Una pequeña lámina flexible y transparente, repleta de innovación y tecnología, se adhiere a la piel y causa sensación tanto interna para quien lo usa, como también externa a los ojos de terceros.
Se trata del nuevo tatuaje temporario desarrollado por científicos israelíes para monitorear la actividad muscular, facial o corporal. Los electrodos, inmersos en estos tatuajes, sirven para aplicaciones tales como interfase cerebro-máquina, diagnóstico muscular, identificación de emociones y perfiles psicológicos, rehabilitación post-lesión y juegos.
Este nuevo dispositivo que se pega en cualquier parte del cuerpo, ofrece una precisión exacta y muy superior a la registrada por los aparatos tradicionales que se llevan colgados o sujetos en el cuerpo, como relojes, pulseras o cadenas.
Su tamaño, practicidad y ausencia de cables y geles se traducen en ventajas a la hora de realizar monitoreos simultáneos en grupos de persona (como focus groups), al tiempo que no genera sensación de invasión en el paciente. Yael Hanein, directora del Centro para la Nanociencia y Nanotecnología de la Universidad de Tel Aviv, explicó a Infobae de qué se trata esta "tecnología muy abarcativa y con aplicaciones variadas."
"El tatuaje es temporario y puede usarse para testear o cuantificar cuán bien se activan tus músculos – por ejemplo para hacer una evaluación de un tratamiento de rehabilitación -, o qué le pasó a tu corazón tras un infarto de miocardio. También puede utilizarse para ver cómo reaccionan las personas a publicidades, películas, o distintos mensajes ya que se puede medir la respuesta de las emociones que se generan, si son positivas o negativas", explicó Hanein.
Asimismo, esta tecnología puede ayudar en la elaboración de evaluaciones psicológicas: "Cada persona reacciona de manera diferente y muy específica. Eso nos habla de una condición mental, lo que podría darnos información mucho más precisa y objetiva sobre ese sujeto, y asociarla a ciertos perfiles psicológicos. Otra de sus ventajas es que permite realizar grabaciones durante largas sesiones, incluso en zonas como las manos o el rostro", agregó la especialista.
Hanein detalló que tenemos 47 músculos en el rostro que pueden ser monitoreados para luego asociar su lectura a la comprensión de las emociones. "Cuando hacemos expresiones faciales, éstas se traducen en emociones. Entonces, si uno sabe cómo identificarlas y cómo se asocian al movimiento de cada músculo, se puede establecer cuáles fueron las emociones que se despertaron".
El tatuaje podría servir en la interconexión cerebro-máquina y es una nueva ruta hacia el registro de las emociones, lo que abre nuevas oportunidades en la digitalización de emociones con fines clínicos y sociales.
La electromiografía es un método no invasivo que se utiliza para mapear la actividad muscular. Para ello se ha recurrido a distintas herramientas tecnológicas. Durante mucho tiempo, se utilizaron electrodos metálicos secos que lograban un contacto muy deficiente con la piel, lo que los hizo poco prácticos. Luego, aparecieron los electrodos con gel, que son de uso estándar, pero prácticamente confinados a experimentos en laboratorios.
La evolución viene ahora de la mano de este tatuaje que está compuesto por una nueva generación de electrodos secos, que logran una grabación de electromiografía excepcional y comodidad absoluta para el usuario. Además, sus materiales establecen un contacto directo con la piel, eliminando el uso del gel.
Las ventajas en el área médica
Entre las experiencias actualmente en curso, se destaca la que se lleva adelante en un hospital de Tel Aviv, en donde se busca caracterizar patrones en el sueño, específicamente dirigido a un efecto llamado "RBD", que es un indicador temprano del Parkinson.
"El tatuaje nos sirve como herramienta para grabar el movimiento ocular y la actividad muscular, luego tratamos de usar eso como un indicador de Parkinson. En otro proyecto con una universidad israelí, se usa el tatuaje como un detector de mentiras. Cuando las personas mienten, sufren pequeños cambios en la activación de sus músculos faciales, los cuales pueden ser detectados mediante la grabación de los mismos", detalló la especialista.
En cuanto a su durabilidad -tanto la del tatuaje, como la de los electrodos- es muy larga. Sin embargo, se recomienda no usarlo más de 24 horas, ya que la piel necesita respirar. El tamaño del dispositivo varía según los músculos que se deseen monitorear. Si se quiere grabar sonrisas, se abarca todo el mentón. Existen otros para toda la cara o sólo para la frente. Depende de qué es lo que se quiera medir.
Actualmente hay algunos centros de investigación -muy pocos- que están tratando de desarrollar tecnología similar, pero los pioneros son los científicos de la Universidad de Tel Aviv.
El tatuaje, si bien aún no ha salido al mercado, se encuentra en un estadio avanzado de la investigación y cuenta con todos los componentes para su aplicación, incluso como dispositivo wireless.
"Tenemos todo listo, no sólo el tatuaje, sino el software y hardware que se le asocia. Así que ya pudimos comenzar a colaborar y a asociarnos con grupos de distintas industrias para analizar y testear diferentes aplicaciones. El desafío es, precisamente, explorar los usos que puede tener y recolectar la suficiente cantidad de datos para probar su funcionamiento en distintos campos", concluyó Hanein.
LEA MÁS: