"Debemos saber cómo analizar los datos para que la comunicación tenga sentido"

En el marco del UPWARD Woman Argentina, Sonia Jalfin disertó sobre cómo administrar la información para que sea relevante. Dijo que los datos pueden dejar de ser solo números para transformarse en servicio, insumos e historias personales

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Sonia Jalfin expuso sus vasto
Sonia Jalfin expuso sus vasto conocimiento sobre comunicación en la agenda de actividades de UPWARD Women Argentina (Agustín Marcarian)

"¿Cómo hacemos para que nos escuchen en medio de este frenesí?", se preguntó Sonia Jalfin frente a un auditorio colmado por mujeres emprendedoras y entusiastas. Ella es fundadora y directora de Sociopúblico, un estudio de comunicación de ideas complejas del campo del campo de la investigación, la ciencia y las políticas públicas. En la sede de Grupo VI-DA, brindó una conferencia dentro del marco de actividades de UPWARD Women Argentina en la que invitó a pensar cómo afrontar los desafíos del futuro.

Centró su exposición en los datos y la comunicación, y cómo la interrelación de ambos factores puede resultar provechoso para las personas. "Debemos analizar los datos para que nuestra comunicación tenga sentido y sea relevante para los demás", expresó. Habló, casi sin nombrar la palabra, de innovación. Fue la primera oradora del evento y empezó su disertación comparando los grados de atención del público presente. Acusó a tres "monstruos" de impedir que la gente sea capaz de capturar la atención de los demás, como una práctica común de los tiempos modernos: el avance tecnológico abrumador que proporciona una sensación de inestabilidad e incertidumbre, los factores que "nos congelan, nos hielan y finalmente nos desplazan" y el ritmo frenético de la información, responsable de una constante confusión.

“Somos egoístas a la hora
“Somos egoístas a la hora de consumir información. Si no nos interesa, no lo leemos, escuchamos o vemos”, dijo Jalfin (Agustín Marcarian)

Según su visión de las cosas, los datos pueden servir de insumo para la comunicación. Y elaboró una lista sobre cómo los datos, organizados y estudiados, se convierten en instrumentos de utilidad para la sociedad. Los calificó como datos como información útil, datos como servicio, datos para construir historias, datos centrados en los usuarios y datos para construir experiencias. Y abordó cada caso con ejemplos que explican su proyección.

"El dato puede ser un servicio", explicó. El relevamiento climatológico y el cruzamiento de información puede ser útil para optimizar la eficiencia de una huerta, por ejemplo. Trajo a colación, también, cómo un censo demográfico puede hacer referencia a cada individuo. Encontró una mirada diferente de un censo de los Estados Unidos basado en las familias. En ese caso, los datos "nos dan la oportunidad para centrarnos en las personas a las que les queremos hablar". "No son un proyecto, no son un espejo. Están hablando de mí", resumió la profesional, licenciada en Sociología en la Universidad de Buenos Aires y Master en Media and Communications en London School of Economics and Political Science.

La conferencia se celebró en
La conferencia se celebró en el auditorio de Grupo VI-DA, en el marco de actividades de UPWARD Women Argentina (Agustín Marcarian)

Dijo que los datos también pueden someterse a expresiones más íntimas y espirituales: "A veces los datos son fríos, distantes, solo números, pero también pueden volverse experiencias sensoriales". Y encontró en un gráfico que registraba la línea del desempleo juvenil en España el mejor ejemplo: un pan con tomate diseñado por gastronómicos y profesionales que dibujaba, visto de costado, la merma laboral. "Nos proporciona una experiencia, no solamente un dato, que podemos procesar de manera directa", concluyó.

Y desmembró una investigación sobre cómo las personas promocionaron sus propias viviendas para demostrar que los datos, además, pueden narrar historias. Recogió información sobre publicaciones de hogares según la zona y encontró patrones que representaban cifras y percepciones. En Puerto Madero la palabra más repetida fue seguridad -"aunque una vez fue increíblemente vestidor", agregó-; en Palermo, solarium; y en Chacarita, Palermo, en la búsqueda para absorber la popularidad del barrio lindero. Jalfin analizó este fenómeno: "Estos resultados nos interpelan porque habla de quiénes somos nosotros".

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