Quien necesite referirse al Parque Nacional Perito Moreno, lo primero que debe hacer es aclarar que en este sitio no se encuentra el glaciar Perito Moreno. La célebre y gigantesca masa de hielo que atrae a miles de visitantes de todo el mundo se encuentra más al sur, en el Parque Nacional Los Glaciares.
Sorteada esta eventual y tan común confusión, se puede revelar que la reserva de marras se encuentra en el centro oeste de la provincia de Santa Cruz, en la región más austral de la Patagonia argentina. Limita con Chile por el oeste y ocupa una superficie de 115.000 hectáreas, en las cuales confluyen una muestra representativa de la estepa patagónica y de los bosques húmedos subantárticos.
Solo la zona este del parque es accesible con vehículos, el resto es “reserva natural estricta”, no abierta al público para garantizar el más alto nivel de protección
Esto, unido a sus mínimas infraestructuras otorga al visitante la sensación única de estar contemplando un territorio auténticamente natural, prácticamente no modificado por la mano del hombre. Solo la zona este del parque es accesible con vehículos, el resto es "reserva natural estricta", no abierta al público para garantizar el más alto nivel de protección.
Para las autoridades de Parques la idea de conservar un área protegida y al mismo tiempo promocionarla no es un contrasentido: "El turismo de senderismo es un turismo de muy bajo impacto que lo hace aquel que quiere caminar, contemplar la naturaleza y sentirse en un lugar alejado porque quiere disfrutar de más tranquilidad", señala Emiliano Ezcurra, vicepresidente de la Administración de Parques Nacionales.
El marco de toda esta región está dado por unas abruptas montañas de picos nevados y valles glaciarios cubiertos de una vegetación muy copiosa. En la zona de la estepa predominan los coirones pero en la región boscosa, prevalecen la lenga, el ñire y el guindo.
La fauna del parque también es muy abundante. En la estepa habitan numerosas especies como el guanaco, el choique, el puma, el zorro colorado y el zorro gris. En los lagos y lagunas habitan flamencos, hualás, cisnes, patos y cauquenes. Y en las altas cumbres se puede observar al cóndor, al águila mora y al ñacuturú.
Un punto aparte merece el huemul, una de las especies emblemáticas de los Andes y en riesgo de extinción. Este ciervo patagónico se encuentra amenazado tanto por la caza furtiva como por la escasez de montañas, laderas y valles en buen estado de conservación. Por esto, su protección se ha convertido en tarea relevante y vital.
Visitar y recorrer en verano el Parque Nacional Perito Moreno puede ser gran opción para estas vacaciones. El lugar es ideal para disfrutar de largas caminatas y de la observación de la flora y la fauna autóctona
Lo que ocurre con su fauna acuática también es muy singular: la cuenca de sus ríos y lagos aún conservan su entorno original. Esta rareza tiene una única y simple explicación: jamás ingresaron en ella ejemplares de trucha, la especie exótica que más daño ha causado a la ecorregión patagónica. Este salmónido introducido hace casi un siglo con fines comerciales es una de las especies más invasoras del planeta y responsable, en gran medida, de la merma en la población de peces y anfibios y de la casi desaparición de una especie endémica patagónica: la mojarra desnuda.
Visitar y recorrer este parque nacional puede ser una gran opción para este verano. El lugar es ideal para disfrutar de largas caminatas y de la observación de la flora y la fauna autóctona.
Para un deleite mayor y responsable, recordar que para realizar cualquier actividad lo aconsejable es consultarle antes a un guardaparques. Él será siempre el mejor informado sobre el estado de los caminos y la previsión meteorológica.
Hacer turismo y resguardar el hábitat es posible. Solo hace falta responsabilidad, amor por la naturaleza y conciencia de que estamos caminando por una casa que es de todos.