Los datos sobre el impacto del hombre en la calidad del agua del arroyo Las Piedras son escalofriantes. La información que aporta un estudio realizado por CONICET revela que ese curso de agua ubicado en la localidad bonaerense de Quilmes carece de servicios de saneamiento apropiados, su desagüe residual no tiene tratamiento previo y los basurales en sus márgenes crean sitios puntuales de contaminación y diseminación de plagas.
Si bien cada cuenca o cauce posee una característica natural y ambiental distinta y específica, se podría decir que los ríos situados en el conurbano bonaerense comparten muchas problemáticas comunes. Una de ellas es la que más afecta al ambiente y a la vida: la contaminación de los recursos hídricos afectan primero a las personas de más bajos recursos. Por ende los efectos suelen ser muy costosos en materia de salud pública, proliferación de basurales, degradación del medio ambiente y, obviamente, en las tareas de una remediación futura.
La poca e ineficiente presencia del Estado en estos casos suele indignar a los vecinos: falta de servicios básicos como el agua corriente y las cloacas sumado al estado precario de las viviendas. Es cierto que el crecimiento desordenado de la urbanización debilita la capacidad de los gobiernos locales para la prestación de servicios sanitarios básicos pero esto sigue siendo una responsabilidad de los Estados y no de los vecinos.
Según un estudio del CONICET, el arroyo Las Piedras carece de servicios de saneamiento apropiados, su desagüe residual no tiene tratamiento previo y los basurales en sus márgenes crean sitios puntuales de contaminación y diseminación de plagas
La situación de degradación sanitaria y ambiental incluye la contaminación visual, la falta de oxígeno en los cursos de agua, los olores desagradables e irritantes y la fuerte presencia de basura, con lo que esto último implica en materia de propagación de enfermedades.
Entre los efectos de la contaminación hídrica deben destacarse las enfermedades infecciosas como diarreas o parasitosis y la diseminación de plagas.
La contaminación de los cursos de agua constituyen una verdadera tragedia social, ambiental y sanitaria. El agua, el aire y el suelo están absolutamente deteriorados. Aunque menos conocidos que otros casos como los del Riachuelo o el Reconquista, la contaminación de cursos de agua como el arroyo Las Piedras son moneda corriente en varios rincones de la Argentina. La trágica combinación de basural con cloaca a cielo abierto se vuelve repetitiva e indigna de un Estado moderno.
Si los gobiernos no asumen en toda su dimensión la carga de dramatismo y fatalidad que encierra la contaminación de las aguas no habrá políticas adecuadas ni mucho menos resultados. Se hace necesaria una declaración de emergencia ambiental y sanitaria que se ocupe con urgencia de lo que mucho que hay por hacer: ampliar las redes de agua corriente y cloacas, eliminar los desagües hogareños clandestinos y frenar los derrames de empresas y comercios de la zona.
Para solucionar el gran problema del arroyo Las Piedras no alcanza con concientizar con carteles de "Prohibido arrojar basura". Hay que generar un poder político y judicial que posea todas las herramientas y garantías necesarias para controlar, multar y procesar a quien no esté dispuesto a cumplir con las necesarias normas sanitarias y ambientales que la situación requiere.
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