El impacto ambiental de la urbanización es muy grande. Y un alto porcentaje de ese impacto surge del modelo de edificación. La forma en la que están construidas las casas y edificios más la operatividad de sus habitantes son responsables de un 40% de las emisiones de dióxido de carbono y del consumo de energías no renovables.
Por eso nació la arquitectura bioclimática o, como también le dicen algunos, la construcción sustentable. Porque se necesita mejorar todo el ciclo de vida de una edificación. O sea, el período que va desde su diseño y construcción hasta la operatividad que va a tener cuando la gente viva o trabaje en ellos.
Se necesitan reducir las consecuencias en el ambiente y agregar bienestar a sus ocupantes. Para eso la construcción sustentable requiere de elementos y características claves:
a) El uso eficiente y racional de la energía
b) La conservación, el ahorro y la reutilización del agua
c) La selección de materiales derivados de procesos de extracción limpia
d) La creación de ambientes saludables y no tóxico en casas y edificios
¿Por qué hay que fortalecer un modelo como este? Fácil: porque el planeta lo necesita urgentemente.
Y la salud y el bienestar de los habitantes también.
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