Familias multiespecie: cómo es el modelo que redefine los vínculos entre humanos y animales

El psicólogo especializado en antrozoología, Marcos Díaz Videla, explicó cómo convivir con distintas especies transforma dinámicas del hogar, desde los ajustes de normas hasta el fortalecimiento de lazos afectivos

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Las familias multiespecie integran a los animales como miembros esenciales dentro del núcleo. Este modelo desafía las estructuras tradicionales, ya que amplía la noción de convivencia y vínculos afectivos al incorporar a perros, gatos, caballos, aves y otras especies como compañeros que contribuyen al bienestar emocional y social de los integrantes humanos.

En estos hogares, las relaciones se basan en la interdependencia, la comunicación y el respeto por las necesidades y derechos de cada miembro. Este enfoque invita a reflexionar sobre cómo los humanos construyen vínculos con otras formas de vida y fomenta una perspectiva más inclusiva y ética. En este contexto, los animales dejan de ser considerados como mascotas para asumir un rol activo dentro de una red de afectos y relaciones compartidas.

En un nuevo capítulo de Data Animal, Marcos Díaz Videla, psicólogo especializado en antrozoología, abordó el concepto de las familias multiespecie, y destacó cómo la convivencia con animales transforma las dinámicas familiares.

Este modelo familiar amplía los
Este modelo familiar amplía los vínculos afectivos al incluir a perros, gatos, caballos y otras especies como compañeros fundamentales (Imagen Ilustrativa Infobae)

“Son familias que integran un miembro que no es humano. El punto es que no se trata simplemente de que una familia tiene un animal, sino de que sufrió una transformación para poder incorporarlo. Son familias que prestan atención en la convivencia íntima a sus animales, a sus necesidades, a sus expresiones de preferencias, y las incorporan para modificar la estructura y las reglas de la familia”, señaló el experto.

-¿Cómo ocurre la transformación de una familia para convertirse en multiespecie e integrar a un miembro de otra especie?

-Bueno, eso sucede por tres vías. Por un lado, le enseñamos a los animales las reglas de convivencia del hogar familiar, regulamos su horario de sueño, dónde pueden hacer sus necesidades. Por otro lado, lo que sucede es que nos empezamos a reconceptualizar como familia, nos pensamos como una manada donde hay que prestar mucha atención al lenguaje no verbal, a reglas claras.

Los animales llegan a ocupar un lugar tan significativo que su ausencia en momentos importantes, como una foto familiar, puede percibirse como una falta. Según Díaz Videla, ellos no solo se ajustan a las normas del hogar, sino que también participan activamente en su negociación. Esto se refleja en situaciones cotidianas, como salir a pasear temprano, si lo requiere, o permitirles subir a la cama, donde a menudo los humanos se adaptan a sus necesidades.

Los animales no se limitan
Los animales no se limitan a seguir normas, también ajustan dinámicas en el hogar y establecen reglas junto a sus tutores (Imagen Ilustrativa Infobae)

-Cuando incorporamos a este nuevo integrante a la familia, ¿lo estamos humanizando o simplemente pasa a formar parte sin relación con este concepto?

-Bueno, la humanización es un fenómeno bastante complejo y es inherente al vínculo. Eso quiere decir que si hay vínculo con el animal va a haber algo de humanización. Pero lo interesante es que la pertenencia a la familia no se define a partir del estado humano o de similitud con el humano, sino que va a partir de la coordinación y la construcción conjunta de los espacios, de las reglas, de las dinámicas del hogar. No necesitan ser humanos para ser miembros de la familia.

-El término “perrhijo” se menciona cada vez más. ¿Cómo se puede reconocer cuándo un perro o una perra comienza a ser visto como un “perrhijo”?

