuidado del medioambiente, la comida sana, la naturaleza, los deportes, el pensamiento crítico, la imaginación, el conocimiento y la innovación.
"Será un lugar transdisciplinario, transcultural y transgeneracional en el que aprendemos, pensamos y experimentamos juntos", imaginaba Frédéric Chevalier.
Está emplazado en un marco de naturaleza increíble, como el de Aix-en-Provence al sur de Francia, muy cerca del Mediterráneo, de los Alpes y a solo 5 horas de París en tren del alta velocidad. En el campo de 8 hectáreas – aislado de toda visión que no sea naturaleza – se montaron edificios futuristas diseñados por el arquitecto Corinne Vezzoni con conexión hacia el adentro y el afuera. Me recuerdan a los campamentos nómades, por lo versátil y por esta simbiosis con el exterior ¿O a un globo aerostático conectado al cosmos, tal vez?
En su interior se conjugan las actividades de un campo de entrenamiento, laboratorio de experimentación futurista, aceleradora de empresas y centro de formación. Inspirado en el formato de los campus de las universidades estadounidenses, "think / do tanks" y "fab labs", The Camp recrea un espacio donde se puedan planificar experiencias innovadoras con encuestas y evaluaciones que permitan inventar el futuro de forma colaborativa.
Para ello, busca otorgarle a sus cerebros, las mejores condiciones: un ecosistema humano para co-crear, los métodos y herramientas para la creación de prototipos, socios para innovar en el campo, espacios para meditar, relajarse y descansar, actividades para descubrir cosas nuevas y crear vínculos especiales.
Desde su inauguración, The Camp ofrece todo tipo de actividades, desde hackathones hasta conferencias y programas con beca total a aspirantes de todo el mundo.
"Tuvimos gente de 55 países, varios de Latinoamérica, pero todavía ningún argentino. Los estamos esperando" me dicen al despedirme de esta increíble experiencia de pasear un día por la ciudad del futuro.
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