Con un diseño que evoca un apartamento parisino, la firma francesa Longchamp abrió una boutique en el Patio Bullrich. Inspirada en su tradición, el espacio refleja la excelencia artesanal como la autenticidad y energía que la caracterizan. Además, pretende ofrecer una experiencia cálida y acogedora.
Fundada en 1948, la marca busca posicionarse en el mercado como sinónimo de calidad y creatividad en el rubro de accesorios de viaje, bolsos, zapatos y prendas de vestir.
Su nueva tienda en la Ciudad de Buenos Aires sigue este legado, al integrar elementos decorativos que resaltan su enfoque en la artesanía y el diseño, reafirmando el compromiso con la innovación y la conexión con sus clientes,
Un ambiente que lleva a París
La boutique está diseñada para evocar un hogar parisino. Desde la zona de recepción, los clientes son recibidos con una atmósfera hogareña. Un alto mostrador imita una mesa de taller, presentando las piezas clave de la temporada, disposición que permite a los visitantes sentirse como en casa desde el primer momento.
Cada rincón de la tienda fue pensado cuidadosamente. La sala principal, decorada con muebles vintage y alfombras acogedoras, invita a los clientes a relajarse. Molduras típicas del estilo Haussmann y objetos únicos completan la ambientación. Además, los libros y decoraciones reflejan la curiosidad creativa de la marca y su mentalidad cosmopolita.
Un detalle destacado es la biblioteca dedicada a Le Pliage, el icónico bolso de Longchamp. En este espacio, los productos están dispuestos según su color y formato, ofreciendo una experiencia visual dinámica y organizada.
Detalles que marcan la diferencia
El diseño de la boutique no deja ningún detalle al azar. Los colores verde oscuro y verde claro se combinan para transmitir tanto tradición como modernidad. Estos tonos se reflejan en varios elementos decorativos, como las tazas Donut, creadas en colaboración con la diseñadora Pia Chevalier, lo que subraya el compromiso de Longchamp con el savoir-faire artesanal.
Otros objetos cuidadosamente seleccionados, como una cesta de frutas que exhibe carteras o bandejas laqueadas que muestran cinturones y llaveros, resaltan la importancia que la marca concede a la creatividad. Estos detalles transforman la experiencia de compra en algo más que una simple transacción.
La directora artística de Longchamp, Sophie Delafontaine, fue clave en la creación de este espacio. Inspirada en la elegancia francesa, desarrolló un concepto que celebra la artesanía y el diseño, elementos fundamentales para la identidad de la marca.
Un legado de innovación y sostenibilidad
Desde su fundación en París en 1948, Longchamp supo mantenerse en constante evolución. Lo que comenzó como una empresa de fabricación de pipas forradas en cuero, creció hasta convertirse en una marca global que ofrece accesorios de viaje, bolsos, zapatos y prendas de vestir. Su enfoque siempre estuvo en la creación de productos que combinen estilo y funcionalidad.
Uno de los valores clave de la marca es la sostenibilidad. De hecho, afirma que su compromiso con el medio ambiente representa una parte de una estrategia a largo plazo. En los últimos años, implementó el uso de tejidos reciclados en su icónica línea Le Pliage. Asimismo, desde 2022, todos los productos de esta colección están fabricados con poliamida reciclada.
A lo largo de cuatro generaciones, la familia Cassegrain mantuvo el control de la empresa, lo que permitió que Longchamp conserve su esencia y continúe siendo una marca independiente. Con más de 400 tiendas en 80 países, la expansión de la firma no comprometió su enfoque en la calidad y la sostenibilidad.
Los clientes pueden visitar la tienda en Patio Bullrich (Posadas 1245) de 10 a 20 hs., donde encontrarán una selección exclusiva de bolsos, accesorios y otros productos de la marca. Con un horario extendido de lunes a domingo, la firma está lista para recibir a sus clientes en un ambiente que celebra la creatividad y la elegancia atemporal.