-Yo creo que los perrhijos no se definen tanto a partir de las similitudes con hijos, como a partir de las similitudes que hay en las estrategias parentales que los tutores desplegamos con los animales. Esto se refiere a una inversión de recursos económicos, de tiempo, recursos emocionales, muchas veces privándonos a nosotros de eso para destinarlos a un otro.

“Entonces nuestros animales tienen diferencias muy marcadas con los hijos, por ejemplo, no van a vivir fuera del entorno familiar y siempre van a necesitar de nosotros. Pero hay algo de las estrategias del cuidado que guarda muchas similitudes”, agregó el especialista.

El término perrhijo está ligado
El término perrhijo está ligado a estrategias parentales como la inversión de tiempo, recursos emocionales y económicos (Imagen Ilustrativa Infobae)

Entre las diferencias, destaca el hecho de que los perrhijos tienen una vida más corta, lo que lleva a las familias a ser conscientes del tiempo limitado para disfrutar de su compañía. Esto las motiva a brindarles todo lo posible durante ese período y a integrarlos plenamente como parte del núcleo.

Los tutores no solo se preocupan por cubrir las necesidades básicas de los animales, sino también por respetar sus gustos y preferencias, ya que buscan incorporarlos en la dinámica familiar. “Buscamos que ellos estén sanos, que puedan socializar y desarrollar todas sus capacidades, lo que, aunque no los llevará a vivir fuera del entorno humano, sí les permitirá tener una vida más plena”, afirmó el experto.

-El surgimiento del término perrhijo parece estar relacionado con el abandono de expresiones como “mascota” o “dueño de este perro”. ¿Qué motiva este cambio en el lenguaje?

-Estamos ante lo que es un cambio de paradigma, es decir, estamos considerando más el bienestar animal y considerando socialmente a los animales. Los términos “dueño” y “mascota” se asocian con relaciones más de posesión o relaciones más utilitaristas y no permiten reflejar el vínculo emocional que nosotros desarrollamos con estos animales.

Las familias multiespecie valoran las
Las familias multiespecie valoran las necesidades de los animales y respetan sus preferencias en la vida cotidiana (Imagen Ilustrativa Infobae)

“Hoy los términos más difundidos son ‘tutor’ y ‘animal de compañía’. Estos términos ubican a los animales en un terreno más familiar, permiten reconocer la individualidad de cada uno de ellos, que son seres sintientes, que tenemos una relación de mayor equidad y que no es de dominio. Y también favorece el reconocimiento de los derechos de estos animales”, aclaró Díaz Videla.

-Los animales ocupan un rol fundamental en las familias multiespecie. ¿Podría decirse que, dentro de estas dinámicas, llegan a asumir un rol similar al de los humanos?

-Digamos que hay solapamientos, es decir, los roles que desempeñan los animales en las familias tienen solapamientos con roles humanos. Pueden funcionar como compañeros de cuarto, compañeros de aventuras, como haría un amigo muy cercano, o también pueden funcionar a partir de recibir esta educación y el cuidado más como haría un hijo.

Sin embargo, también presentan diferencias significativas. “Lo interesante no solo es el solapamiento, sino también las diferencias, porque nuestros animales nos brindan una consistencia. Nuestros animales no nos juzgan, no están influidos por parámetros socioculturales de belleza o de éxito”, indicó el experto, quien resaltó que, gracias a estas cualidades, los animales cumplen funciones que los humanos difícilmente podrían desempeñar.

Los términos "mascota" y "dueño"
Los términos "mascota" y "dueño" ceden espacio a "tutor" y "animal de compañía", que reflejan vínculos más equitativos (Pexels)

El cambio en la forma de referirse a los animales refleja un avance hacia el reconocimiento de su papel como miembros de la familia. “Si queremos reconocerlos como miembros de la familia, entonces ‘animal de compañía’ y ‘tutor’ van mucho mejor”, concluyó el especialista, para dejar atrás términos como “mascota” o “dueño” que no reflejan la profundidad del vínculo que se establece en las familias multiespecie.

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