Casi todos saben en Buenos Aires qué es el CEAMSE. Con la misma seguridad, casi nadie sabe qué significan sus siglas. Es que esta empresa pública, creada para realizar la gestión integral de los residuos en toda el área metropolitana de Buenos Aires, nació bajo el nombre de Cinturón Ecológico Área Metropolitana Sociedad del Estado, nominación que se transformaría tiempo después en Coordinación Ecológica Área Metropolitana Sociedad del Estado. Es propiedad de los gobiernos de la Ciudad de Buenos Aires y de la provincia homónima.
Hace mucho tiempo las tareas y estrategias de esta empresa se fueron complejizando. Por ejemplo, desde los años 90 el CEAMSE viene produciendo sus propias plantas y árboles nativos para sus trabajos de forestación y parquización. Esta tarea se entronca en una fuerte política de revalorización paisajística de sus rellenos sanitarios.
A partir del año 2005 la institución decidió trasladar su vivero propio al Complejo Ambiental Villa Domínico y fue allí el inicio de una etapa basada en la experimentación sobre terrenos rellenados.
Desde los años 90 el CEAMSE viene produciendo sus propias plantas y árboles nativos para sus trabajos de forestación y parquización
Hablamos del primer relleno sanitario en la Argentina que fue convertido en un espacio verde. Jardines, plantas y flores brotando sobre las 47 millones de toneladas de basura que se habían juntado durante décadas.
Aunque originalmente el vivero era exclusivamente forestal, con el tiempo fue incorporando arbustos y herbáceas. De este modo las nativas gramíneas, bulbosas, suculentas, florales o las de interior, comenzaron a reproducirse. Muchas de ellas no se venden ni se multiplican en la mayoría de los viveros comerciales pero son de gran importancia por su aporte a la biodiversidad local: el Molle, representante de la región pampeana; o el Ombusillo, una especie endémica del sureste de la Provincia de Buenos Aires que se encuentra en riesgo crítico de extinción.
El complejo ambiental de Villa Domínico fue primer relleno sanitario en la Argentina que fue convertido en un espacio verde
El vivero tiene hoy una superficie de 10.300 metros cuadrados y cuenta con dos invernáculos y algunas áreas de media sombra aunque hay unos nueve mil metros cuadrados más que están disponibles para futuras ampliaciones. La producción de plantas dentro del vivero se realiza a partir de semillas, de estacas y por cultivo in vitro.
El compost que se genera en la planta de compostaje del Complejo Ambiental Norte III es utilizado por este vivero como sustrato para la producción. Las plantas producidas en el vivero utilizan el ciento por ciento del compost, lo que evita que se saque la tierra fértil de un lugar para ponerla en otro. De este modo han logrado crear un círculo virtuoso que se abre a partir de la formación de sustratos con los residuos verdes que se recolectan en las podas, continúa en la producción de nuevas plantas y se cierra cuando las hojas, ramas y césped de las nuevas áreas parquizadas terminan formando parte de un nuevo compostado.
El vivero tiene hoy una superficie de 10.300 metros cuadrados y cuenta con dos invernáculos y algunas áreas de media sombra aunque hay unos nueve mil metros cuadrados más que están disponibles para futuras ampliaciones
El vivero, que está controlado tanto por el Servicio Nacional de Sanidad Agroalimentaria como por el Instituto Nacional de Semillas cuenta actualmente con unas 200 especies nativas y un stock de 50 mil ejemplares.
Aunque su producción se destina principalmente a la parquización y forestación de los distintos predios de CEAMSE, también el organismo realiza donaciones a escuelas, hospitales, municipios, fundaciones y asociaciones civiles. Otros destinos suelen ser las plantaciones públicas simbólicas en días relacionados con el medio ambiente en el marco de los distintos proyectos de responsabilidad social empresaria.
El vivero del Complejo Ambiental de Villa Domínico es un gran instrumento que ayuda a pensar el manejo y tratamiento de los residuos de un modo más ambiental, creativo y moderno.
Pero para un problema tan intrincado, no alcanza con un Complejo. Los gobiernos tienen que acompañar las ideas y la creatividad de sus profesionales y técnicos con convicción y firmeza, pero, fundamentalmente, con inversión y recursos.
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