La conducta felina es un campo fascinante que revela mucho sobre la naturaleza de los gatos y la manera en la que se relacionan con su entorno. Al igual que muchos otros animales, tienen una serie de comportamientos instintivos y aprendidos que reflejan su historia evolutiva y sus necesidades básicas.
Entender las características específicas que los distinguen es crucial tanto para mejorar la calidad de vida de los gatos como para fortalecer el vínculo entre ellos y sus tutores. Al reconocer las señales de estrés, aburrimiento o enfermedad se puede intervenir de manera oportuna y efectiva. Tener en cuenta los requerimientos naturales de los gatos ayuda a crear un ambiente enriquecido que promueve su salud física y mental.
En un nuevo capítulo de Data Animal, la conductista felina, Nadia Osepyan, brindó consejos para entender la manera de actuar de los gatos con el fin de brindarles la mejor calidad de vida posible.
La experta aclaró que no se deben realizar paralelismos con los perros, ya que la actitud de los felinos es diametralmente distinta. Por ejemplo, cuando se dan vuelta y muestran la panza. En los caninos suele significar que están dispuestos a recibir caricias. Sin embargo, “en los gatos tiene mucha, pero mucha importancia el contexto”, según Osepyan.
“Si el gato está tirado al sol, ahí disfrutando, divino, se da vuelta y ahí te muestra la panza, ahí si lo podés ir a tocar. Ahora más de una vez, es como ‘dale, animate’. Y es como las trampas para osos. Vos metés la mano y lo que menos quería era que le vayas a tocar la panza”, agregó.
Resaltó que también importa su lenguaje corporal, su movimiento de cola, la manera en la que se acerca. Un simple cambio de peso al alejarse de la mano de alguien que lo acaricia puede significar una señal de alto, como también lo es el girar las orejas.
“Insisto en el tema del contexto, porque pasa mucho, sobre todo cuando los gatos tienden a mostrar conductas que nosotros interpretamos como agresivas. Y en realidad, no es por culpar a las personas, pero es que no estamos leyendo la situación. El gato viene, se nos sube a upa, por ejemplo, te está dando la espalda, está confiando en que vos le estás cuidando su parte más vulnerable, pero puede ser porque está tenso, porque está mirando otros animales. Vos no estás mirando al gato, estás charlando, mirando la tele y de repente tac, de la nada me muerde”, manifestó la especialista.
Sin embargo, destacó que no es de la nada, simplemente la persona no logró detectar los indicios. Esto es algo que no suele suceder con los perros, ya que cuando están tensos muestran los dientes y gruñen. “Es muy, muy, muy sutil. Es como a otros niveles. Pero se pueden aprender a leer. Y sobre todo en cada gato”, apuntó Osepyan.
La conductista comentó que hay una diferencia marcada entre la comunicación entre gatos y la que mantienen con los humanos. Es importante comprender ambas para descifrar el estado de ánimo del felino.
Con respecto al estrés por el que pasan cuando sus tutores se ausentan, la experta declaró que existen muchos mitos. Si bien se puede dejar a un gato solo en más proporción que a un perro, son animales que están acostumbrados a la rutina y cualquier perturbación puede ser una fuente de tensión.
“¿El gato puede estar solo? Sí, técnicamente, pero no significa que no se estrese, porque siempre se piensa en el estrés que le genera al gato el cambio de ambiente, pero no en el estrés que le genera que nosotros no estemos”, indicó la conductista felina.
Al tener que dejar el hogar durante varios días existen varias opciones, y Osepyan recomienda evaluar el costo-beneficio de cada una, y organizar las prioridades a partir de eso. El que un desconocido vaya a la casa durante algunas horas para darle de comer al gato evita el estrés por traslado, pero puede generar tensión y una reacción agresiva ya que es alguien extraño que toca y manipula su comida.
Por otro lado, el que vayan a la casa de algún familiar, donde van a estar acompañados, significa un cambio de lugar, pero se asegura que el felino no va a estar solo y sufrir debido a eso. Finalmente existen las guarderías, y su elección depende de la cantidad de dinero que cuesten y del ambiente que le pueden brindar al gato.
-Otro mito que hay con respecto a los gatos es: no pueden vivir adentro de casa, el gato es libre y tiene que salir a investigar a ver qué hay afuera.
-Yo creo que a cualquier persona que me quiera buscar me toca este tema. Hay un montón de motivos por los cuales, yo que hago asesorías, te puedo asegurar que uno no tiene idea la onda expansiva de consecuencias de dejar salir a un gato, desde el momento en que uno dice “pero mi gato va y viene, no tiene ningún problema”. Sí, pero le estás arruinando la vida a tu vecino que tiene un gato que le empezó a marcar detrás de la puerta porque está pasando el tuyo. Ni hablar de destrucción de propiedad privada. Gente que vive en casas, que dice: “¿Cómo hago para ahuyentar a los gatos vecinos? No les quiero hacer daño”. No hay nada. Pero al margen de todo eso que, ponele que queda en la solidaridad de uno, le reduce la expectativa de vida en un 50%. Inclusive los gatos que son salvajes, digamos, porque ni siquiera los ferales, hablemos de uno que nace en el campo, la expectativa de vida que tiene es de seis años.
