Desde el momento de su construcción, todo relleno sanitario tiene una vida útil estimada. Una vez colmada su capacidad y cerrados los módulos de rellenos se entra en una etapa llamada "de poscierre" que puede llegar a extenderse hasta 30 años debido a que los residuos depositados entran en descomposición y disminuyen su volumen pero produce gran cantidad de líquidos lixiviados.
Cuando una persona en su casa saca la bolsa de basura muchas veces puede notar que chorrea un líquido. Eso mismo sucede con los materiales de un relleno sanitario, por eso es importante controlarlos para evitar que lleguen al suelo y a las napas subterráneas.
Para eso, el Ceamse dispone en el Complejo Ambiental de José León Suárez de un sistema para procesar y transformar en agua a los líquidos lixiviados, es decir, a aquellos que decantan de la propia basura o producto de la lluvia una vez dispuestos en el relleno.
Leonardo Maceiras, gerente de operaciones del CEAMSE, señala que allí se cuenta con una planta en la que se procesan esos líquidos. "Ese material se lleva primero a unas piletas de ecualización en el que se unifica el líquido y después se los pasa a un proceso anaeróbico en donde se sedimenta lo que son los sólidos en suspensión. En esa etapa se les aplica un sistema de aireación que genera la bacteria que ayudará al proceso de tratamiento del líquido", señala Maceiras.
Es decir que los lixiviados son transformados en agua. Obviamente no se trata de un agua potable pero sí sirve para riego de espacios verdes, de caminos y limpieza de equipos. "Esa es la gran diferencia entre un basural y un relleno sanitario. En un basural, estos líquidos se infiltran en las napas de agua; aquí tenemos toda la tecnología para que eso no ocurra", sostiene Maceiras.
En términos específicos se puede decir que esos jugos pestilentes y oscuros que generan los residuos, en la planta del CEAMSE no solo no contaminan sino que se convierten en dos millones de litros agua utilizable por día. El volumen que se necesitaría para lavar unos 100 mil autos por día. Una forma de tratar los residuos que, sin dudas, debería replicarse en todo el país.
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