Francisco Gandione es un bartender que busca trascender las fronteras de Argentina hacia Nueva York, Estados Unidos. Durante la cuarentena por el COVID, su proyecto de coctelería para eventos se frenó, pero con resiliencia y creatividad encontró nuevas formas de seguir adelante. Hoy comparte sus secretos y objetivos en diálogo con Infobae, al tiempo que reflexiona sobre la esencia de su profesión que es, según él, “la vocación de servicio”.
“Está todo encaminado para llegar a Nueva York. La idea es llevar nuestro trabajo a esa ciudad”, explicó Gandione. Su expansión hacia las barras estadounidenses refleja la importancia de ofrecer experiencias únicas a las personas, algo que, según él, tiene una valoración diferente en el extranjero.
“Lo que la gente busca en Estados Unidos es una experiencia. Les gusta el show y que sucedan cosas. No es solo tomar un trago, es recibir algo con estilo y un toque artístico”. En esa línea, para Gandione, la creatividad es clave no solo en la preparación de tragos, sino también en la forma de servirlos.
“Tratamos de ser creativos no solo en la preparación de tragos sabrosos y bonitos, sino también en la manera de servirlos. No es lo mismo pedir un trago y que te lo sirvan de forma simple a que te lo entreguen con acrobacias, tirando hielo o haciendo equilibrio con el vaso. Eso asombra a la gente y es parte de la experiencia”, dice el bartender.
A pesar de la creciente popularidad de los tragos de autor, en los eventos, los clásicos siguen siendo los preferidos, de acuerdo a la visión de Gandione. “En un evento, la gente quiere ir a la barra, tomar algo rápido e irse a bailar o estar con sus amigos. Aunque ofrecemos tragos de autor, la dinámica cambia en esos momentos. Al principio, se prueban los tragos especiales, pero luego se inclinan por los clásicos: gin tonic, fernet o caipiroska, entre otros”.
De todos modos, las recetas de autor no faltan en la barra de este especialista. Entre sus creaciones, Gandione destaca cinco tragos de autor, una limonada persa a base de gin, vermut bianco, almíbar de limón y bitters como el angostura o pineral; el ‘Valhalla’, a base de vodka, maracuyá, aperol y jugo de pomelo; el ‘Amore Mio’, con gin, almíbar de frutos rojos y limón; y el ‘Old School’, una reversión del Penicillin, a base de whisky, almíbar de jengibre y limón”.
Francisco lleva más de 12 años dedicándose a la coctelería. Aunque en un principio trabajaba en un organismo público, decidió aventurarse en este mundo para obtener ingresos adicionales, y con el tiempo, lo que comenzó como una actividad secundaria se transformó en su verdadera pasión.
El nacimiento de su hijo fue un momento decisivo, ya que optó por dejar su empleo anterior para enfocarse exclusivamente en la coctelería.
Desde 2012, su emprendimiento experimentó un notable crecimiento. Uno de los aspectos más gratificantes para Gandione es formar parte de los momentos más felices de las personas, ya sea en bodas, fiestas de 15 o eventos corporativos. Así, con cada movimiento detrás de la barra busca no solo ofrecer un buen cóctel, sino también crear una experiencia que el público quiera revivir en cualquier parte del mundo, con Nueva York como su próximo destino.
La pandemia por el COVID representó un gran desafío para él, quien relata cómo tuvo que adaptarse a las circunstancias. “Durante la pandemia, todo fue resiliencia. Con la cuarentena se cortaron los eventos y nosotros vivíamos de eso. Intenté vender tragos embotellados, pero no funcionó. Luego, gracias a un amigo que hacía pastelería, surgió la idea de hacer chocolates para ofrecer junto con los tragos. Me metí en el mundo del chocolate, incluso hice bombones temáticos de Star Wars, lo cual fue un boom en esa época”, relató.
Al tiempo que amplió: “Después de la pandemia, la demanda de eventos explotó porque la gente estuvo mucho tiempo encerrada y quería celebrar”. Uno de los momentos más memorables de su carrera ocurrió, cuando Will Smith se encontraba en Argentina para grabar la película Focus:
“Nos contrataron para una fiesta privada en una isla del Delta, donde estaba todo el elenco, incluyendo a Will Smith y Margot Robbie. Fue una gran experiencia. Solo recuerdo haberle hecho un mojito a Will Smith, y aunque en su momento no reconocí a todos los actores, fue una experiencia inolvidable”.
Gandione también destaca los desafíos de equilibrar su vida personal con su carrera profesional. “Equilibrar la vida familiar con el trabajo es complicado. Los primeros años fueron los más difíciles porque trabajaba todos los fines de semana y no podía dedicarle tiempo a mi familia. Hoy en día, está todo más organizado y delego más tareas, pero sigo teniendo eventos cada fin de semana. Lo complicado es con lo de Estados Unidos, ya que no puedo llevarme a mi hijo. Mi plan es ir y venir: pasar un mes allá y otro acá, alternando para no descuidar ninguna de las dos cosas”.
Finalmente, el bartender reflexiona sobre su vocación. “Ser bartender para mí es una vocación de servicio. No solo se trata de preparar tragos, sino de escuchar y atender a las personas para ofrecerles una experiencia completa. Empecé haciéndole tragos a mis amigos, y de ahí todo fue escalando. Para mí, la coctelería es un arte, una forma de expresarse a través de sabores y mezclas, siempre ligada al servicio. Ahora, en ese sentido, la idea es que Holy (NdeR: su proyecto de coctelería para eventos) esté en Nueva York. El mes pasado, en septiembre, fui a trabajar con un socio todo el mes y queremos darle curso a eso”.
* Fotos: Matías Arbotto