Desde hace algunos años, las hamburguesas, antes confinadas a los locales de comida rápida, pasaron a ser un objeto gastronómico casi de culto. Desde 2014, se presentaron los primeros proyectos para emular el sabor de la carne. Hamburguesas de mentira. Hamburguesas que parecen de carne pero no lo son.
Una de las compañías que encabezan ese mercado es la estadounidense Impossible Foods. Desde sus laboratorios y con componentes naturales lograron crear un nuevo tipo de hamburguesa vegana. No como las que existen en la actualidad, sino con el mismo sabor y la consistencia de la carne vacuna. Y, además, una característica por la que despertó interés: sangrantes.
En los últimos días, interesado por este negocio pujante, Bill Gates invirtió 75 millones de dólares para el desarrollo de hamburguesas sin carne de la compañía fundada por el bioquímico Patrick Brown, de la Universidad de Stanford. Su objetivo, según su creador, es obtener el sabor y los beneficios nutricionales de la carne y, a su vez, evitar las consecuencias nocivas para la salud y el medioambiente.
No obstante, hay una meta macro. Impossible Foods y Beyond Meat son los jugadores centrales en la búsqueda de disminuir el consumo de carne en un 25% para 2020. El nuevo objetivo apunta a reducir los altos índices de obesidad en Estados Unidos y otras partes del mundo.
Bill Gates representa la cabeza de un conglomerado de inversiones. En ese grupo se encuentra el aporte de Li Ka-shing, el tercer hombre más rico de Asia, además de la compañía de inversión singapurense Temasek y el fondo de inversión de Dustin Moskovitz, cofundador de Facebook.
Los 75 millones de dólares se suman a otros 250 millones que la empresa recibió desde su fundación en 2011. Buena parte del dinero será utilizada para finalizar la construcción de una fábrica en Oakland, California, que producirá hasta 454.000 kilos de hamburguesas sin carne por mes.
En la confección de su producto estrella, trabaja un equipo bioquímico que analiza la estructura molecular de la carne, el queso y otros componentes de origen animal con la idea de imitar su sabor. Hasta el momento, lograron crear una hamburguesa a partir de proteínas y grasa vegetal.
"Debido a que usamos 0% de carne de vaca, nuestra hamburguesa utiliza una mínima fracción de los recursos naturales de la Tierra. En comparación con las vacas, la hamburguesa 'imposible' utiliza 95% menos tierra, 74% menos agua y crea un 87% menos emisiones de gases de efecto invernadero. Y es 100% libre de hormonas, antibióticos e ingredientes artificiales", señalan en la web de la empresa.
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