El noroeste de la Provincia de San Luis cuenta con un inmenso territorio de más de 150 mil hectáreas en donde en 1991 fue creado el Parque Nacional Sierra de las Quijadas. Este territorio protegido nació para conservar ambientes representativos del Chaco Árido y del Monte y también para preservar sus yacimientos arqueológicos y paleontológicos.
Uno de los motivos que influyeron en la elección del área fue la existencia de una singular formación geológica en el centro norte de las Sierras, denominada Potrero de la Aguada. En ese lugar se erige una de sus grandes atracciones turísticas: un enorme anfiteatro natural rodeado de paredes rojizas formadas por areniscas y aglomerados en las que la erosión labró las más caprichosas formas.
En toda la región predomina la vegetación arbustiva con especies como la jarilla, el garabato, la brea y diversas cactáceas como la tuna y los cardoncitos aunque la presencia de quebracho blanco, el algarrobo o el espinillo da cuenta también de los aportes que recibe de otras ecorregiones como la chaqueña.
La variedad de sus animales también es muy nutrida: habitan guanacos, pecaríes de collar, conejos de los palos, maras y pumas. Además, la fauna del Parque contiene varias especies que requieren medidas de protección, como por ejemplo la tortuga terrestre común, el halcón peregrino, el águila coronada, el pichi-ciego menor, el cardenal amarillo y la reinamora.
Las áreas protegidas cumplen un rol fundamental para la conservación de las especies autóctonas. Son lugares de referencia ecológica en los que se llevan a cabo investigaciones científicas que ayudan a determinar estrategias para evitar la extinción de dichas especies.
En el caso del Parque Nacional Sierra de las Quijadas se desarrollaron diferentes actividades de investigación que se plasmaron en dos grandes proyectos: "Conservación de la Tortuga Terrestre", que es una especie emblema de esta región y "Mapa de cobertura vegetal".
Gracias a estas dos iniciativas en el Parque Nacional Sierra de las Quijadas se pudieron registrar una multiplicidad de datos como la diversidad de especies vegetales, la cobertura vegetal, el porcentaje de suelo desnudo, la presencia de especies exóticas animales y vegetales, la presencia de la tortuga de tierra y de fauna autóctona acompañante.
El mapa de cobertura vegetal logró determinar la cobertura y diversidad de las especies vegetales existentes en el área protegida. En lo que respecta a la tortuga de tierra, se cumplió con el objetivo de determinar los parámetros poblacionales de la especie y sus patrones de distribución asociados a la estructura vegetal.
Toda esa información resulta de mucha utilidad para el diseño de las diferentes acciones de conservación y manejo que componen el proceso de actualización del Plan de Gestión del Parque Nacional Sierra de las Quijadas.
Este Plan se vuelve fundamental en la necesaria tarea de mejorar la conservación -y muchas veces la recuperación- de la biodiversidad en las distintas ecorregiones argentinas y sudamericanas.
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