Una locación sin precedentes escondió uno de los secretos más bellos y mejor guardados del Salone del Mobile este pasado abril en Milán. "Club Unseen" fue el proyecto dirigido por Lelli Mami y Chiara Di Pinto, directoras creativas de la agencia Sudiopepe, una experiencia de diseño completa transformada en bar-discoteca.
En un constante diálogo entre opuestos complementarios, Studiopepe se inspiró en el mundo contemporáneo y también en el pasado; en lo hecho a mano y en los contenidos digitales; en lo público y en lo privado, dando como resultado una escenografía mixta para ser compartida con otros. Un refugio exclusivo para el contexto del Fuori Salone.
La locación fue secreta y estaba en el barrio de la Piazza Tricolore dentro de un depósito del año 1800 que se conservó intacto para sumar a esta idea de mezcla. Así, cielorrasos originales y paredes sin pintar hicieron de caja embalaje para el sofisticado contenido: el exquisito mobiliario interior.
Algunas de las piezas en Club Unseen fueron diseñadas por el estudio en conjunto con firmas de diseño reconocidas tales como Agape, CC Tapis y Botteganove. Las mismas fueron combinadas con muebles vintage, obras de arte y ediciones limitadas de otras célebres firmas como Cassina y Tacchini, sinónimo de elegancia y lujo milanés.
La sensación era la de estar en el cielo, tal como lo describieron sus creadoras, una seductora contra-tendencia, muy lejos del caos que puede resultar la excitante semana del diseño de Milán.
Tres livings, un bar, un comedor y un vestidor fueron los espacios propuestos. La geometría jugó un rol importante en el diseño de los espacios con patrones, grillas y terminaciones metálicas que se combinaron con la suavidad de los colores pasteles y algunas texturas más blandas.
El objetivo fue capturar el espíritu glamoroso de algunas de las discotecas de los años setenta, algo que lograron con creces. Un sofisticado diálogo entre opuestos que capturó lo mejor del mundo real y lo elevó a una experiencia sugestiva del mundo post digital.
De guantes blancos, los bartenders servían cocktails hasta altas horas de la noche durante toda la semana del diseño, donde se sumaron artísticas performances de 18 a 24 horas durante las siete noches. A los invitados se les sugería descargarse la aplicación Aria de realidad aumentada que aportaba, mediante capas que se interponían entre el celular del espectador y el espacio, una información adicional acerca de las piezas de diseño y de mobiliario exhibidas en el club.
Un lugar invisible al que solo accedían miembros exclusivos con contraseña secreta fue la estrategia de diferenciación del estudio para despertar deseo e intriga a un consumidor emocional prendado de novedades permanentes.
Instagram: Gabi López
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