Los diseños de la firma estadounidense Eileen Fisher se caracterizan por su simplicidad, y su compañía es conocida por utilizar modelos no tradicionales en sus anuncios impresos, incluidos sus propios empleados. Por si no es poca cosa, ahora también compran la ropa usada de sus clientas y la reutilizan con diversos fines, replanteando el rol de la basura.
La sostenibilidad dentro del mundo del diseño es una preocupación latente, no sólo en referencia a lo ambiental, sino también a lo económico y lo social. En el recorrido de Ventura Centrale, en la ciudad de Milán, la diseñadora Gabi López asistió a la instalación Waste No More de la marca de ropa.
La muestra está basada en el trabajo de la diseñadora norteamericana Eileen Fisher, una empresaria de la moda que cuenta con 65 locales dentro de los Estados Unidos.
El proyecto incorpora en la relación marca-cliente un sistema innovador donde se le compra la ropa a las clientas, cuando estas quieren desprenderse de ellas. Una vez adquirida por la marca, se inicia un proceso de selección entre las prendas que se encuentran en perfecto estado y las que no.
En el primero de los casos, las prendas en excelentes condiciones vuelven a la venta con precios muchos más económicos. En cambio las prendas que están dañadas, pero que están confeccionadas con materiales valiosos como el cashmere por ejemplo, son unidas con un sistema de fieltro que no utiliza ni pegamentos ni químicos ni agua, y se generan otro tipo de productos: alfombras y carpetas para el piso, tapices y almohadones.
La muestra fue curada por Lidewij Edelkoort, una de las máximas referentes en el pronóstico de tendencias del mundo, y fue destacada por su originalidad. Atravesando los límites entre diseño, textiles y activismo, Edelkoort es parte de un proyecto al cual describe como "un doble círculo donde una marca, y la misma basura de esa marca, empoderan nuevos proyectos, obsequiándole al mundo la belleza verdadera".
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