Seattle. Enviada especial. Son 12 hectáreas de parques y 125 edificios, llenos de luz, tecnología y sofisticación. Con todos los servicios que uno pueda imaginar– la mayoría gratis –. Comodidades envidiables y una Torre de Babel, repleta de gente talentosa y motivada. Eso te encontrás al ingresar el campus en el que se emplazan las oficinas centrales de Microsoft en Redmond, al noroeste de los Estados Unidos.
Me reúno con dos empleados argentinos: León Welicki, gerente de Programa de Management e Isidro Hegouaburu, Gerente de Desarrollo en Azure . Ambos llevan varios años aquí – 9 y 16, para ser más exactos -. Se los ve contentos, aman sus vidas en este lugar en donde llovizna casi todos los días. Es cierto, falta un poco de sol pero abundan el arte, la música, la historia, el talento y la naturaleza. Me recuerda al sur argentino con sus bosques, montañas y agua.
Redmond es un condado de 45 mil habitantes conocido por tener a las sedes de Microsoft y Nintendo y por ser la "capital de las bicicletas del noroeste". Algunos empleados eligen este lugar por su tranquilidad. "El único problema que tengo acá es que me aparecen osos en el patio de casa", me cuenta una ingeniera. Otros prefieren manejar 25 kilómetros todos los días pero vivir en Seattle, la "ciudad reina" de EE.UU, también conocida como "ciudad esmeralda", por el color de sus bosques. Los más adinerados suelen mudarse a mitad de camino entre Seatlle y Redmond, a la coqueta Bellevue, donde tenés vecinos como Bill Gates.
La vida en el campus
"La primera vez que vine al campus, la forma en que se lo describía a mis amigos, es que es una especie de Disneylandia para nerds", comenta León y la definición me parece genial.
El lugar es además pionero en la cultura instalada hoy en casi todas las tecnológicas: ambientes lúdicos y naturales para estimular la creatividad de empleados obligados a innovar. Pero este campus data de los ´80. Ya en aquel entonces, Bill Gates entendía la importancia de construir oficinas donde fuera posible disfrutar del trabajo en un entorno estimulante y relajado. Una forma de consentir a profesionales muy disputados en el mercado.
Al regresar a la Argentina, le hago esta entrevista a León, en la que me cuenta algunas de las cosas de las que hablamos en Seattle:
-¿Cómo es trabajar en un lugar como Microsoft?
-De todos los lugares en los que yo trabajé – Argentina, Canadá y España – Microsoft fue uno de los mejores entornos. Una de las cosas que lo hace más interesante es que podés compartir experiencias con gente de muchísimos lugares del mundo. Y esa gran diversidad se transforma en discusiones muy interesantes, algo que no podría pasar en un grupo en donde todos piensan igual.
Otra de las cosas que me llama muchísimo la atención es la escala. La posibilidad de poder construir software que impacta positivamente en la vida de muchísimas personas.
– Además de la cantidad y calidad de recursos, económicos y humanos.
-Totalmente. Acá podés formar equipos con los mejores profesionales de cada país y, entre todos, contribuir a crear productos que impacten en la vida de mucha gente. A eso lo pudiste ver cuando estuviste hace poco aquí: el nivel de diversidad. Trabajamos también muy cómodos porque la compañía tiene un gran respeto por la vida personal y familiar. Ese es un aspecto sumamente importante.
-¿En qué sentido?
-Porque, por ejemplo, a mí me pasa que me encanta lo que hacemos acá y tengo la tendencia a querer quedarme todo el día en el trabajo. Por suerte tengo a mi esposa, Mara, que me apoya en todo. Pero aquí te ayudan a encontrar lo que se llama work balance (balance de la vida profesional y personal). Es una manera muy sana e inteligente de lograr que la gente haga su mejor trabajo cuando está en la oficina, porque luego tiene su espacio para pasar tiempo con la familia, hacer deportes, estudiar, tener hobbies o leer. Se te estimula a hacer otras cosas y a concentrar sueños en otras áreas que también te interesan y que te llevan a sentirte más completo como persona. Y así porque todo eso ayuda a estimular la creatividad.