La experta hizo hincapié en este punto, ya que considera que el hábitat de los gatos no es la calle, y que el estar todo el día al aire libre no mejora realmente su calidad de vida. Al estar afuera puede depredar animales, lo cual afecta al ecosistema, e ingerir cosas que no debe y que pueden poner en riesgo su salud.
“Ni hablar de los desastres que pueden ocasionar. En otros países, por ejemplo, vos dejás salir a tu gato y lo tenés que tener asegurado, porque si alguien frena por esquivarlo y ocasiona un accidente, el responsable sos vos. Es como un chico. Ahí también hay gente que entra a debatir que uno no puede comparar a un gato con una criatura. No estamos comparando el valor de una vida u otra, estamos comparando una vida a nuestro cuidado”, explicó Osepyan.
Al igual que un niño, un gato no tiene discernimiento sobre lo que está bien y lo que está mal, por lo tanto los tutores son los responsables. El felino, al salir de su casa, se expone a accidentes viales y a peleas con otras mascotas que pueden afectar gravemente su salud, y hasta causar la muerte.
“Y lo más triste para mí es, de la gente que deja salir a los animales, hay una cierta cuota de literal ignorancia que me dicen: ‘Yo no sabía, a mí me dijeron que el gato volvía y me dijeron que tenía que salir’. A esa persona no se la puede culpar. Ahora hay otras que vos decís lo que habrá sufrido este animal para volver en estas condiciones y volver lastimados con sus últimas fuerzas a pedir ayuda, y ya está callejeando de nuevo”, declaró la conductista felina.
-¿Cómo vuelven esos gatos? Hay un montón de enfermedades infectocontagiosas afuera.
-Muchísimas. De hecho diez o 15 años atrás, te decían que en una colonia testeabas a uno de infectocontagiosas, y si ese te daba positivo, eran todos positivos. Hoy se sabe que no, que si bien son enfermedades contagiosas, la mayor cantidad se transmiten por peleas. Y uno dice “Ay, pero los gatos que tengo en casa se pelean”. No, no hablamos de un par de cachetazos, hablamos de cómo llegan a nuestras casas, de quienes transitamos, que son heridas abiertas, terribles, agusanadas.
Debido a esto es que no solamente importa la calidad de vida de estos animales, sino también su calidad de muerte. “No hay nada fuera que no podamos darle adentro, absolutamente nada”, dijo Osepyan.
“Inclusive si uno dice ‘pero tiene presas vivas’. Bueno, pasémoslo a una dieta natural. Es exactamente lo mismo sin que esté depredando cosas que no debe. Hay estudios sobre eso, sobre cómo afectan a las poblaciones, porque una cosa es donde hay un depredador y una presa. Y en cuanto el depredador literalmente depreda demás, la cantidad de presas desciende, entonces también va a descender la cantidad de depredadores hasta que se repueble y haya otra vez alimento. Acá no, acá vos tenés un depredador que está volviendo a comer a la casa y que está cazando por práctica nada más”, destacó la experta.
De hecho, una de las teorías existentes sobre el por qué los gatos llevan las presas a las casas de sus tutores es, precisamente, porque lo consideran su territorio, y no lo hacen en forma de regalo hacia la persona.
“Hay países donde se ha llegado a habilitar la caza de gatos, donde está prohibido que el gato salga de tu perímetro. Y uno se asombra, dice ‘No, pero ¿cómo van a hacer eso?’ Y pero y si la gente no entiende y están poniendo en riesgo otras poblaciones, o sea, claramente yo tampoco estoy de acuerdo, pero a esas cosas se llega y es lo que te digo de la onda expansiva, hasta dónde llegan las consecuencias”, remarcó.
-¿Y sacarlo a pasear con correa?
-Yo la verdad que no soy muy partidaria porque creo que es más el costo que el beneficio, sobre todo porque terminan generando situaciones después que son más problemáticas todavía. Ejemplo, el gato que se pone a pone a maullar en la puerta y que la gente no lo sabe controlar. Entonces es como que “bueno, pero a mí me pareció una genial idea”. Sí, pero te pareció una genial idea sacarlo un día que tuviste tiempo. Y aparte el gato no es el perro, por lo general son modas.
La especialista explicó que para sacar a pasear a un gato se necesita el arnés correcto, no el que se vende para perros pequeños ya que los felinos no tienen clavicula y se lo pueden sacar fácilmente. No se puede utilizar una correa extensible, y siempre debe permanecer en la muñeca en caso de que se asuste. También se debe contar con una toalla y una transportadora. Todos estos elementos son requeridos para garantizar una salida segura.
“Entonces, si después el gato encima se pone más ansioso dentro de casa... él no va a extrañar lo que no conoce. Al aire libre puede estar igual y volvemos a lo mismo, su hábitat no es la vereda. Ni hablar de que volvemos a la pulga, los parásitos. Entonces no tiene sentido”, subrayó Osepyan.
Además, muchas veces el felino se puede poner nervioso al estar en un parque rodeado de personas y otras mascotas. “De nuevo, costo-beneficio. Es muchísimo más el costo que el beneficio para el animal”, finalizó.