En el océano puede ocasionar la destrucción del plancton mientras que en ríos y lagos la muerte de peces y otros organismos vivos. En las ciudades aumenta el riesgo sanitario de la población que entra en contacto con ella y puede causar, además, corrosión de obras, monumentos y edificios
La lluvia ácida es un fenómeno contaminante que se produce cuando se combina el vapor de agua atmosférico con óxidos de azufre y de nitrógeno y forman ácido sulfúrico y ácido nítrico.
Cuando estos ácidos, a su vez, se combinan con el agua de lluvia en la atmósfera, se generan ácidos con un PH menor a 4 o 4,5. Cuando caen sobre la superficie de la Tierra como lluvia, nieve o granizo, afectan negativamente a los lagos, los árboles, y otras entidades biológicas con las que entran en contacto.
Estas reacciones se producen preferentemente sobre las zonas en las que se queman combustibles fósiles, tales como centrales termoeléctricas o complejos industriales. Sin embargo, las corrientes de aire pueden arrastrar estas partículas y provocar una caída de lluvia ácida a miles de kilómetros del sitio en el que se generó la contaminación.
Sobre las ciudades también causa una gran corrosión en obras, monumentos o edificios así como también acrecienta el riesgo sanitario de la población que entra en contacto con ella.
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