– Quienes seguimos la historia de Bill Gates sabemos de su enorme capacidad de trabajo. Su ex socio fundador, Paul Allen, contó alguna vez sobre las interminables jornadas laborales de los primeros tiempos, dijo haber encontrado a Gates durmiendo sobre el escritorio tras toda una noche de trabajo. Pero las empresas evolucionan y maduran…
-Sí, es cierto. Pero también, junto con el balance, se aprende a trabajar con disciplina. Al comienzo, me llamó mucho la atención la enorme eficiencia. Es porque tenemos una disciplina y una metodología de trabajo súper buenas. A veces hay que hacer esfuerzos puntuales, quedarse un poco más, pero es eventual. En el día a día se considera muy importante respetar la vida familiar. Durante el tiempo que se trabaja en la oficina se trabaja muy bien. Impresiona ver la efectividad de los resultados, sobre en función del tiempo que se invierte.
-¿Qué cambios trajo la etapa que conduce el nuevo CEO de Microsoft, Satya Nadella?
-Los cambios que está cursando Satya ya se ven: son muy buenos y los correctos para llevar a la empresa en la dirección que queremos. En su libro, Hit Refresh, habla precisamente de la importancia de poder crear equipos que trabajen más colaborativamente.
Es un cambio fuerte porque antes, una de las cosas que históricamente se miraba, era la retribución individual. Hoy también se premia el trabajo en equipo. Esto no es un cambio fácil de impulsar en una empresa competitiva y tan grande como Microsoft, que tiene más de 100 mil empleados. Pero Satya lo consiguió. Él sabe que, si tenés cinco profesionales que son unos fenómenos pero que trabajan en distintas direcciones, no van a lograr lo mismo que si lo hacen colaborando entre sí. El todo es más que la suma de las partes. Eso me gustan mucho.
La segunda, es que él habla mucho de tecnología inclusiva; de mejorar la vida de gente con todo nivel de habilidades y necesidades. Es un tema que me toca a mí muy de cerca. Él impulsó muchísimas iniciativas muy buenas en ese sentido.
-Dicen que Satya tiene su oficina repleta de libros y que es muy lector, bastante ecléctico además. Algo que comparte con Bill Gates y Mark Zuckerberg ¿Cuán importante te parece que es una formación enciclopedista a la hora de desarrollar tecnología?
-Es importantísimo porque si estás enfocado en una sola cosa y querés trabajar en un medio donde hay mucha innovación, es muy difícil poder considerar otras aristas, otras vetas, en las cuales desarrollar lo que estás haciendo. Cuanta más exposición tengas a mucho conocimiento diverso, mejor; porque esas son las herramientas para poder pensar sobre los problemas de formas distintas, de conectar ideas, de poder innovar realmente.
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-¿Es algo que se estimula dentro de la compañía?
-Mucho. Microsoft tiene una biblioteca impresionante, donde podés encontrar lo que se te ocurra: libros, revistas, lo que quieras está ahí. Es más, ni siquiera tenés que molestarte en ir, podés pedir por medio de una app interna y te la mandan a tu escritorio. Así que sí, es algo que se estimula, hay muchísimos libros, ofertas de entrenamientos y de cursos internos, de lo que sea, no solamente en tu ámbito. La idea es tener gente completa, formada en múltiples dimensiones, para después poder conectar los puntos y crear más.
– Con respecto al campus, fuimos a recorrerlo con los periodistas pero es tan grande que no alcanzaron los días. Contanos ¿Qué cosas tiene? ¿Qué se puede hacer ahí adentro?
-El campus es un lugar fenomenal y gigante. Antes de conocerlo, yo imaginaba rascacielos altos, pero nada que ver: son edificios de 3 ó 4 pisos, en un entorno de mucha naturaleza. Hay muchísimas maneras de manejarte en el campus, para ir de un edificio a otro. Por un lado, tenés un servicio de autobuses y de taxis que te llevan (gratis) que se llaman connectors. Están muy buenos, los llamás y te vienen a buscar.
Pero a mí me gusta caminar porque es un entorno natural, muy bonito y siempre bien mantenido. A veces tenés que ir a otro edificio a ver a alguien y es muy lindo porque podés meterte por unos senderos medio escondidos. Salís de estar entre las computadoras, la última tecnología y te metés en un bosque, con lagos, ardillas, parece mentira.
