El Tucán Grande o Toco es uno de los miembros más ruidoso de la selva. Es muy elegante en su vuelo y el fuerte sonido de sus alas golpeando lo hacen muy llamativo. A menudo también puede adivinarse su presencia por su estridente parlotear y por una llamada monótona y potente que llega a gran distancia.
Su nido usualmente consiste en un hueco en las palmas. Normalmente usan una cavidad que ya existe, aunque es posible que la ensanchen con su pico. Es fácil entender que el más mínimo daño a su hábitat impacte tan fuerte entre la especie.
Para la Fundación Temaikén, esta especie en estado natural se encuentra amenazada principalmente por su caza ilegal para su posterior venta en tiendas de mascotas. Cuando se los captura, muchísimos ejemplares mueren en su traslado. Por esto y por la destrucción de su hábitat esta especie está decreciendo de manera alarmante su número poblacional.
El Tucán Grande o Toco se encuentra amenazado principalmente por su caza ilegal para su posterior venta en tiendas de mascotas
Andrés Suárez, miembro del Centro de Recuperación y Reproducción de Especies de Temaikén, señaló: "Generalmente para tráfico se quitan dos o tres pichones de un nido. Luego se los traslada en camiones, guardados en maletas o hacinados en jaulas. El 90% de esos tucanes que se extraen de los nidos muere durante el tránsito".
"Los tucanes anidan en árboles. En huecos que existen en los troncos y que ellos generalmente ensanchan. La Argentina tiene una problemática de deforestación y esto fue llevando a que desaparezcan los huecos naturales, ya casi no tiene lugares en los que vivir", sostuvo Suárez.
Tampoco ayudan a su subsistencia los propios hábitos de propagación de la especie: la hembra pone solamente un huevo por año. Esto representa un índice muy bajo en su reproducción con respecto a otras aves que también están en riesgo.
El 90% de esos tucanes que se extraen de los nidos muere durante el tránsito, aseguran desde la Fundación Temaikén
Pero sin lugar a dudas quienes lo han puesto gravemente en peligro son los cazadores. Y estos existen porque del otro lado del mostrador hay quienes pagan un alto precio por él.
Por eso hay que combatir fuertemente el mascotismo. Porque quienes compran un tucán son los causantes de que se lo extraiga de su hábitat natural. Sin clientes no hay tráfico ilegal.
A pesar de todo, Suárez guarda algunas esperanzas de que se pueda trabajar por la recuperación del tucán: "Es arduo pero se puede. Su población pareciera estar estabilizándose. Si se toma conciencia y se trabaja duro se pueden lograr resultados. Hoy, aún con todo lo que queda por hacer, se lo puede encontrar en el norte de la provincia de Corrientes, parte de Misiones y Formosa", concluyó.
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