Visón americano, la especie invasora convertida en la principal amenaza del hábitat patagónico

Fue introducido como materia prima de la industria peletera. El negocio no funcionó pero el visón quedó y se propagó por todo un territorio sin predadores. Hoy es el verdugo de varias especies nativas

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El visón americano es en la Argentina una especie exótica invasora. Pertenece a la familia de los mustélidos, pariente de hurones y comadrejas, y es originario de América del Norte.

Fue introducido en la zona sur durante la primera mitad del siglo XX por la industria peletera pero -como sucedió tantas veces con producciones fallidas que dependían de una especie exótica- al fracaso empresario le siguió una catástrofe ambiental.

Suele pasar, cuando a los empresarios no les cierran las cuentas ellos abren las jaulas. El resultado fue funesto: los emprendimientos quedaron en el olvido, las rejas oxidadas y los visones libres, reproduciéndose y propagándose por un territorio más que propicio para su dieta.

La ausencia de predadores naturales facilitó al visón la tarea de expandirse por costas y lagos de toda la Patagonia hasta convertirse en una plaga que ocupa desde Neuquén hasta Tierra del Fuego. Este pequeño mamífero carnívoro se ha transformado en una auténtica amenaza para los ecosistemas sureños y está poniendo en riesgo la subsistencia de varias especies.

Quien más siente esa amenaza es el Macá Tobiano, una especie endémica en serio peligro de extinción. "En una sola noche, un ejemplar de visón puede matar a más de 30 ejemplares de macá tobiano, un ave que no está preparada, obviamente, para escapar de un predador ajeno a su hábitat", señala Andrés de Miguel, un integrante del Proyecto Macá, que se desempeña en un oficio poco conocido: "Guardián de colonia".

La ausencia de predadores naturales facilitó al visón la tarea de expandirse por costas y lagos de toda la Patagonia hasta convertirse en una plaga que ocupa desde Neuquén hasta Tierra del Fuego

Tras un arduo trabajo de campo, un grupo de investigadores de la Universidad de La Plata expresaron hace dos años: "Por primera vez un estudio científico intenta medir el impacto del visón americano en el ecosistema, cuya creciente expansión en el territorio patagónico afecta notablemente la población de las aves acuáticas ya que se alimenta de prácticamente todo animal que encuentra cerca".

Aquel seguimiento reveló que hay especies que disminuyeron de forma notable su población, en especial las familias de aves migradoras que suelen vivir en las proximidades del agua, como cauquenes, macáes, cisnes de cuello negro, patos y otras aves anfibias.

También la observación llevada a cabo durante la época de primavera y verano pudo confirmar que el visón depreda huevos, pichones y adultos. Esto provoca una baja importante en el índice de supervivencia y reproducción de aves de hábitos acuáticos.

Su reciente expansión en el territorio patagónico afecta notablemente la población de las aves acuáticas ya que se alimenta de prácticamente todo animal que encuentra cerca

En los inicios de esta catástrofe, el visón ocupó el centro patagónico, pero luego se fue desplazando gradualmente hacia el norte. A pesar de todos los relevamientos que han hecho hasta hoy sigue siendo difícil estimar la cantidad de individuos que hoy están presentes en la Argentina.

Sea cual fuese el número, el daño ya está hecho. La amenaza del visón americano es, como en la canción de la Bersuit, "una ola que no para de crecer". Solo queda lograr que el enfrentamiento y la mitigación del problema de las exóticas invasoras se constituyan en una política central del Estado.

Hacen falta investigadores y científicos, pero también campañas de sensibilización que le expliquen a la sociedad que un pájaro de bello plumaje o una simpática ardillita ingresados en un hábitat equivocado puede poner en riesgo la vida y el normal funcionamiento de todo un ecosistema.

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