Además tenés un shopping para empleados, hay muchísima oferta culinaria, negocios, empresas de telefonía celular, bancos, correo, tintorería, peluquería, óptica, fábrica de bicicletas, hasta un negocio de guitarras.
En 2016 los empleados donaron 142 millones de dólares de sus sueldos; y más de mil millones desde que comenzaron las campañas anuales de beneficencia.
– ¿Y la oferta deportiva?
-No soy un gran deportista lamentablemente, pero sí, la gente hace mucho deporte. En el campus hay canchas de fútbol – como tres de once – que pueden usarse los 7 días de la semana. El deporte que te guste, tenés un lugar para hacerlo porque hay canchas de lo que quieras y muy bien mantenidas.
– ¿Y eso cómo impacta a la hora de trabajar?
-Mucho, porque además ayuda a construir buenas relaciones con la gente con la que estás trabajando todos los días. Eso es importante para crear un entorno saludable.
-Además hay tanta gente de distintas culturas, idiomas y costumbres, que conciliar todo eso desde ser complicado.
-Totalmente. Pero hay una armonía impresionante, el tema de los distintos orígenes se nota muy poco. Y cuando se nota es enriquecedor. Muchas gente con distintas ideas puede contribuir a hacer algo mucho mejor.
-Contame algo que no te guste de acá o que extrañes de la Argentina.
-De la Argentina, muchísimas cosas. Por suerte hay una comunidad argentina bastante grande, muy linda y nos conocemos prácticamente todos. Tenemos una relación que trasciende nuestro trabajo, con la familia y los hijos. Estamos muy conectados con los orígenes de cada uno. Se extrañan mucho los afectos, la comida, los lugares. Uno no deja de ser de donde es.
Algunos datos curiosos del campus:
1. Es abierto a la comunidad y puede ser visitado (no el interior de los edificios)
2. Tiene 33 cafeterías
3. Cuenta con 25 mercados abiertos las 24 horas
4. Hay más de 500 cocinas
5. Se venden productos locales y orgánicos
6. Se pueden ver 13 marcas de restaurantes
7. Hay 12 food trucks.
8. Se realizan 30.000 eventos por año en más de 180 espacios especiales
9. Funciona un centro de visitantes con exhibiciones interactivas y tienda abierta al público.
Alberga una de las colecciones corporativas de arte más grandes y extensas del mundo (5 mil piezas)
2018: comienza el futuro del futuro
La vanguardia que se respira en Redmond ya se está rediseñando. El año entrante comenzarán las reformas del campus. Se construirán zonas libres de autos, 18 nuevos edificios inteligentes con uso optimizado de energía para mejorar la sustentabilidad y sitios especialmente diseñados para vehículos sin chofer.
Pero la transformación mayor no será la que se ve, sino la que no se ve. "Vamos a construir el tipo de espacio que requerimos para el futuro. Es una construcción para los empleados que están aquí ahora y para los chicos de octavo grado que estarán aquí algún día", dijo Michael Ford, gerente general de Instalaciones y Propiedades Globales de Microsoft. "En el pasado, los empleados tenían que adaptarse al espacio. Ahora, el espacio se adapta al empleado".
Las ideas son revolucionarias, por ejemplo, convertir a los subsuelos en laboratorios para cultivo de alimentos y estantes de servidores en la nube, que podrían enviar calor de regreso hacia el programa de cultivo de alimentos, con el fin de crear economías circulares.
"Éste va a ser un campus inteligente en extremo, no por los dispositivos, sino por la infraestructura. Para tener un campus que refleje innovación, priorizamos el ambiente urbano: facilidad para caminar, naturaleza, servicios, todo se conjunta para crear una sensación de comunidad", aseguran desde la empresa.
También se construirá una nueva plaza para que se reúnan hasta 10 mil personas para reuniones de la empresa, lanzamientos de producto, bandas locales, y mercados de agricultores locales. El equipo del proyecto se basó en estudios de sitios como la Plaza de San Marcos en Venecia y el Red Square de la Universidad de Washington.
"Cada vez que creamos nuevos espacios, se traducen increíbles experiencias para los empleados. Esto va a ser una renovación realmente a gran escala". Lo veremos cuando se termine, en unos 4 o 5 años. Y habrá que volver, como ocurre siempre como Disneyland.
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