Asamblea de Gualeguaychú: 14 años de aquella batalla que marcó un antes y un después en la historia de las luchas ambientales

Hace más de una década los vecinos de Gualeguaychú se organizaron para rechazar la construcción de una planta productora de pasta de celulosa que finalmente se puso en funcionamiento en la uruguaya ciudad de Fray Bentos. ¿Cómo se vive esa frustración en un pueblo que tuvo en vilo al mundo durante más de tres años y fue derrotado?

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Muchos argentinos ya efectuaron su reserva en algún hotel de las tantas localidades que celebran carnavales con cierto grado de espectacularidad. De la variada oferta vigente, Gualeguaychú es una de las preferidas.

Desde siempre esta ciudad entrerriana fue sinónimo de alegría y comparsa. Pero a partir del año 2005 también se convirtió en sinónimo de lucha ambiental "contra las papeleras".

Algo renovado, el cartel que cubre el portal de ingreso y bienvenida a la ciudad sigue sentenciando que Gualeguaychú mantiene su misma posición de entonces.

Durante tres años y siete meses, el pueblo de Gualeguaychú se plantó y mantuvo cortado ese camino que une dos países

La batalla duró algunos años y muchos sostienen hoy que la misma se perdió, ya que Botnia finalmente se puso en funcionamiento. Otros prefieren insistir en que la lucha no terminó.

A pesar de la oposición
A pesar de la oposición de los ambientalistas, la papelera Botnia se puso en funcionamiento

La historia de un pueblo siempre se va abriendo paso a fuerza de nuevos nombres y nuevos lugares. Cuando se reescriba la de Gualeguaychú, Arroyo Verde va a ocupar un lugar trascendental. Sin ir más lejos, una Ley Provincial lo declaró sitio histórico.

¿Por qué semejante nominación para un despojado paraje en medio de la ruta 136 que une Gualeguaychú con Fray Bentos? Porque en ese preciso lugar, durante tres años y siete meses, el pueblo de Gualeguaychú se plantó y mantuvo cortado ese camino que une dos países. Fue la primera batalla en la historia argentina en la que su bandera era ambiental: "Sí a la vida, no a Botnia".

La papelera está ubicada en
La papelera está ubicada en Fray Bentos, Uruguay

Martín Piaggio es el actual intendente de Gualeguaychú. Se recibió de médico con medalla de oro –debido a su altísimo promedio– en la Universidad Nacional de La Plata. No fueron estas, sin embargo, las razones que lo convertirían en el reconocido vecino que hoy lleva las riendas de la comuna sino su participación en aquellas duras y fervientes jornadas.

Más de 30 mil personas llegaron a movilizarse en Gualeguaychú, una localidad de 80 mil habitantes, para reclamar el cierre de la papelera Botnia

El intendente reconoce esa herencia: "Me siento parte de una generación que es hija y producto de esa lucha. Pertenezco a una ciudad que supo organizarse y dar una batalla pacífica que impactó fuertemente en todo el país y fundamentalmente en los jóvenes y en los niños", sentencia Piaggio.

La ex Botnia hoy se
La ex Botnia hoy se llama Planta UPM Fray Bentos

También cree que la puesta en marcha de la pastera infligió un duro revés a sus vecinos: "Que la empresa esté allí funcionando genera mucha frustración. Es doloroso ver a las industrias que fueron expulsadas del primer mundo por contaminantes envenenando nuestros ríos", confiesa.

El medio ambiente y la actividad turística fueron las grandes víctimas de la instalación de la planta. Raúl Almeyda, un emprendedor local, revela que la contaminación, que afecta su negocio, crece día a día: "Las islas del río Gualeguay siempre han tenido un ecosistema fantástico de peces, pájaros e insectos. A medida que comenzó a funcionar Botnia todo eso, de a poquito fue desapareciendo. Hoy debe existir un 40% de todo lo que había", asegura.

El periodista Sergio Federovisky estuvo
El periodista Sergio Federovisky estuvo sobre el puente, que llegó a convertirse en el escenario de protesta de los ambientalistas

Las jornadas de protesta de 2005 resultaron loables. Más de 30 mil personas se movilizaron en una localidad de 80 mil habitantes. Cortaron un puente binacional para reclamar. Algunos no sabían con claridad contra qué estaban combatiendo ni qué forma tenía eso que rechazaban.

En Fray Bentos muchos sostienen que lo que trajo la pastera fue progreso, trabajo y actividad económica. Del lado argentino, se sabe, se expresa lo contrario

Pero con los años lo fueron descubriendo. Muchos de ellos hace tiempo que no se acercan al puente para no ver esas naves, galpones y chimeneas humeando en lo que hace algo más de una década no era más que una playa uruguaya tan virgen y prístina como la que había del lado argentino.

En Fray Bentos muchos sostienen
En Fray Bentos muchos sostienen que lo que trajo la pastera fue progreso, trabajo y actividad económica

Ya pasaron más de 10 años desde que Botnia (hoy UPM Fray Bentos) se puso en marcha. Algunos aventuran que una década después, la situación está empatada. O, si se quiere, con el mismo conflicto pero larvado.

En Fray Bentos muchos sostienen que lo que trajo la pastera fue progreso, trabajo y actividad económica. Del lado argentino, se sabe, se expresa lo contrario.

En algunos aspectos se está en el mismo punto de partida que en el año 2005. Tanto es así que ya circulan rumores acerca de la intención de instalar una nueva pastera al lado de la que está funcionando.

Si esos rumores son ciertos, la pregunta es más que obvia: ¿estamos a las puertas del estallido de un conflicto que jamás fue resuelto?

Con estas dudas que carcomen a vecinos y funcionarios, Gualeguaychú debe seguir adelante y prepararse para recibir a los visitantes de todo el país y ofrecer lo mejor que tienen: su alegría y su baile.

Hace muchos años que sus habitantes se acostumbraron a ganar o a perder en cada carnaval. Es la tradición de un pueblo que se toma muy en serio la preparación y posterior elección de la comparsa triunfadora.

En pocas semanas algunos tendrán el premio en sus manos: puede ser Ará Yevi, Mari Mari o Kamaar. Ya se sabe: los ganadores a celebrar; los perdedores a preparar el desquite.

Pero hace tan solo una década los gualeguaychuenses tuvieron que asimilar una nueva manera de perder. Porque si una comparsa no gana, al otro día se inicia el camino de la revancha.

Pero si, en cambio, el derrotado es todo un pueblo y su ecosistema, puede que las heridas ya no puedan cerrar.

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