La infección urinaria es uno de esos problemas de salud que, aunque frecuentes, a veces pasan desapercibidos hasta que los síntomas se vuelven imposibles de ignorar.
Es un trastorno que afecta a millones de personas al año en el mundo, especialmente a las mujeres. Pero, ¿sabía que muchas veces no reconocemos los primeros signos hasta que la infección ya está avanzada?
La orina es el resultado del proceso de filtración de la sangre realizado por los riñones. Estos órganos producen orina al eliminar los desechos y el exceso de agua de la sangre. Normalmente, la orina atraviesa el sistema urinario sin sufrir contaminación, la infección urinaria se origina cuando los gérmenes, generalmente bacterias, ingresan al sistema urinario.
Este sistema, compuesto por los riñones, los uréteres, la vejiga y la uretra, está diseñado para estar libre de gérmenes. Sin embargo, cuando estos microorganismos logran invadir, pueden provocar una serie de síntomas incómodos y, si no se tratan, pueden derivar en problemas más graves, como una pielonefritis (infección renal).
¿Quién está más expuesto a las infecciones urinarias?
La respuesta más sencilla es: las mujeres. Esto se debe a la anatomía de su cuerpo, en particular a la uretra más corta, lo que facilita que las bacterias lleguen a la vejiga. En cifras, entre el 40% y el 50% de las mujeres experimentarán una infección urinaria en algún momento de su vida, y no pocas de ellas enfrentarán episodios repetidos.
En el caso de los hombres, aunque menos frecuentes, también pueden padecerlas, sobre todo cuando hay problemas de próstata.
Cuáles son los síntomas de la infección urinaria
El desafío más grande es detectar los primeros síntomas, porque pueden ser sutiles. Por ejemplo, la necesidad de orinar con más frecuencia o incluso con urgencia. La micción es tan apremiante que, a veces, no se asocia inmediatamente con una infección urinaria.
La señal de alerta más evidente es cuando aparece el ardor al orinar, un síntoma habitual de una posible cistitis, la infección de la vejiga.
Cuando el cuadro se agrava, los síntomas también se intensifican. En algunos casos, se puede experimentar dolor en la espalda baja (alrededor de los riñones), fiebre o malestar general. A veces, las personas no asocian la fiebre con una infección urinaria, pero este es uno de los signos más importantes de que la infección ha alcanzado los riñones.
¿Qué hacer entonces? En cuanto aparezca el ardor al orinar o cualquier otro síntoma sospechoso, lo mejor es consultar a un médico. El diagnóstico generalmente incluye un análisis de orina físico y químico, que puede detectar cambios en el color (se vuelve más turbia) y la presencia de bacterias, glóbulos blancos o rojos.
En casos más complejos, se realiza un cultivo urinario para identificar las bacterias específicas y determinar el tratamiento adecuado.
* El doctor Daniel López Rosetti es médico (MN 62540) de la Facultad de Medicina de la Universidad de Buenos Aires (UBA). Presidente de la Sección de Estrés de la World Federation for Mental Health (WFMH). Y es autor de libros como: “Emoción y sentimientos” (Ed. Planeta, 2017), “Equilibrio. Cómo pensamos, cómo sentimos, cómo decidimos. Manual del usuario.” (Ed. Planeta, 2019), entre otros.